Eva tiene 78 años y vive en el conurbano bonaerense , su hijo falleció hace seis meses pero ella le sigue escribiendo mensajes de WhatsApp para contarse acerca de como va su vida, como están sus hijas y recordarle cuanto lo extraña.

Gustavo, el hijo de Eva, murió el 24 de julio de 2021 a los 54 años. Era diabético y el covid lo debilitó rápidamente. En la primer semana quedó internado en Hospital Municipal Thompson del partido de San Martín, a la segunda semana fue intubado, tenía un diagnostico severo e irreversible. No hubo entierro, lo cremaron. Fue como en tantos otros casos, una perdida sin tiempo para procesar.

Con las festividades de fin de año, la nostalgia afloró. El 23 de diciembre, Eva decidió enviarle a su hijo un mensaje por WhatsApp: “Mañana es Nochebuena y no vas a estar presente pero sí en mi corazón, te amo hijo”.

Diez días después,  el domingo 2 de enero, volvió a escribirle para contarle las novedades del nuevo mundo: “Ya estamos en 2022, felicidades Gustavo”. Cuatro días después, otro mensaje: “Hoy es Reyes Magos. Ya les compré algo a tus hijas, quedate tranquilo hijo, te amo”. A Sasha, de 19 años, y a su hermana Luciana, de 23, Eva les compró perfumes y medias.

El sábado 8 de enero le preguntó, le pidió algo, lo halagó y lo saludó: “Cómo estás Gustavo, haceme soñar si te veo, te amo hijo, te extraño un montón, besos mamá”.

El jueves siguiente a las 19:14, fue el último mensaje: “Gustavo, cómo te extraño, te amo hijo”.

El celular de Gustavo permanecía guardado en un cajón de la casa materna, hasta que Sasha, hija de Gustavo, decidió llevárselo para resetearlo y devolvérselo precisamente a Eva, porque el de ella ya no funciona bien. “Entré a WhatsApp y justo vi el chat con su mamá. Me pareció un acto lleno de amor y de ingenuidad a la vez hermoso”, contó la joven en su cuenta de Twitter.

Cuando le comentó a su abuela que había encontrado los mensajes, ella se rió. “Me empezó a explicar por qué lo hacía. Me dijo que cuando más lo extrañaba, le mandaba mensajes porque la ayudaba a sentirse acompañada, la hacía estar más cerca de él. Quería contarles las cosas que pasaban acá. Es la forma que encontró para poder comunicarse con su hijo”. Sasha interpreta que es un hecho que no deviene del dolor o la angustia, más bien lo contrario: un gesto cariñoso, una forma afectuosa para estimular la memoria, los recuerdos felices.

En una publicación en esa red social, compartió dos capturas de pantalla de los mensajes y escribió “Mi papá falleció hace seis meses y mi abuela le sigue escribiendo a su WhatsApp para contarle y decirle lo mucho que lo ama y extraña. No quiero decir nada pero estoy llorando”. El tuit se viralizó rápidamente y en cuestión de horas acumuló cerca de 150 mil likes y casi dos mil comentarios. En las respuestas, miles de personas, identificadas con Eva, se sumaron a contar sus historias y a relatar sus modos absurdos, amorosos y nostálgicos que emplean para hablar con sus seres queridos.

Entre ellos, Rubén escribió: “Sigo teniendo la línea que era de mi hija. Le envío audios contándole cómo van las cosas por aquí y cosas de su pequeño hijo. De esa manera, pienso que aún está entre nosotros”. Por su parte,  Gabriel contó: “Yo también le escribo a mi hijo. Simplemente no podemos dejarlos ir”.

Una forma de recrear, al menos por un instante, un tiempo que ya no es.

 

EN ESTA NOTA COVID Madre viral Whatsapp

Leé más notas de La Opinión Austral