Un grupo de amigos novelistas se reunió como lo hacía habitualmente para poder hablar un poco acerca de su trabajo y de todas las cosas que se encontraban escribiendo o que tenían plan de seguir adelante.
Sin embargo, una de las noches fue diferente porque uno
de los amigos que estaba bebiendo un escocés empezó a filosofar acerca de que a
los humanos no nos gusta nuestro mundo y que por eso tenemos una imaginación
tan ingeniosa que nos eleva a otra realidad o alternativos mundos, como si de
algún modo nos metiéramos dentro de los mundos que creamos, aunque sea por un
segundo. Por otro lado, uno de los amigos intentó contradecirlo para decir que
sus mundos no eran habitables y que nunca le gustaría estar en uno de ellos,
pero otro amigo llamado Carrick estaba en el fondo sin decir palabra alguna del
tema, por eso los amigos le insistieron para que emitiera su opinión, hasta que
finalmente él dijo que una vez se metió en uno de sus libros.
Empezó a narrar Carrick que se había ido a vivir cerca de
una gran concentración de energía, allí estaría apartado del mundo para poder
escribir bien y tenía en mente una serie de historias que serían de lo más
atractivas para el lector. Comenzó a escribir y a las personas las hizo
bastante salvajes, eran agresivas, a medio civilizar, como él las describió.
Declaró a sus amigos que si hubiera sabido que se iba a meter en ese cuento,
entonces lo hubiera hecho muy diferente a lo que le salió. Entonces comenzó a
presentar los escenarios y todas las situaciones que ocurrían, pero de pronto
sentía un chasquido y estaba adentro por un segundo, como si en alguna parte
del universo infinito, aquello que estaba escribiendo se estaba transformando en
realidad. Nunca había tenido Carrick esta sensación en el pasado, pero podía
llegar a ser por la gran fuente de energía cerca, realmente no lo sabía.
Luego de tiempo escribiendo todo, pensó que sería genial meterse a sí mismo en el cuento porque podría poner un entorno similar al que tenía en la vida real y entonces acoplarse fácilmente al mismo. Lo que sucedió más tarde es que al describir su personaje, otra vez sintió ese chasquido y cuando se quiso dar cuenta estaba dentro del cuento, tenía ganas de decirle a todos que era sólo un invento de su imaginación, pero nadie le creería, entonces comenzó a contarle a la gente cosas sobre la vida real y a estos salvajes que había creado les encantaron. Los amigos le preguntaron cuando salió del cuento y él dijo que nunca.
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