Los audios, que suman un total de 4 minutos y 12 segundos, fueron filtrados por el diario InfoQom. En las grabaciones, se puede escuchar a la jueza profiriendo insultos y amenazas hacia Acosta, quien había reclamado el pago de una deuda pendiente.
“Vos me seguís mandando estos audios, yo los agarro como prueba. Tengo todo confirmado. Vos me seguís molestando, te mando a la cana”, comienza la conversación.
“Usted me amenazó”, le contestó Acosta. “Son cinco negros de m… que arruinan el país”, le retrucó la Buyatti. “Yo quiero que su esposo me pague”, respondió el albañil.
Luego de ese tenso intercambio de palabras, Buyatti insistió con que ya se lo había pagado por su trabajo y volvió a amenazar con encarcelarlo: “Enseguida te va a caer la cana, papi. Vos me seguís molestando, te juro que te hago pasar toda la feria en cana”.
Y siguió: “¿Vos sos p…? ¡Yo soy diez veces más p… y encima soy mujer! ¡Soy mujer, papito, soy mujer! ¡Soy mu-jer! Estamos en la era de la mujer”.
La jueza catalogó el intento encadenamiento del obrero a su vivienda como “violación de domicilio”, y amenazó con quitarle la vida: “Vos te venís a encadenar a mi casa, yo salgo con un revólver y te encajo un tiro en la cabeza. Total yo lo conozco al sistema, papi, yo tengo todos los poderes, yo manejo el poder”.
Seguidamente, insistió en que no era pareja del hombre a quien le reclaman los pagos. “No te puedo hacer la diferencia porque sos burro, no puedo discutir con un burro”, dijo.
“Yo soy una jueza, así que conmigo atenete. Vos me nombraste, conmigo atenete a las consecuencias. No me mandes más, porque yo te mando hasta después de Año Nuevo, no, hasta después de la feria, que yo quedo de feria… ¿me escuchaste?”, alertó pese a que el hombre le pidió “que no la amenazara”.
“Anoche me vinieron a molestar a las 10 de la noche los canas porque vos te ibas a venir a encadenar. Entonces, te venís a encadenar, yo te encajo un tiro en el medio de la frente. ¿Me escuchaste?”, añadió.
El albañil trató de apaciguar la situación y solicitó nuevamente el dinero que se le debían: “No me hable así, doña. Yo no le hago nada. Queremos nuestra platita, que nos paguen miseria, nada más”.
Sin embargo, Buyattino no cesó con sus insultos : “Andá a laburar, papi. Andá a laburar, planero de m… Planeros de m… ¡Planeros!”.