Más allá de la tragedia que atraviesa la familia de Sofía Gómez Oviedo, la adolescente que fue atropellada este fin de semana y que este lunes se le declaró muerte cerebral, el episodio sirvió para que, una vez más, se ponga bajo la lupa la falta de control que existe, por parte de las autoridades correspondientes, del ingreso y permanencia de menores en locales nocturnos.

Es evidente, lamentablemente, la escasez de operativos, que garanticen el cumplimiento de las normativas municipales y provinciales vigentes.

Sin control

Los boliches, en algunas oportunidades, exceden su apertura hasta altas horas de la mañana permitiendo que adolescentes siendo menores, circulen en ese ámbito y tengan acceso al consumo de alcohol por fuera de los horarios permitidos.

Todo esto forma un caldo de cultivo para generar diversos incidentes que se repiten cada fin de semana. Peleas en el interior de los boliches, accidentes de tránsito a la salida, heridos y hasta victimas fatales, no es algo nuevo, lamentablemente.

La normativa es clara. Hay ordenanzas municipales, como la de “Moral y Buenas costumbres” o la N° 5.503 por las cuáles que no sólo prohíbe la permanencia de menores de 18 años en lugares nocturnos sino también estipula sanciones para los padres si estos son encontrados ahí. Una ley nacional, la 26.370 también hace prevalecer esa prohibición.

Estas disposiciones que enmarcan el funcionamiento de la nocturnidad y vedan, expresamente, la presencia de menores tiene por objeto preservarlos de lugares donde el alcohol e incluso otras sustancias, les quedan más a mano.

 

Para que eso sea posible, son las autoridades las que deben hacerlas cumplir a través del control. Pero también creando consciencia de ello, no sólo en los adolescentes, sino en la parte empresaria para que respeten las regulaciones en lo que hace al horario de funcionamiento, edad de ingreso y venta de bebidas.

Ante la consulta de La Opinión Zona Norte, algunas personas que se dedican a la seguridad en los boliches, se excusan en que muchas veces los jóvenes muestran identificaciones falsas o de terceras personas para lograr ingresar. Una pobre excusa para “zafar” de la falta de control.

Hechos reiterados

Lo que ocurrió este fin de semana, no es el primer episodio de semejante gravedad. La adolescente tenía un DNI que era de una de las hermanas, confirmando lo que afirmó el trabajador de seguridad consultado.

Pero el mes pasado, ocurrió otro caso, también de gravedad. Esta vez fue en la avenida Julio Carpio del Barrio 17 de Octubre.

El conductor de un vehículo subió a una vereda en estado de ebriedad e impactó contra un grupo de personas que se encontraban en la zona. Luego se supo que el hombre habría intentado matar a su expareja, a quien ya se había encontrado en un boliche anteriormente.

Hechos de este tipo, reflejan la necesidad urgente de controles de alcoholemia en arterias principales, concientización en los jóvenes, pero principalmente intensificar operativos en boliches y bares de localidad.

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