El nuevo uniforme “no binario” de la Policía de Seguridad Aeroportuaria surge de la demanda de un oficial, que en plena transición hacia su identidad autopercibida, debía desarrollar como primeras acciones pintarse las uñas y delinearse los ojos, pero se exponía a eventuales sanciones dado que el reglamento de presentación de la fuerza no lo contemplaba, ni se lo permitía.

 

Por eso, el binarismo sexual y la desaparición de estereotipos fueron los disparadores de una mesa de trabajo, en la que se creó el nuevo reglamento de uniformes no binario, el primero entre las fuerzas del país, que se presentó la semana pasada en un encuentro regional en Paraná, Entre Ríos, sobre “labor policial, perspectiva de género e inclusión”.

Durante la presentación del Reglamento Particular de Uniformes, Atributos, Distintivos y Condecoraciones de la PSA, se explicó “la necesidad de ofrecer opciones de uniforme diverso e inclusivo, bajo ciertas normas y aliño especial acordes con la fuerza” con una medida que “busca prevenir la discriminación y exclusión que conforman situaciones de violencia y agresión a las personas con identidades que no coinciden con el sexo con el que fueron inscriptas al nacer” o que transitan situaciones especiales.

 

El director nacional de la PSA explicó: “Es una propuesta que vino de abajo hacia arriba. Como decimos siempre en el peronismo: donde hay una necesidad, nace un derecho. En este caso, fue la inquietud de un oficial que estaba en su tránsito a ser mujer; su proceso exigía determinadas acciones progresivas y la institución, con sus protocolos, se lo negaba. Entonces comenzamos a trabajar en eso advertimos que no solo debíamos eliminar la diferenciación y hacer uniformes unisex; también vimos que había otras cuestiones injustas y estigmatizantes, como el hecho de que las mujeres lactantes no pudieran cumplir tareas y debieran llevar camisa blanca y pantalón negro, o que las embarazadas no pudieran llevar uniforme”.

“La perspectiva de género nos permitió ver arbitrariedades en la conducta operacional. Por ejemplo: usar barba, que está tan de moda, no afecta la labor policial; tampoco el pelo largo en los hombres -como a las mujeres, les pedimos que se lo recojan-, o un uso discreto de cosméticos. O los tatuajes: mientras que un oficial jefe podía ostentarlos, a los subordinados se les vedaba. Intentamos profesionalizar nuestra fuerza y sus protocolos”, afirmó Glinski.

 

Líneas generales del nuevo reglamento:

• Deja de basarse en géneros y estereotipos.
• Se centra en la operatividad de la labor policial y el respeto de la identidad autopercibida de las y los integrantes de la fuerza.
• Se prioriza la identidad de cada persona que integra la fuerza.
• Se abandona el sistema de uniformes femenino – masculino.
• Se brinda opciones de uniforme diverso e inclusivo.
• Se rompe estereotipos binarios para ampliar derechos
• Incluye diversidad en los cargos y grados jerárquicos.

Todo el personal de PSA podrá:

  • Llevar el cabello largo recogido
  • Lucir barba y/o bigote
  • Utilizar cosméticos de manera discreta
  • Lucir tatuajes, siempre que no sean ofensivos para terceros
  • Las personas gestantes y lactantes, utilizarán, como regla general, el uniforme de oficiales, no son situaciones limitantes en la carrera policial.

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