Voy a contarles una historia sobre mi paso por La panadería de Pablo. Trabajé ahí por un período de 7 u 8 meses cuando tenía 20 años, o sea, cuatro años atrás. Fue mi primer trabajo en un lugar ‘copado’ y el primero dentro de la pastelería, entonces yo amaba ese trabajo. Dejé cuerpo, sangre, alma y mi dignidad ahí”, comenzó contando Trinidad Benedetti sobre su paso por el local gastronómico del chef Pablo Massey.

 

 

 

“Hablé con una de las encargadas, le conté y le dije textualmente: ‘¿es normal que Pablo le toque el culo a las empleadas?’, y ella me respondió ‘Sí. Tenés dos opciones: no hacés nada porque es un viejo gagá y todos los sabemos, o le pegás una cachetada. Las dos son válidas’. Obviamente que no le pegué”, cotó.

 

Y agregó: “Al otro día, hablé con Rodrigo (Da Costa) y con Nicolás Calderone, que era el gerente en ese momento. Ambos actuaron muy sorprendidos, muy impactados, no podían creer y me dijeron que iban a tomar cartas en el asunto”. Pero nadie hizo nada, entonces “yo  tomé distancia y él me seguía molestando”.

Además, apuntó contra Da Costa, quien “me dijo una cantidad de barbaridades que no me voy a olvidar nunca: que estaba loca, que era una maleducada, que si pensaba que Pablo me iba a agarrar y violar en la oficina. ‘Por favor mirate lo que sos, ¿vos te pensás que un chabón con la fama y guita de Pablo Massey se daría vuelta a mirar a una piba como vos? Pero, por favor, quien te pensás que sos”, comentó.

 

 

“Todos saben lo que pasa ahí. Yo pasé de ser la mejor pastelera que habían tenido en la historia de la Panadería de Pablo a ser la peor, y a sufrir durante dos meses hasta que conseguí trabajo y me pude ir”, finalizó

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