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Lo que Thiago Díaz hizo en Buenos Aires no es común. Es de esas actuaciones que no sólo marcan un fin de semana, sino que refuerzan la talla de un piloto que está llamado a grandes cosas. En la segunda fecha del campeonato IAME Series Argentina, en la categoría Sudam Senior, el riogalleguense largó la final en el puesto 15 y, con una remontada memorable, terminó segundo. Sin embargo, un detalle técnico en el motor dejó la clasificación provisoriamente en suspenso a la espera de la decisión final de la Comisión Deportiva Automovilística (CDA) del Automóvil Club Argentino.
La carrera fue una verdadera batalla. Desde la largada, todo se descontroló: en la primera curva, tres pilotos se engancharon y dos de ellos quedaron fuera de competencia. Thiago partió desde el último lugar. Desde ahí, lo que vino fue una obra maestra al volante: récord de vuelta, ritmo demoledor (girando hasta seis décimas más rápido que los punteros) y una escalada feroz que lo llevó a pelear en el pelotón de punta.
“Un animal”, fue el resumen más claro que compartieron desde su equipo, Weck Racing, que además puso un enorme esfuerzo técnico para poner a punto el karting tras el golpe en la manga 2. Porque esta historia no se explica sin contexto: Thiago había clasificado primero, ganó la primera manga con autoridad y en la segunda, cuando se perfilaba para repetir, un incidente con el campeón de la categoría, Nicolás Fucca, cambió el panorama por completo.
En ese segundo parcial, ambos pilotos llegaron emparejados al curvón. Ninguno aflojó. Díaz mantuvo la trayectoria interna, Fucca quiso doblar por afuera y el resultado fue un choque impresionante, sin consecuencias físicas pero con fuertes secuelas mecánicas. “No sabés la explosión que fue”, contaron desde el entorno del piloto sureño. “Gracias a Dios no se golpeó ninguno, pero el karting quedó sentido y hubo que trabajar mucho para dejarlo en condiciones”.
La prefinal lo encontró largando décimo y abandonando luego de solo cuatro vueltas: el auto no doblaba. Se alineó de nuevo, se corrigió lo que estaba torcido, y el domingo largó la final con un karting competitivo. Y lo demostró. A base de maniobras limpias, decisión en cada curva y una velocidad sobresaliente, fue recuperando posiciones, se metió entre los cinco primeros, superó a Echarri en una dura pelea por el tercer lugar y cruzó la meta tercero. Un recargo por trompa al primero, Santiago Fabani, lo subió al segundo escalón del podio. Nicolás Fucca, finalmente, terminó cuarto.
Pero la alegría duró poco. En la verificación técnica, un comisario encontró una irregularidad en el motor de Thiago. Su equipo apeló de inmediato la decisión y el propulsor fue trasladado al Automóvil Club Argentino para una segunda revisión. “Hoy el motor está en la CDA. La carrera está en suspenso. Apelamos la decisión del comisario técnico. Ahora otro comisario y técnico deberán determinar si tenemos razón nosotros o ellos”, explicaron desde el equipo.
Mientras tanto, el mérito deportivo no se discute. Thiago Díaz volvió a demostrar que no sólo es uno de los talentos jóvenes más importantes del automovilismo argentino, sino que cuenta con un equipo que responde en las difíciles, como lo hizo el Weck Racing, que dejó el karting en condiciones óptimas tras una jornada muy accidentada.
Más allá del veredicto de la CDA, el mensaje que dejó el fin de semana en Buenos Aires es claro: desde el sur, Thiago sigue dando que hablar. Representando a Río Gallegos y a toda Santa Cruz, con el respaldo de su familia, sponsors, y el compromiso intacto con su carrera deportiva, se posiciona como un nombre firme en el semillero nacional.
En un automovilismo donde los detalles marcan la diferencia, la garra y la capacidad de revertir situaciones siguen siendo atributos fundamentales. Thiago Díaz lo sabe. Y lo demuestra, vuelta a vuelta.
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