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El Papa León XIV, recientemente elegido como nuevo líder de la Iglesia Católica, tiene una profunda y prolongada relación con América Latina, en particular, con Perú donde vivió 18 años; pero también con Argentina y con el Papa emérito Francisco.
Esta cercanía quedó reflejada no solo en su historia personal, sino también en las emotivas palabras que dedicó a su antecesor durante su primer discurso desde la logia de la Basílica de San Pedro: “Todavía conservamos en nuestros oídos a esa voz débil, pero siempre valiente, del Papa Francisco, que bendecía a Roma y al mundo entero aquella mañana de Pascua”. La frase fue seguida por un estallido de aplausos.
Un vínculo forjado en Buenos Aires
El entonces cardenal agustino Robert Prevost conoció a Jorge Mario Bergoglio durante sus visitas a Argentina como prior general de los agustinos. En aquel tiempo, Francisco era arzobispo de Buenos Aires. Años más tarde, la amistad se fortaleció en Roma, especialmente cuando Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los cargos más influyentes de la curia vaticana.
“En los tiempos en que yo era prior general de los agustinos, varias veces, durante las visitas a mis hermanos en Argentina, cuando él era todavía cardenal, tuve ocasión de conocerle y hablar con él, informalmente y sobre asuntos más institucionales”, contó el por entonces cardenal Prevost a la prensa vaticana y subrayó que “Francisco era un hombre que quería vivir el Evangelio con autenticidad, con coherencia”.
Entre las enseñanzas más preciadas destacó el deseo de Francisco de construir “una Iglesia pobre, que camina con los pobres, que sirve a los pobres”.
Asimismo, confió que siempre ha apreciado a quien fue su antecesor por su “auténtico corazón cristiano”, su “generosidad”, su “caridad” y su “deseo de vivir esta dimensión del Evangelio hasta estos últimos días”.
Elegido Papa, Francisco celebró su primera misa pública, el 13 de marzo de 2013, en la parroquia de Santa Ana del Vaticano, confiada al cuidado pastoral de religiosos agustinos, y en esa ocasión Prevost se reencontró con él. “Me pregunté si se habría acordado de mí y cuando llegó y entró en la sacristía, al verme, me reconoció inmediatamente y empezamos a hablar”.
El pensamiento Prevost, hoy Leon XIV, se remonta también al primer viaje apostólico del Papa Francisco, a Lampedusa, a su “cercanía a los migrantes, hasta estos últimos meses, incluso cuando escribió”, en febrero pasado, “sobre la importancia de estar cerca de los que sufren y de tener el corazón de Jesucristo”, cuando se puso en marcha el programa de deportación masiva de inmigrantes ilegales y refugiados.
Con el Papa Francisco, entonces, Prevost, como prefecto del Dicasterio para los Obispos, tuvo una cita fija durante dos años, todos los sábados por la mañana.
“Hasta el final, quiso darlo todo a su ministerio, a su trabajo, a su servicio en la Iglesia”, continuó el ahora excardenal, hablando de su encuentro semanal con el Pontífice.
“Al principio era a las 8 de la mañana. Pero a veces llegaba a las 7.30 y ya me estaba esperando, así que empecé a ir un poco antes y a veces se anticipaba”. Se trataban temas importantes, pero Francisco añadía a menudo una petición: “Me decía, entre otras cosas, al final de la audiencia: ‘No pierdas el sentido del humor, tienes que sonreír‘”.
Prevost recuerda la oración de Santo Tomás Moro, repetidamente citada por el Papa para exhortar a seguir adelante en “cosas de gran responsabilidad, con gran confianza en la gracia del Señor”. Francisco no escatimaba “en servir a la Iglesia”, prosigue Prevost, precisando que el Pontífice estaba siempre “muy bien informado de las cosas”.
Las visitas de Prevost a Argentina
El flamante papa León XIV estuvo varias veces en Argentina y, de esos viajes, quedaron algunas fotografías que retratan los días que pasó en el país.
Entre el 26 y 28 de agosto de 2004, Robert Prevost inauguró la Biblioteca Agustiniana en el barrio porteño de Villa Pueyrredón, acto en el que participó, entre otros, monseñor Mario Poli, quien luego sería nombrado arzobispo de Buenos Aires.
En esa misma oportunidad, Prevost también estuvo en el Congreso Agustiniano de Teología, cuya misa de cierre fue celebrada por Jorge Bergoglio.
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En marzo de 2013, Prevost llegó al país para asistir a la ordenación de Alberto Bochatey como obispo auxiliar de La Plata.
De esa visita, hay imágenes que retratar su paso por la catedral platense y por el colegio de San Agustín, donde celebró una misa con Bochatey.
El Gobierno de Catamarca informó que Prevost también estuvo en esa provincia. “Desde el Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, celebramos la elección de su Santidad el Papa León XIV, recordando con gratitud su visita al colegio privado San Agustín de Santa María, realizada en el año 2014”, dice en un comunicado.
“Aquella jornada fue un momento profundamente significativo para toda la comunidad educativa, marcada por el encuentro cercano, las palabras de aliento y el mensaje de esperanza que el hoy sumo pontífice, Robert Prevost, compartió con estudiantes, docentes y familias”, concluye el texto.
Prevost también visitó la provincia de Tucumán.
Una continuidad en la “iglesia sinodal”
León XIV ya ha confirmado su intención de continuar con una de las principales directrices de Francisco: la sinodalidad. Este enfoque propone una Iglesia más abierta, participativa y horizontal, donde los laicos y los cardenales compartan decisiones relevantes.
Un modelo que no deja de generar tensión en los sectores más conservadores, pero que define la Iglesia como “comunidad en peregrinación conjunta hacia el Reino de Dios”.
Reacción de la Iglesia argentina
La elección de León XIV fue recibida con entusiasmo en Argentina. Durante la 126ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, un video difundido en redes mostró la efusiva reacción de los obispos ante el anuncio. Hubo aplausos, gritos de “¡Prevost!” y gestos de alegría que recordaban una celebración futbolística.
Más tarde, emitieron un comunicado: “Damos gracias a Dios por el don de su persona, por su disponibilidad generosa al servicio del Pueblo de Dios y por su sí confiado a la misión que hoy le ha sido confiada”, expresaron, agregando su oración para que Dios lo fortalezca con “sabiduría, misericordia y con un compromiso ineludible por la paz”.
Un papado entre la tradición y el cambio
Aunque León XIV se presentó con los atuendos tradicionales que Francisco había evitado, su elección no ha sido del todo celebrada por los sectores más conservadores de la Iglesia. Estos ven en su nombre y en la vestimenta una señal de regreso a la tradición, pero están atentos a si su pontificado se orientará hacia una línea más “moderada”.
Sin embargo, las señales iniciales parecen indicar una clara voluntad de continuidad con el legado de Francisco, especialmente en lo que respecta al compromiso con los más vulnerables y a una Iglesia sinodal, cercana y abierta.
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