“El detonante más grande fue un día que alcé a mi hijo, que era chiquito, venia piloteándolo con mi esposa que me venía poniendo el ultimátum. Mi mujer me dio el bebé y me dio miedo que se me caiga. Ahí me hizo un clic en la cabeza. Dije ‘¿no puedo sostener a mi hijo?”, reveló Rodrigo Vagoneta.

 

“Al otro día fui a una asociación que me ayudó muchísimo y ellos me salvaron la vida (…) Me peleé con muchos amigos, tuve problemas de conducta. No es me tomo unos tragos y está todo bien. Uno empieza con problemas de comportamiento. Mi mujer me decía ‘cuando tomás alcohol no sos vos’”, expresó el artista.

 

“Hay que contar que cuando uno bebe demasiado, pierde una de las cosas más importantes que tiene en su cerebro, que e el concepto de miedo, se te va. Podés manejar rápido, y después, uno piensa ‘de la que me salvé’”, expresó.

 

“Tengo recuerdos de estar días enteros solamente tomando alcohol, cuando no tenia nada que hacer. Me compraba un fernet como si fuera café“, agregó y concluyó: “La libertad. Yo no necesito tomar un trago para ser feliz. Es una belleza, lo digo emocionado. Al principio tenía miedo porque me faltaba algo si no estaba bebiendo. Y me dijeron que era al revés”.

 

“ay regalos que siento que son de dios. Me va bien en la carrera, me concentro mejor, los chistes los clavo al angulo. ¡Tengo más tiempo para jugar con mi hijo! (…) “Recobren la libertad de poder juegar como un niño sin necesidad de chuparse unos tragos para divertirse”.

 

 

Leé más notas de La Opinión Austral