La cobertura del Ingreso Familiar de Emergencia en el país es superior al registrado por pro‑ gramas similares de Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay. La ANSeS tiene previsto invertir 178.000 millones de pesos. La Argentina reaccionó rápido ante la expansión de la pandemia con un férreo aislamiento social obligatorio y con medidas de expansión fiscal para llegar a los hogares más vulnerables del país.

El tenor de la crisis, sumado al desfalco dejado por la administración de la Alianza Cambiemos, expuso un grado de vulnerabilidad que no era percibido en su totalidad: las condiciones de informalidad laboral eran mucho más extendidas que las previstas.

El Gobierno Nacional había calculado un potencial universo de 4 millones de beneficiarios del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), pero hubo más de 11 millones de inscriptos. En la primera etapa del programa, 8,3 millones de hogares recibirán la cobertura (que por ahora alcanza abril y mayo).

El IFE ofrece una cobertura mayor que programas similares de Brasil, Perú, Chile, Colombia, Bolivia y Venezuela, no sólo en términos monetarios sino también por alcance de hogares. Según el análisis comparativo realizado por la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), el Ingreso Familiar de Emergencia llega a un total de 8,3 millones de familias, lo que representaría el 62,4 por ciento del total de hogares. En cambio, Brasil cubre tan solo el 23,5 por ciento de sus hogares (Coronavaucher). Lo que sucede en el país vecino es paradigmático de la desidia de un mandatario que empujó a miles de sus compatriotas a la muerte por subestimar la pandemia. “Es una gripecita”, había dicho Jair Bolsonaro.

Por otro lado, en Bolivia la cobertura llega al 55,2 por ciento de los hogares (Bono Familia), con una erogación de 72 dólares por Bono. Si bien la cobertura es bastante amplia, en términos monetarios solamente llega a cubrir el 23,6 por ciento del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) cuando la cobertura en Argentina llega al 60 por ciento del SMVM.

En Chile, el Bono Covid‑19, que presenta un estipendio de 60 dólares, llega al 32 por ciento de los hogares. En Uruguay, llega al 5 por ciento y en Perú, al 2,5 por ciento.

Esta crisis expuso que la informalidad laboral en el país llega al 40 por ciento y que existen 2 millones de monotributistas, que en muchos casos pueden esconder una relación laboral encubierta, es decir en condiciones precarias.

Ante este universo vulnerable, el Gobierno Nacional, a través de la ANSeS, dispuso la erogación de recursos con diferentes líneas de acción.

La inversión prevista en el IFE llega a los 83.000 millones de pesos. El organismo también dispuso un pago extraordinario para los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Asignación Universal por Embarazo (AUE) equivalente a una asignación adicional por cada hijo. En este caso, el organismo invirtió cerca de 27.000 millones de pesos. Y en el caso de la Tarjeta Alimentar, la erogación estimada llega a los 4000 millones de pesos.

La asistencia a las empresas a través del programa ATP –que no incluye todos los rubros económicos, es decir que existe un universo todavía no alcanzando– abarca la reducción de las contribuciones patronales (una transferencia indirecta de recursos) y el aporte complementario del salario: la ANSeS destinará casi 40.000 millones de pesos.

También habría que contemplar la prórroga en el pago de las cuotas de los créditos entrega‑ dos por el organismo conducido por Fernanda Raverta que representa un esfuerzo fiscal de 24.000 millones de pesos. En total, la ANSeS tiene previsto erogar, hasta el momento, la suma de 178.000 millones de pesos.

Sin inscripciones

El pago de la segunda ronda del IFE se hará efectivo una vez concluya el desembolso de la primera, el 3 de junio, pero aún resta definir cómo será el cronograma y los montos de desembolsos, afirmó la directora ejecutiva de la ANSeS, María Fernanda Raverta, quien confirmó que “el universo de personas que podrá cobrarlo ya está definido y no habrá una reapertura de inscripciones” en declaraciones a Télam.

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