Por Carlos Zapico
Este martes falleció Alejandro Nicolás Segura, uno de los mas destacados pilotos de todas las categorías, quien había transitado durante varios años por el automovilismo deportivo, habiéndose iniciado en la recordada categoría 850 Regional en los años 80.
Alejo, como comúnmente se lo llamaba, había nacido en la provincia de San Juan y contaba con 71 años de vida, pero venido de chico a la Patagonia había terminado sus estudios secundarios en el Liceo Militar General Roca de la ciudad de Comodoro Rivadavia, donde aprendió y jugó mucho al rugby, por lo que al venir a Río Gallegos se integró a esa actividad, jugando para el Banco Santa Cruz y para Hispano Americano, incluso siendo invitado a participar en la selección de la ciudad en varias oportunidades.
Pero en realidad Alejo fue un entusiasta fenomenal de los autos de carrera, trabajando desde muy joven en la actividad, arrancando junto a un compañero de trabajo como Emilio Cárcamo, formando parte ambos de la peña Scrapper, lo que simbolizaba y representaba a los empleados de la empresa Gas del Estado por aquellos años, quienes tomaron al limpiador de caños como el símbolo de la escudería, la que incluso tuvo autos de otra categoría como el TC de Linart “Nino“ Wiehoff.
Lo cierto es que Alejo se inició en las 4 Horas de Punta Loyola, disputadas el 10 de Octubre de 1982 terminando décimo, pero mejoraría junto a Emilio en las 6 Horas de Puerto Santa Cruz del mes siguiente llegando sextos.
De allí en más transitó por todas las carreras de la época, como las 4 Horas de San Julián, la Doble Esperanza, las ediciones de la Doble Horqueta (carreras de ruta) con el Fiat 600 reformado de la peña, para llegar a las carreras de circuito de 1985, cuando termina segundo de Jorge Vargas en diciembre de 1985 y finalmente, el 8 de noviembre de 1987, obtiene su primera victoria en la especialidad en la pista local.
Termina subcampeón ese año en la 850 y obtiene tres cuartos puestos en el año siguiente en las tres visitas seguidas a Cabo Negro, en Punta Arenas, pero su intención ya estaba sellada y era el pase obligado a la categoría 2000, a la que ingresa con una cupé Fiat también en Punta Arenas, donde gana en su debut una merecida y grandiosa victoria frente a lo más granado de la especialidad.
Luego vendría todo el proceso de adaptación al asfalto del autódromo local y el 8 de diciembre de 1996 aparece tripulando una cupé Dodge en el Stock Patagónico, cambiando otra vez de categoría.
Hasta el año 2004, cuando le cede la butaca de conducción a su hijo Diego (Buba), Alejo participó activamente desde 1997 hasta esos ocho años en que resolvió dejarle el lugar a Diego y se bajó del auto de carrera, habiendo acumulado un montón de amigos y de colaboradores durante toda una trayectoria, que lo llevó a ser uno de los más reconocidos pilotos del automovilismo regional.
Luego de un tiempo en que venía con serios problemas de salud, finalmente en la jornada de ayer Alejo falleció, dejando un vacío notable y un recuerdo notorio para todos los que tuvimos la suerte de conocerlo y de compartir excelentes momentos.
Que Dios lo tenga en su gloria, nunca más merecido.
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