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*Por Jorge Rodríguez

Tan especial como reciente es el capítulo que Liliana y Jorge escribieron en el libro de los enamorados. Especial, porque en Barcelona se reencontraron luego de 49 años. Y reciente porque esa explosión de amor ocurrió hace un mes. Ambos tienen 73 años, nacieron en el porteño barrio de Liniers y entre 1971 y 1976 mantuvieron un romance que se quebró cuando Jorge conoció a Elena, con quien se casó, tuvo tres hijos y sentó sus raíces en Córdoba. En 1996 se rompió la relación y se unió a Carolina, quien le dio otros dos hijos y con quien vivió en Neuquén hasta fines de 2023.

Para Liliana -según consignó el diario Crónica– las cosas fueron más difíciles. La abrupta decisión de su primer novio la sensibilizó, aunque logró rearmar su vida y en 1981 se unió a Horacio. Fruto de ese matrimonio nacieron Luciana y Florencia. Pero el destino le propinó un golpe durísimo: en 2002 enviudó. En 2013, buscando estabilidad y seguridad, resolvió radicarse en Barcelona, España.

A comienzos de 2024, los protagonistas de esta historia tuvieron un tibio contacto por redes. Habían quedado en el camino tantos lindos recuerdos como marcadas asperezas. Recién en octubre del pasado año Jorge logró remontar el barrilete y encarrilar algo que parecía definitivamente quebrado. Una tarde llamó a Liliana y le dijo: “En enero estoy en Barcelona”. Y así fue. No alcanzaron 20 días con viaje a Marruecos incluido, pero ambos coincidieron en haber vivido una experiencia hermosa sobre la que todavía no se conoce el final.

“No voy a dejar de agradecerle a Dios haberme reecontrado con Jorge. Fue todo muy sorpresivo, de alguna manera inesperado. La emoción no me permitió pensar. Encima el 11 de enero se casó Luciana, mi hija mayor, y por momentos el corazón parecia estar cerca de estallar. Florencia, la menor, vive conmigo, está de novio y seguramente más temprano que tarde dejará el nido”.

Liliana y Jorge, en 1973 en Santa Teresita.

La misma Liliana reconoce que el apego a sus hijas es enorme. “Es que las tres sufrimos la muerte del padre de ellas, las tres nos vinimos solitas a Europa a caminar un mundo desconocido. Vivimos muchas cosas juntas. Ellas son mi vida. Le pedí a Jorge que me dé un tiempo para ordenar tantas sensaciones y creo que me entendió”, cuenta.

Por su parte, Jorge, señala: “Liliana está muy pegada a sus hijas, más allá que una tenga 36 y la otra 40 años. Es un caso muy particular en lo que a afectos se refiere y yo debo entenderlo. Vivimos unos días espectaculares, recordando a nuestro Liniers querido. Las pizzas de Vieja Aldea, un local que estaba en colectora General Paz, casi Rivadavia. La placita del hospital Santojanni, la plaza Martín Fierro, de José León Suárez y Martínez de Hoz, los amigos. Fue como volver a vivir”.

Jorge sabe que fue él quien rompió la relación 49 años atrás. “El tiempo dice que me equivoqué. Elena me dio tres hijos, pero yo tendría que haber sido más claro con Liliana. De alguna manera la recordé toda la vida y a ella le pasó lo mismo. ¿Qué pasará ahora? Los dos tenemos 73 años y lo que nos queda de vida se pasará volando. De ninguna manera presionaré la situación. Desconozco que sucederá. Por ahora disfruto con el recuerdo de los días vividos en España y Marruecos“.

El barrio, esa patria chica

Liliana vivió toda su juventud en el pasaje Carlos Encina y Patrón, a metros del hospital Santojanni. Estudió en el colegio Nuestra Señora de las Nieves y ejerció como docente hasta su partida a Barcelona. “Mis raíces quedaron en ese barrio hermoso donde dejé un montón de amigos. Soy muy nostalgiosa y más de una vez se me cae una lágrima por el recuerdo”, dice Liliana.

Jorge nació en Montiel al 1000, Estudió en el colegio Dámaso Centeno y trabajó en un banco y se jubiló como empleado de Aerolíneas Argentinas. “Todas las calles de Liniers las caminé junto a Liliana. En más de alguna oportunidad usé todo el día para pararme frente a mi antigua casa o la placita Martín Fierro donde paraba con los amigos”, cierra.

EN ESTA NOTA Dia de los enamorados

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