Con todos los ojos puestos en cómo Alberto Fernández pilotea la gran crisis a nivel planetario del coronavirus y lo que piensa hacer en la post pandemia, es oportuno mirar de reojo al armado opositor, aunque falte más de un año para las elecciones legislativas y más de tres para las presidenciales.

La principal agrupación opositora, costosamente unida bajo el nombre de Juntos por el Cambio, tiene en principio tres problemas a resolver para plantarse de manera sólida frente al gobierno.

¿Qué lugar ocupa Mauricio Macri, tanto hoy como de cara al futuro? ¿Qué tono elegir, el más confrontativo con manifestaciones en las calles o uno más dialoguista, al menos hasta pasar la crisis de la pandemia? ¿Qué rol tiene el radicalismo en este armado opositor?

El ex presidente Mauricio Macri no define, al menos no públicamente ni en las reuniones por Zoom con los dirigentes propios, si desea plantarse como el líder de la oposición y tener la revancha por la Presidencia en 2023 o dar un paso al costado en la lucha electoral y dedicarse a dar charlas por el mundo y preservar un lugar en el armado del fútbol mundial.

“Queda claro que es mejor turista que presidente”, dijo Máximo Kirchner en la Cámara de Diputados, al mencionar irónicamente el sorpresivo viaje de Macri y su familia a Francia y Suiza. Su partida a Europa en plena crisis por la pandemia generó no solo el predecible rechazo opositor, sino que generó mucha bronca en sus aliados. El paso de Macri por el hotel más caro de París y la Costa Azul, y las reuniones de la FIFA en Suiza –las que habitualmente se hacen por videoconferencia-, provocó el desconcierto en las filas de Juntos por el Cambio y la consideración en muchos de que este “paseo europeo” significa que Macri abandona el liderazgo opositor.

 

“No hace nada ilegal, pero muestra falta de empatía con la sociedad que la está pasando muy mal y con sus compañeros de ruta política en plena lucha contra la reforma judicial que impulsa el kirchnerismo. El viaje no podía ser más inoportuno”, señalaba con bronca un dirigente macrista.

Incluso algunos periodistas antikirchneristas y simpatizantes de la oposición, fueron más contundentes en su análisis: “Hoy Macri firmó la renuncia como jefe de la oposición argentina. Porque el jefe de la oposición, en medio de la pandemia, de la crisis de inseguridad, económica, social, se va un mes de vacaciones a Europa”. Durísimo.

Con esfuerzo, los más cercanos a Macri intentaron explicar que el ex presidente evalúa que lo mejor para el país en estos momentos es que él se mantenga en silencio y que deje gobernar, que ya habrá tiempo para una ofensiva política. Estos mismos dejan flotando en el aire la idea de un Macri liderando la lista de candidatos a diputados por la Ciudad de Buenos Aires de Juntos por el Cambio en 2021.

Claro que en política los espacios vacíos no duran mucho. Alguien los ocupa. Y aquellos que se sienten indiscutibles de pronto se encuentran con que tienen que luchar por un espacio que consideraban propio.

Los radicales que integran Juntos por el Cambio registraron estas vacaciones europeas de Macri como la confirmación de que todo está abierto a la discusión en la alianza opositora. Una nueva oportunidad, esta vez concreta, de ocupar el rol de coprotagonista que le fue negado durante los cuatro años de gobierno macrista.

 

El radical más locuaz y terminante viendo siendo el presidente del Comité Nacional de la UCR, Alfredo Cornejo. El mendocino no tiene reparos en asegurar que Macri “no tiene margen para volver a ser candidato” en las elecciones de 2023, por lo que convoca a “renovar los liderazgos” en la alianza opositora. Él, claro, se pone en el primer lugar de la fila.

Por eso no solo le pega a Macri y también apunta, con más cuidado, al porteño Horacio Rodríguez Larreta. Para el titular del radicalismo está inmerso “en la nube del relato” del Gobierno sobre la pandemia de coronavirus y se quejó de que no se analiza el “apagón económico”.

En la discusión sobre una oposición durísima y “odiadora” o una más dialoguista y menos confrontativa, el rol de Horacio Rodríguez Larreta está claro.

Quien hoy está considerado como el principal candidato a luchar por la Presidencia en 2023 por parte de la oposición, tiene en la moderación y el diálogo sus banderas principales en medio de esta crisis. Las encuestas le sonríen: el jefe de gobierno porteño es el político opositor con mayor imagen positiva del país y aventaja, por mucho, a Mauricio Macri.

 

María Eugenia Vidal y yo somos lo mismo hace más de 20 años”, dijo Larreta en un encuentro con dirigentes partidarios. Nadie duda hoy en ubicar a ambos en un lado de la cancha, mientras que Macri y Patricia Bullrich, titular del Pro, están en el opuesto.

Para Larreta el problema no es tanto manejar políticamente la pandemia, sino como hacerlo en el 2021, un año electoral y en el que posiblemente se transite la llamada post pandemia. ¿Cómo será la unificación del ala moderada con la extremista dentro de Juntos por el Cambio? Es una pregunta clave para encarar un 2021 electoral. ¿Y si no pueden juntarse? Este último es un escenario que haría más complejo el panorama para el 2023, aunque todavía falta mucho tiempo, de lucha política y de pandemia.

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