Mientras algunas figuras del Frente de Todos trabajan en mecanismos para que el diálogo subyacente a la esfera pública con algunos dirigentes de Juntos por el Cambio pueda manifestarse en la superficie, el presidente Alberto Fernández insiste en cada actividad oficial en un planteo que refuerce el pacto democrático. Pasaron once días del intento de asesinato a la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, y representantes del Gobierno nacional y bonaerense, se abrazaron ayer en la Basílica Nuestra Señora de Luján al sermón del arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Eduardo Scheinig, quien llamó a toda la sociedad a “cuidar y asegurar la paz social que está frágil y amenazada”.

En la primera fila del santuario donde se realizó la “Misa por la paz y la fraternidad de los argentinos” se sentaron el jefe de Estado junto al expresidente peronista, Eduardo Duhalde, los ministros nacionales y provinciales, representantes de los Derechos Humanos y dirigentes sindicales. También, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien tenía a su lado a la hermana de la vicepresidenta, Giselle Fernández.
Si bien estaban invitados, no concurrió ningún miembro de la oposición a la ceremonia religiosa a la que convocó el intendente local, Leonardo Boto, en el marco del llamado de la Conferencia Episcopal Argentina a todo el país a rezar por la paz tras el atentado contra la ex presidenta, Cristina Kirchner. La Carta a los Obispos extendió la convocatoria a todas las fuerzas políticas y sus representantes, a vecinos y vecinas de otras confesiones cristianas y religiosas.

“La novedad hoy es animarse a abrazar al otro desde las entrañas, perdonarlo de corazón, empezar de nuevo las veces que haga falta, romper las cadenas del odio, tener palabras, gestos y acciones que busquen dignificar a los otros y apostar por salvarnos todos”, aseguró el arzobispo Scheinig.

En primera fila: Alberto, Duhalde y De Pedro.

Es una frase que está en línea con la tarea de promover el acercamiento con la oposición que encaró por estos días el ministro del Interior, EduardoWadode Pedro, un hombre de máxima confianza de la vicepresidenta. Tanto el presidente Fernández como la vice, dieron el visto bueno a buscar que aquellos puentes que ya existen con muchos dirigentes de Juntos por el Cambio sirvan para exponer un momento de debate sobre la intolerancia política en la sociedad.

“Nos hemos reunido para reflexionar”, afirmó ayer el Presidente al finalizar la misa en Luján y citó una frase del arzobispo: “La fraternidad es un don y una tarea”. “Es por ello -explicó-, el don y la tarea de nuestro pueblo, que debemos construir una mejor sociedad. En diálogo, sin odio y sin violencia. Como expresó el Papa Francisco, nadie se salva solo”, subrayó.

Es por eso que esta semana el ministro De Pedro “avanzó en diálogos con varios referentes de las principales fuerzas políticas”, aseguraron a La Opinión Austral fuentes cercanas a esas conversaciones. No se trata de un contacto que arranca de cero. Desde el Gobierno del Frente de Todos, insisten en remarcar que el diálogo con referentes de primera línea de Juntos por el Cambio -coalición integrada por el PRO, la UCR y la Coalición Cívica- está mucho más aceitado de lo que aparece a la vista de la ciudadanía.

Desde el oficialismo creen que la línea planteada internamente en la ex coalición gobernante por el expresidente, Mauricio Macri, y la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, pone un freno a que cualquier otro integrante considere sumarse a la “amplia convocatoria” que impulsa el Frente de Todos. De hecho, algunos de los que estarían dispuestos dejan trascender fuera de los micrófonos que “no tendrían problema” pero que la decisión podría resultar inexplicable a su electorado.

Participaron también el jefe de Gabinete, Juan Manzur; los ministros de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, Santiago Cafiero; de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi; de Defensa, Jorge Taiana; de Desarrollo Social, Juan Zabaleta; de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus; de Cultura, Tristán Bauer; y de Turismo y Deportes, Matías Lammens.

También estuvieron presentes los secretarios generales de la Presidencia, Julio Vitobello, y de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti; la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau; el senador Oscar Parrilli y el diputado Eduardo Valdés. Por la provincia de Buenos Aires también asistieron la vicegobernadora, Verónica Magario; el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde; la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez; y el ministro de Desarrollo, Andrés Larroque; además de intendentas e intendentes. Concurrieron también a Luján los referentes de derechos humanos Adolfo Pérez Esquivel, Taty Almeida y Vera Jarach; el sindicalista Hugo Yasky; el dirigente social Juan Grabois.

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