NÉSTOR KIRCHNER JUNTO A LA MILITANCIA. “Se viene un tiempo nuevo, con nuevos rostros y una nueva historia”, dijo.

Logramos una hazaña”, indicó a la pasada Néstor Kirchner mientras se dirigía a saludar a una multitud que se había reunido en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, luego de que se confirmaran las cifras que depositaban al gobernador de Santa Cruz en el ballotage. Eran poco después de las 22 horas del domingo 27 de abril, exactamente 20 años atrás.

Es que gobernaba una provincia que por entonces tenía 180 mil habitantes y en un país en el que unos meses antes a cualquier argentino y argentina le costaba pronunciar su nombre correctamente. La candidatura era “una patriada”, había dicho el “Lupo” a los santacruceños durante 2002, cuando tenía una intención de voto que apenas superaba el 2 por ciento.

Néstor Kirchner esperaba los resultados mirando un televisor de 21 pulgadas

Kirchner esperaba los resultados mirando un televisor de 21 pulgadas. Un rato antes de conocerse los resultados se había enojado con la actitud soberbia del riojano Carlos Menem, quien minutos después de las 22 horas insistía en que ganaba en primera vuelta. En su despacho estaban la entonces diputada nacional Cristina Fernández y sus hijos, Máximo y Florencia.

Un rato más tarde y después de monitorear una PC que tenía en su escritorio, volvió a salir al Salón Blanco. Eran las 22:55 cuando tomó contacto con los militantes, dirigentes y vecinos y vecinas que se habían acercado a Alcorta 232. Según la crónica de La Opinión Austral, desde allí les pidió que “le tengan fe”, pero se diferenció de su contrincante y pidió que “no lo sigan”, sino que lo “ayuden” y lo “acompañen”, prometiendo “recuperar los sueños”.

Los argentinos no vuelven atrás”, manifestó el gobernador de Santa Cruz mientras era aclamado. “Se siente, se siente, el Lupo presidente”, se cantaba en el Salón Blanco. En las fotografías se pueden observar militantes como Enrique Bellio, exsubsecretario de Cultura; Oscar CachoVázquez, exdiputado provincial; Miriam Aguiar, exdiputada provincial; Francisco BatataMansilla, amigo personal, y José Luis Gómez, exconcejal, entre muchos otros.

Tapa de La Opinión Austral, 27/04/03.

Luego de anticipar que al día siguiente viajaría a Buenos Aires, Kirchner sostuvo que “se viene un tiempo nuevo, con nuevos rostros y una nueva historia”, al tiempo que expresó que “desapareció el criterio corporativo de la política”. E, inflando el pecho, aseguró: “A la Patria le hace falta un presidente patagónico para que, definitivamente y por primera vez en la historia, tengamos la oportunidad de hacer el cambio que la Argentina necesita”.

Sobre la segunda vuelta, el exintendente de Río Gallegos afirmó que había espacios políticos importantes que se expresaron, como el candidato por el Movimiento Nacional y Popular”, y hasta felicitó por la elección a Adolfo Rodríguez Saá y a Elisa Carrió; también a Carlos Menem, “a pesar de que encarna un modelo totalmente distinto”, subrayó.

Asimismo, amplió la invitación a gente que está desde el otro lado, con visiones totalmente diferentes del país”, aunque aclaró que “la alianza fundamental es con el pueblo argentino”, en contraposición a los años en los que gobernó la alianza conformada entre la UCR y el Frepaso. “Es hora de empezar a respetar la memoria de los argentinos, la dignidad de los argentinos”, sostuvo y expresó que con las elecciones celebradas ese 27 de abril, “se le dio una verdadera lección a cualquier gesto de soberbia”.

Néstor Carlos Kirchner, acompañado por su familia y la militancia, salió poco antes de la medianoche de la Casa de Gobierno para festejar en pleno centro de la ciudad de Río Gallegos. Luego se hizo una extensa caravana que se replicaría unas semanas más tarde, cuando Carlos Menem finalmente se bajaba del balotaje y el “Lupo” regresaba a Río Gallegos, ya como presidente electo.

Comenzaba esa fría noche de abril, con temperaturas bajo cero, una historia que quedaría marcada a fuego en los santacruceños y santacruceñas, pero también en los patagónicos que veían subir por primera a uno de los suyos, un “pingüino”, como se lo apodó en los medios porteños, al mayor honor que puede tener una persona en la República Argentina.

Informe: Pablo Manuel

Diseño: Emmanuel Quiroga

Archivo: Enrique Sánchez

Corrección: Pablo Ruiz

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