Hay una decisión del presidente Alberto Fernández. Y la aplican cada uno de los gobernadores y así las intendencias. Las peluquerías no pueden abrir.
Teté Coustarot, como miles y miles mujeres de la Argentina y del mundo padecen que no haya peluquerías habilitadas. Es un tema de pueblo, de ciudad, de la provincia y de varios países.
Me corté el pelo sola y me animé a cortarle a Carlos, mi pareja

Teté, manos a la obra con su pareja, el empresario Carlos Gaziglia. Tijera en mano, también se cortó sola.
En Santa Cruz, por ejemplo, recién comenzarían a hacerlo en los próximos días. Hubo muchos mensajes en las redes con las historias, denuncias y pedidos desesperados: “No aguanto más el pelo así, las manos, las uñas”. Además, crecen las atenciones a domicilio. La cuarentena ha impactado en todos los rubros y el de las peluquerías es uno de los más tangibles.
El estilista Fabio Cuggini dijo en Crónica HD que “la estamos pasando muy mal todos los peluqueros”.
Siempre se hace referencia a la gente común, pero ¿qué pasa con las clientas famosas?
En la sección de La Pavada del diario Crónica se reveló que “en la ausencia de peluquerías abiertas y disponibles, la mayoría de las famosas se tienen que arreglar solas. Tal es el caso, entre otras, de Teté Coustarot, quien ya se había teñido de su color con tintura que compró en la farmacia, pero decidió ir más allá: debutó cortándose el pelo sola frente al espejo, para lo cual esterilizó la tijera. Quedó tan contenta con el resultado que le mandó la foto y el video por WhatsApp a Susana. La diva no podía creerlo y le decía que se había puesto una peluca.”
Teté, ese no es tu pelo, es una peluca
La periodista y ex modelo armó en su casa un pequeño set de televisión donde graba las presentaciones de los programas que se emiten por la señal de cable A24: uno referido a la ciudad de Tucumán y otro del colegio farmacéutico. Hasta tiene las luces adecuadas para iluminarse. También tiene su propio estudio para salir por Radio 10 con su exitoso ciclo dominical.
¿Y la imagen? Teté lo resolvió: se animó y se cortó ella misma el pelo. Le dijo, entusiasmada, a La Opinión Austral que en el baño aprovechó hasta los laterales del espejo para cortarse atrás y a los costados. “Fue fácil. Veía dónde estaba más largo y listo”.
Le salió tan bien, según ella, que hizo de “peluquera” de su pareja, el empresario Carlos Gaziglia. “¡No sabés qué buena peluquera es Teté!”, dijo entre risas. Le recortó bastante y hasta hicieron varias selfies, a las que accedió en exclusivo La Opinión Austral, con el paso a paso de la tijera. Teté recordó que antes de la pandemia iba al local que tenía Roberto Giordano (“¡Qué noche, Teté!”) en la calle Güemes, de la Capital Federal. Los ex empleados, quiénes han formado una cooperativa, están al frente del negocio. Ahí, tiene a su peluquero preferido, Víctor. Es su clienta desde hace años. Nazareno, el responsable de la tintura y Mabel, de las manos y uñas. Pero el coronavirus hizo que Teté fuese su propia “peluquera”. Todo en casa. Y reconoció, con humor, “ahorramos plata”.
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