En horas de la madrugada del lunes, murió Juan Manuel Cabrera (35), el hombre que estaba internado en las instalaciones del Hospital Zonal “Padre Pedro Tardivo”, debido a que lo habían herido con una escopeta calibre 16. El hecho ocurrió el 2 de octubre en una vivienda del barrio Mirador de Caleta Olivia y el autor fue el padrastro de “Juanma”, que se encuentra en silla de ruedas.

Tras el disparo, el joven fue ingresado de urgencia al nosocomio y tenía comprometida la región pélvica, la zona genital y la entrepierna. Según informó la familia, el martes de la semana pasada había sido ingresado en una de tantas cirugías para la extracción de perdigones, que le comprometieron varios órganos.

Mientras que, desde el Hospital, confirmaron al diario La Opinión Zona Norte que estaba con fiebre debido a perdigones que tenía dentro suyo. Cuando lo trasladaron, tenía trauma múltiple causado por herida por proyectil múltiple, con lesión vascular, muscular y de otros tejidos blandos a nivel de la pelvis y el muslo derecho. Su estado era crítico.

Hasta el último día, su familia pedía cadenas de oración y personas que puedan acercarse a donarle sangre a través de redes sociales, ya que el hombre no se encontraba en buen estado de salud y no se notaban mejoras en su evolución. Sin embargo, durante la madrugada del inicio de semana el cuerpo de “Juanma” no pudo soportar más.

La noticia fue confirmada por la institución de salud y luego por la expareja del joven -y madre de sus dos hijos-, Tatiana, quién lo despidió en su cuenta de Facebook con un sentido mensaje: “Gracias por darme los hijos más maravillosos del mundo! Prometo cuidarlos, protegerlos y guiarlos por el buen camino como siempre quisiste. Te van a amar siempre”.

Y continuó “gracias por todo, Juan. ¡Se te va a extrañar gordo loco! Descansa, acá vas a estar en el corazón de todos los que te queremos. Sé que estás en paz en un mundo mejor”. Los restos de Juan Manuel fueron trasladados a la ciudad de Puerto Deseado, donde le realizarán la autopsia.

El padrastro

Quien lo hirió resultó ser su padrastro, un conocido hombre que era peluquero, tiene 73 años y se encuentra en silla de ruedas. El señor le dijo a la Policía que reaccionó así porque estaba cansado del hostigamiento que sufría por parte del hombre. Sumado a las constantes amenazas con prenderle fuego sus vehículos.

Ese domingo en horas de la tarde, Juan Manuel se había acercado a la vivienda en la que conviven la madre y el padrastro para pedirles plata. De acuerdo al testimonio de Montes, amigo de la víctima, habían ido con intenciones de pedir dinero para comprar bebidas alcohólicas y que eso era “algo habitual”.

Cuando fue el personal de la Comisaría Cuarta, encontraron al joven tirado boca abajo en medio de la calle y con signos vitales, por lo que fue trasladado a la institución de salud pública de inmediato. En cuanto al padrastro, no fue detenido por su condición de movilidad reducida, ya que no tiene los dos miembros inferiores y sufre de diferentes enfermedades.

“Los problemas de familia que tenían eran muy violentos últimamente. El damnificado los visitaba frecuentemente, iba a pedirle dinero al padrastro para comprar bebidas alcohólicas y otras cosas más (drogas)”, había dicho el subcomisario Elbio Ramírez, vocero de la Policía de Santa Cruz, a LU12 AM680.

“Pedía ayuda”

Juan Manuel era adicto a las drogas, de acuerdo a lo que le confirmó a La Opinión Zona Norte su ex, Tatiana. La joven había contado a este medio que, en una oportunidad, los médicos probaron con sacarle la medicación para despertarlo. Pero el hombre reaccionó mal y tuvieron que volver a dormirlo. “Está complicado, nos dijeron que el tiempo es crítico y pueden pasar las dos cosas”, había comentado Tatiana hace días.

Sobre la adicción que sufría, había manifestado que él pedía ayuda para salir de esa situación, ya que se sentía atrapado. “Yo siempre quise ayudarlo, todos queríamos que salga de ese mundo lleno de demonios. Atrás de todo en lo que se transformaba por esta enfermedad había una persona buena, el que lo conoce sabe quién es y que aún seguía acá”.

“El área de Salud Mental, de adicciones, no funciona, no los cuidan y sufre el entorno cuando las cosas empiezan a complicarse. Nadie quiere eso porque siempre se espera a que pase algo trágico. Y no tenemos respaldo, hay que hacer algo para poner en funcionamiento la salud mental, porque hay muchísimos casos. No podemos esperar que suceda una tragedia más para actuar”, había sentenciado Tatiana.

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