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Los celestes del Hispano Americano se hicieron de una victoria consagratoria para culminar la primera parte del año, quedándose con el campeonato de la liga local frente a su nuevo rival de los últimos años como lo es San Miguel, mezcla rara de advenedizo venido a mas, dijo alguien en la tribuna mientras contaba con espíritu nostálgico los tiempos en que otros ocupaban el lugar de los santos, pero estos se ganaron el espacio con autoridad sin lugar a dudas, y de allí la alternativa de jugar la final del torneo local.
Un partido que comenzó con mucho ritmo celeste, con un traslado de la bola a buena velocidad por parte de Valentino Tresguerres y con Almonacid y Fernández haciendo un excelente complemento, mientras que por el otro lado, Franco Molina les complicaba las cosas a los dueños de casa que tenían que poner a sus “pesados” en juego frente a la humanidad del pibot atacante y entonces se mezclaron por momentos Ezequiel Varonese y Valentino Tagliani, quienes parecía que podían domesticar a una mole como Molina, pero éste los madrugó mas de una vez.
Hasta allí mirando de costado el tablero “tipo Jack Sparrow” , el técnico Zalazar estaba conforme pero preocupado por esta cuestión y se le complicó mas cuando Zorzoli puso en juego una de sus cartas mas ásperas como lo fue el as de espadas de Joaquín Prada, quien entró en un noviazgo notable con Molina para secundarlo del otro lado de la zona pintada y complicarle mas las cosas al dueño de casa.
Así y con dudas y sensaciones se llegó a un primer cuarto que parecía de compañeritos de colegio, igualitos y con respeto, tomaditos de la mano en un tablero que decía que estaban iguales en 19, buen número para un primer cuarto que prometía algo mas pero que todavía estaba escondido, y arrancado que fue el segundo la cosa quizás cambió con un Hispano que fue mas eficiente en su juego a pesar de las broncas de Zorzoli, aunque sus “players” hacían lo posible con un buen trabajo de los Ruiz ( Juan y Tomás), y el esfuerzo de Aldridghe y el apoyo de Mirko Kovec, mientras que Franco Molina seguía luciendo su prestancia debajo del aro pero esto no alcanzaba porque del otro lado, la movilidad tremenda de Tresguerres en el traslado de la bola y la contundencia que lograba Zuriel Fernández con el apoyo de los “nachos” (Ignacio Almonacid e Ignacio Barrios), alcanzaba para ir tomando distancia como mandaba Zalazar desde el banco que parecía la maestra de tercer grado con este tema de la distancia.
Así se llegó a un primer tiempo con buena diferencia como para preocupar como cuando dejás la comida en el horno y te olvidaste, pero acá nadie se había olvidado y la cocina mostraba un partido al spiedo mas espectacular que otra cosa, aunque se estaba poniendo medio áspero, donde no se faltaba el respeto pero se miraba como “que te como crudo”, y de yapa, un tablero insidioso para los santos con 44/32 en contra, mezcla rara de violín con gaita para las intenciones de Zorzoli y los santitos.
A pesar de los esfuerzos nada cambió y los celestes siguieron siendo eficientes en su juego, poniendo sus cartas boca arriba con el flaco Zuriel iluminado desde su Gobernador Gregores natal para convertir como si fuera en el cuarto de planchar, a veces sencillo y otras mas que complicado pero siempre contundente y la diferencia a pesar de los esfuerzos de los santos con su negra camiseta empapada de voluntad, seguía manteniéndose con un equipo celeste que solo tenía nueve y ni uno mas, pero alcanzaba para los cambios y la reposición de aire con los buenos trabajos de Lautaro Forto y de Nicolás Acosta.
Los santos también mostraban lo suyo con Saavedra y Chalub y con Tomás James que pretendía, pero era como la zanahoria en la punta del palo que no llegaba nunca y así con esa demostración de que “conozco el patio de mi casa como la palma de mi mano”, se llegó al tercer parcial con pitazo de los jueces que con el griterío casi no se escuchaba en la tribuna, donde los tambores eran ensordecedores, y el tablero prometedor acusaba 58/44 para el director de orquesta Zalazar que bailaba ya la cueca del sambito pero con precaución.
El último cuarto fue un muestrario de los dos anteriores con un San Miguel tratando de remontar un resultado que no pudo podía ni pudo remontar porque los del Hispano siguieron al mismo ritmo que imponía la velocidad y la garra del pibe Tresguerres y la colaboración indiscutible de los nachos (Almonacid y Barrios), para seguir bailando al compás del bandoneón que tocaba Zuriel Fernández que se tomó un descanso y volvió como si nada, para seguir mostrando que estaba para mas.
Un final con algarabía y contundencia, un claro 83/69 que no dejó dudas, otra cocarda para Hispano que todavía tiene encima el sabor de Punta Arenas donde se llevaron también el primer premio tipo ” en familia” y como si fuera poco todo este barullo, Zalazar nos contó que el objetivo mas cercano es el Federal, y ahí cartón lleno para la sonrisa camuflada de victoria de Jorgito Castro, y ni que hablar de la presidente Claudia Dambrosio, mas feliz que Alicia en el país de las maravillas.
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