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El Boxing Club se transformó en el epicentro del taekwondo ITF durante el fin de semana: el Campeonato Regional reunió a delegaciones de toda la Patagonia, además de equipos especialmente invitados de Buenos Aires y Mar del Plata, en una edición que combinó organización, masividad y competencia de alto vuelo. Con transmisión televisiva nacional para las finales del domingo y 170/180 deportistas locales en escena, Río Gallegos ratificó su lugar como plaza fuerte del sur argentino.
Desde los estudios de Radio LU12 AM680, el coordinador del certamen, Alejandro Vera, valoró la decisión operativa que permitió ordenar el flujo competitivo: el sábado se disputaron las eliminatorias de cinturones negros (danes) y el domingo se concentraron las finales televisadas, lo que alivió tiempos de programa y el recambio de árbitros entre combate y combate. “Teníamos un volumen muy grande de competidores negros; separarlo en dos jornadas fue clave para sostener el nivel y la prolijidad del evento”, señaló. La prueba se desarrolló bajo fiscalización de la Confederación Argentina de Taekwondo ITF y de la Confederación Argentina de Deportes, con coordinación de la Federación de Taekwondo ITF de Santa Cruz.

Carlos Saldivia junto a Alejandro Vera y Francisco Núñez.
FOTO: LEANDRO FRANCO / LA OPINIÓN AUSTRAL
El staff técnico y arbitral estuvo a la altura de la cita. Vera confirmó la presencia del Gran Master Galarraga, referente de la estructura nacional; del Gran Master Guimaraes (Corrientes); del maestro Gabriel Cova, entrenador de la Selección Argentina; y del maestro Alberto Maidana, director de Arbitraje y Jueces a nivel país. A ellos se sumaron instructores de múltiples provincias, la producción televisiva y equipos que llegaron por aire y por tierra desde ambos lados de la cordillera. Desde Chile, por ejemplo, arribaron delegaciones de Puerto Montt, que volaron a Punta Arenas y continuaron por ruta hasta la capital santacruceña.

Así se vivió el Campeonato Regional de Taekwondo en el Boxing Club. FOTOS: JUAN PALACIOS / LA OPINIÓN AUSTRAL
El balance deportivo dejó varias conclusiones. Por un lado, la masividad: casi 400 inscriptos y un flujo continuo de combates en juveniles, adultos y seniors. Por otro, el nivel competitivo: según el maestro bonaerense Francisco Núñez, que viajó para acompañar y evaluar, la Región quedó “a tiro” de la élite metropolitana en términos de rendimiento, luego de un año con regionales en todo el país y la reciente experiencia mundialista en Barcelona.
La delegación local fue multitudinaria: 170/180 competidores de Río Gallegos pisaron el tatami del Boxing, respaldados por una logística que incluyó albergues y hoteles para visitantes, y un parque de materiales que hoy luce a la altura de las grandes sedes: pisos de goma, soportes, pantallas y sistema electrónico. Vera recordó que ese equipamiento es el resultado de “décadas de insistencia y reinversión” de escuelas e instructores que se proponen sostener calendario, calidad y recambio. La anécdota que dejó la jornada también habla del crecimiento: un competidor santacruceño eliminó en primera ronda a un campeón mundial que viajó para competir en Gallegos, muestra del umbral que alcanzó el semillero provincial.
El costado económico, inevitable en el deporte amateur, atravesó la organización. Vera y Núñez coincidieron en que montar un regional patagónico —con traslados largos, televisación y arbitraje de jerarquía— supone un esfuerzo sostenido: “No siempre cierran los números; aun así, la apuesta es formar, competir y dar visibilidad”. Allí aparece el segundo eje de la discusión: patrocinios y apoyos que permitan estabilizar la participación de chicos y chicas que ya muestran proyección nacional.
En la charla con LU12, Núñez ofreció una mirada de sistema: la Confederación consolidó un mapa con cinco regiones, fortaleció la carrera arbitral y desplegó un circuito que alimenta la Selección Argentina. El camino al combinado nacional no tiene atajos: los cuerpos técnicos observan el desempeño a lo largo de torneos abiertos y nacionales, y los selectivos suman puntos por podios; luego, los preseleccionados completan entrenamientos integrales en lucha, formas, roturas de habilidad y de poder.
El Regional de Río Gallegos dejó, además, una postal de renovación: la categoría juveniles (14 a 17 años) nutre un recambio que ya pelea palmo a palmo con mayores, mientras que practicantes adultos y seniors sostienen el volumen de clubes y escuelas. En paralelo, la formación de jueces e instructores asegura continuidad: “Sin árbitros no hay competencia, y sin competencia no hay progreso”, resumieron los maestros.
El calendario no se detiene. El equipo santacruceño ya planifica una escala en Puerto San Julián y el viaje al Campeonato Nacional de Jujuy en diciembre, mientras que los bonaerenses apuntan a Mar del Plata y a fechas del circuito nacional antes del receso. Con el aeropuerto aún en pausa y costos de traslado en alza, la consigna se repite: ajustar logística, sumar apoyos y mantener vivo el pulso competitivo para que el talento no se quede sin kilómetros.








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