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El conflicto entre las cámaras empresarias de la flota congeladora tangonera y el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) continúa sin resolución, y crece la incertidumbre entre trabajadores de las plantas pesqueras. La exigencia empresarial de aplicar una reducción del 30% en los valores de producción fue rechazada por el sindicato, y esto mantiene frenadas las salidas de los buques. En paralelo, la flota fresquera de altura también anunció que no iniciará actividades.

Según consignó el portal especializado Revista Puerto, esta parálisis impacta de lleno en la industria pesquera, especialmente en las plantas de procesamiento en tierra, que dependen del suministro constante de materia prima. Al no haber faena en aguas nacionales, no hay pescado para trabajar y, en consecuencia, los empleados temporales y eventuales no serán convocados como es habitual en esta época del año.

La Secretaría de Trabajo dictó una conciliación obligatoria, pero mayo ya está perdido para el sector. El Consejo Federal Pesquero se reunirá para definir una posible prospección en el Área de Veda Permanente de Juveniles de Merluza, lo que podría postergar aún más el inicio de la temporada de langostino.

En este escenario, los operarios permanentes apenas perciben el sueldo mínimo garantizado y realizan tareas limitadas de reproceso con langostino congelado en stock. Mientras tanto, crece el temor de que junio y julio también pasen sin actividad, lo que significaría un invierno crítico para miles de familias que dependen de esta industria.

El silencio de las autoridades del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA Chubut) genera malestar entre los operarios, que demandan explicaciones y certezas. Por ahora, la incertidumbre reina y el futuro del trabajo en las plantas pesqueras sigue en jaque.

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