Este lunes se cumplieron dos meses de aquel trágico 7 de abril en el que Rodrigo “Coco” Curaqueo, de tan sólo 19 años, fuera hallado sin vida en el calabozo de la Comisaría Quinta de Caleta Olivia. A partir de que se conoció la noticia de su muerte, amigos del joven dañaron las instalaciones de la dependencia y se enfrentaron a la fuerza de seguridad: “A Coco lo mató la Policía”, cantaban en las marchas que realizaban por las calles, recordando también la muerte de Gustavo “Cabezón” Gerez, en 2016.

Andrea Muñoz pidió las pruebas en la marcha del sábado.

En las últimas horas, con las aguas más calmadas, pero con el mismo dolor, la madre de Rodrigo, Andrea Muñoz, volvió a marchar para pedir justicia por su hijo. La mujer exigió al juez que instruye la causa, el doctor Marcos Pérez Soruco, que aparezca la prenda de vestir que el joven habría utilizado para quitarse la vida aquella tarde. El último fin de semana, Muñoz fue invitada a participar en la marcha por el triple crimen y allí unió fuerzas con Julia Oliva, Juan Pacheco y Alex Fernández, una madre y dos padres de víctimas de asesinatos.

Muñoz sostiene que desde la Justicia se “hicieron las cosas mal” desde el principio

 

Pedido de justicia

“Se cumplen dos meses desde que Rodrigo no está, desde que no lo tenemos, y queremos que nos escuchen. El doctor Sosa -perito que la familia contrató de manera particular para que participe de la autopsia– nos dijo que ya pasó mucho tiempo y las evidencias se borran… me dolió en el alma porque nosotros no queríamos eso, queríamos que todo saliera a la luz, pero lamentablemente no fue así”, dijo Muñoz en relación al buzo que el joven estaba usando a la hora de terminar tras las rejas, en diálogo con Canal 2.

 

“Justicia por Rodrigo”, dice una bandera en la plaza de El Gorosito.

Y continuó: “Necesitamos esa prenda. Le pregunto al juez (Pérez Soruco) por qué tiene que encubrir a la gente que mató a mi hijo. Defiende a la Policía y está del lado de ellos”. Cabe destacar que el cuerpo del joven fue llevado a la Morgue Judicial de Puerto Deseado y la autopsia demoró porque el joven tenía COVID-19, según habían confirmado fuentes de la Justicia al diario La Opinión Zona Norte.

 

 

La autopsia hecha en la morgue de Deseado determinó que no tenía signos de violencia

 

Meses de dolor

Asimismo, la mujer explicó que es horrible el dolor que atraviesa por la pérdida de su hijo y comentó “yo entiendo el trabajo de la fuerza, pero ellos están para cuidarnos, no para matar”. “El juez me dijo que él tomó conocimiento a las 18 horas y que en el momento que supo que mi hijo estaba muerto, desafectó a la Policía, pero a mí me avisaron recién a las 12 de la noche dos efectivos policiales que fueron a mi casa en una camioneta”, recordó de aquel día.

 

Los amigos del joven causaron daños en la seccional en repetidas oportunidades

 

Muñoz y los hermanos de Rodrigo en el velorio.

 

“No me quedé de brazos cruzados y fui a la seccional para pedir respuestas, cuando llegué me encontré con muchos policías cuidando el lugar, lo tenían vallado para que no entrara nadie. Me mintieron en la cara diciendo que mi hijo estaba en el hospital y no fue así. Estuve hasta las 12:45 de la mañana esperando que lo llevaran y nunca llegó; al otro día tuve que ver a mi hijo en la morgue, el lugar más horrible para una mamá… ese mismo día se lo llevaron sin mi consentimiento, sin pedirme permiso”, concluyó Muñoz.

 

EN ESTA NOTA Rodrigo Curaqueo

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