Carlos había nacido en 1943 en las cercanías de un pozo de petróleo en Comodoro Rivadavia, Chubut, y de joven se vino a vivir a Longchamps, a pocas cuadras de la estación de trenes, uno de sus amores más fuertes.

Esa cercanía, sin saberlo, determinó su camino artístico. “Yo empecé a pintar porque enfrente de las vías -yo vivía enfrente- un día veo un quilombo infernal: japoneses con casco que iban y venían, máquinas con luces de colores, levantaban 50 metros de vías y durmientes, parecían murciélagos. “¡Yo tengo que pintar! ¡Ni la foto es suficiente, tengo que pintarlo!”. Y ahí empecé a pintar el universo ferroviario”.

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El pintor y escultor reconocido intencionalmente convirtió la magia del tren y de las estaciones ferroviarias en una temática central de su creación que dejó su huella en la cultura de la comunidad de Longchamps.

Durante años, los usuarios del Tren Roca se encontraban con un mural que decoraba la estación y que hacía alusión a la relación de la ciudad con los orígenes de la aviación sudamericana.

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Su particular estilo, la reutilización de piezas de chatarra, muchas veces con orígenes ferroviarios, para transformarlas en esculturas llamó la atención de la propia SNCF (la compañía ferroviaria francesa) y llegó a exponer sus obras en París, Francia, convirtiéndose en el único artista argentino en ser invitado al Centenario de la Aviación Francesa.

En el 2015 fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires; recibió el Gran Premio del 28º Festival de Pintura de Cannes-sur-Mer, en Francia; sus cuadros pintado se exhiben en prestigiosos museos, tanto en Buenos Aires (por ejemplo, el MALBA) como en París; le compraron obras celebridades de Hollywood, un obispo de Lourdes, Madonna, jeques árabes y el mismo Diego Maradona y hasta se compró un castillo en La Borgoña francesa.

En la Patagonia

Es sabido que la Patagonia fue habitada hace millones de años por diferentes dinosaurios. Por esta razón en Pico Truncado decidieron hacerle un homenaje a estos gigantes que poblaron la zona con una escultura: el Bridasaurio.

Foto: Foto Revista

La escultura de 17 metros de largo y 4 de alto fue encargada al escultor argentino. Fue la empresa Bridas Sapic, en 1997, quién le pidió a Regazzoni hacer esta obra aprovechando materiales reciclados de la industria petrolera.

Aceptó el desafío. Para hacerla utilizó materiales como desechos metálicos de chatarra, tambores, trépanos, cadenas, bridas y válvulas, para su creación que se transformó en emblemática.

El Bridasaurio se encuentra al noroeste de la ciudad, contiguo al cordón forestal en el cruce de la Ruta Provincial Nº 12 camino a Caleta Olivia.

Grabó en Pico Truncado

En noviembre del 2013 regresó a Pico Truncado con el objetivo de filmar escenas para el popular programa televisivo “Vía Regazzoni” que lo tenía como principal protagonista. Lo hizo junto a una de sus obras más significativas y emblemáticas que creó en la Patagonia utilizando chatarra: el Bridasaurio, ubicado en el acceso oeste de esa ciudad.

Allí preparó un plato típico de los suelos patagónicos, un asado de cordero y en este caso lo hizo “al disco”.

Como era previsible, gran cantidad de vecinos se acercaron al Bridasaurio para contemplar personalmente las particularidades de este personaje, que ahora mostró sus dotes de cocinero.

Cabe recordar que Regazzoni pasó sus años de adolescencia y juventud en el barrio Ameghino Nuevo de Comodoro Rivadavia y vivió un tiempo en Francia, para luego radicarse en Buenos Aires.

El municipio colaboró aportando logística a la iniciativa y la filmación fue observada por el intendente Osvaldo Maimó, el diputado Martin Sotomnayor, el jefe de Gabinete Eduardo Pellegrini, el director de Turismo Sebastián Toledo y el director de Defensa Civil, José Huiscay, aunque ninguno de ellos se animó a probar bocado del cordero preparado para la ocasión.

El recuerdo de la Escuela Primaria Provincial Número 43.

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