El presidente Javier Milei festeja en Estados Unidos el abrazo con el republicano Donald Trump y los aplausos y elogios que obtuvo en el encuentro de los conservadores norteamericanos. Con su obsesión por escribir en las redes, manifiesta su felicidad porque la inflación de febrero estará en el orden de los 15 puntos, porque “baja el dólar mercado y futuros, compresión de brecha, suba de bonos y acciones”. Y lo que lo pone más contento: la pelea con la “casta” -léase gobernadores, legisladores, intendentes-, está en un punto altísimo.

Con este tono a través de las redes sociales, el Presidente encara los meses más difíciles de su gestión -marzo y abril, reconoció- sin consenso político, enfrentado a los gobiernos provinciales y asegurando que mantiene una fuerte aprobación social.

Todo ese amplio arco de enemigos “no la ven”.

Entre los hechos que festeja el Presidente está la visita de una autoridad del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath, quien apoyó las medidas económicas del gobierno que “están empezando a dar frutos, aunque el camino por recorrer sigue siendo complicado”.

Pero Gita Gopinath vio algo más. En su comunicado, el FMI advirtió sobre el ajuste sobre las clases vulnerables, entre ellos los jubilados, algo poco común en sus palabras. “Será esencial hacer esfuerzos sostenidos para apoyar a los segmentos vulnerables de la población y preservar el valor real de la asistencia social y las pensiones”, dijo el FMI. La subdirectora del organismo señaló que el Gobierno debe garantizar “que la carga del ajuste no recaiga desproporcionadamente sobre las familias trabajadoras”.

El Fondo ve que el ajuste brutal y la recesión pone en zona de riesgo al gobierno. Ve lo mismo que muchos inversores en Wall Street, sin un amplio acuerdo político y medidas que eviten el conflicto social, la Argentina es un país que se puede tornar inviable para atraer inversores.

A poco de la partida de la enviada del Fondo, estalló una rebelión patagónica que se va extendiendo a todo el país. El recorte de 13.500 millones de pesos empujó al mandatario de Chubut, Ignacio Torres -una joven figura del PRO-, a amenazar con no enviar más petróleo ni gas. Detrás y en solidaridad, se encolumnaron todas las provincias, sin distinciones partidarias.

Ignacio Torres, gobernador de Chubut. FOTOS: TAMARA MORENO/LA OPINIÓN ZONA NORTE

En las próximas horas, los gobernadores patagónicos harán un anuncio y una advertencia: si de aquí al miércoles no hay un cambio de actitud de Milei y una mesa de diálogo, la rebelión derivará en un cese de actividades en el sector petrolero y gasífero. Una medida inédita en la historia argentina.

Los gobernadores, incluyendo a los aliados de Juntos por el Cambio, expresaron de manera pública el hartazgo por los permanentes recortes que tienen de las transferencias que venían recibiendo de la Nación.

Proceda con su amenaza de inmediato y hágase cargo de las consecuencias en la Justicia”, publicó la Oficina del Presidente en respuesta a Torres.

Pero por más que Milei intente centrar esta pelea en Torres, es mucho más amplia. En una declaración conjunta, que firmó hasta el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, y los otros ocho mandatarios de JxC, repitieron más o menos el mismo criterio que los peronistas.

Gobernadores de Juntos por el Cambio.

Lo que “ven” los gobernadores es una escalada de recortes y falta de consenso que no les gusta nada.

El chubutense Torres es uno de los dirigentes más destacados de la nueva generación del PRO. Su embestida contra Milei podría estar vinculada con el trascendido de que Mauricio Macri abandonó la idea de fusionar su partido con los libertarios, aparentemente cansado de las idas y vueltas del Presidente.

Cuentan que en un encuentro con dirigentes partidarios y algunos empresarios, Macri fue tajante: “Es imposible acordar con Milei. Un día te dice una cosa, otro día otra“.

La fusión en el Congreso entre el PRO y La Libertad Avanza se congeló. Tampoco está vigente, obvio, la posibilidad de “coparle” el gobierno al libertario con dirigentes de máxima confianza macrista.

Torres intentó buscar el apoyo, la intermediación de Macri con Milei. Fracasó.

Macri apunta a recuperar la conducción del PRO, en este camino no puede hacer oídos sordos a los fuertes reclamos de los gobernadores de su propio partido. Cuáles serán los próximos pasos de Macri es una de las grandes incógnitas de este momento político en el país.

Por lo pronto, la ministra de Seguridad y actual titular del PRO, Patricia Bullrich, se metió en la pelea y se puso del lado de Milei. Afirmó que ningún miembro de la fuerza política que lidera “puede validar la amenaza de confiscar propiedad privada”, en alusión a los dichos del mandatario local, que afirmó no iba a entregar ni petróleo ni gas a Nación.

“Nacho” Torres y Patricia Bullrich.

No solo es obsceno hacer esa amenaza, sino que son afirmaciones que ahuyentan inversiones, la creación de empleo y el progreso de nuestro país. El dilema es simple: o todo sigue igual o abrazamos la libertad y cambiamos”, advirtió Bullrich.

Esta pelea repercute fuerte en la interna del PRO.

Javier Milei repite a cada paso que lo sostiene el 56% por ciento de los votos con los que ganó el balotaje. Pero hay que repasar todas las cifras de la elección para discutir de quién son los votos.

En Chubut, en octubre Milei sacó solo el 35% de los votos, y en el balotaje subió al 59%. Esos 24 puntos de diferencia ¿Están con su gobernador o con el Presidente en esta pelea?

Estas cuentas la hacen varios gobernadores a la hora de sentarse a discutir. En Santa Fe, por ejemplo, en octubre Milei sacó solo el 32% de los votos, mientras que Maximiliano Pullaro fue electo gobernador con el 68%. Si bien es cierto que Milei triunfó en el balotaje con el 62%, la discusión se plantea como en el caso de Chubut.

De aquí al miércoles esta rebelión patagónica puede escalar o enfriarse si hay diálogo. Dependerá en gran parte de la actitud que asuma Milei al regresar de Estados Unidos.

Mientras tanto, todos esperan “ver” con que actitud y discurso llegará Milei a la Asamblea Legislativa del viernes 1 de marzo. Un momento clave para marcar como seguirá la difícil relación del Ejecutivo con el Congreso.

EN ESTA NOTA Con Firma Javier Milei

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