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Este 15 de septiembre a las 9 horas se dio inicio al juicio por el crimen de Gregoria Julia Casas de Cruz, la jubilada de 77 años que fue atropellada en la localidad de Caleta Olivia y falleció luego de permanecer dos horas internada en el Hospital Zonal “Padre Pedro Tardivo”. Daniel Robles comenzó a ser juzgado por el hecho, calificado como “homicidio culposo agravado“.
El 24 de junio del año 2023, a las 8 de la mañana, la mujer se retiraba del cajero del banco Santa Cruz (que se encuentra al lado del nosocomio), iba cruzando la avenida Eva Perón y fue fuertemente embestida por un Volkswagen Gol de color gris que iba a alta velocidad. Aunque fue trasladada de manera urgente al centro de salud, su cuerpo no resistió el impacto sufrido.
El tribunal está compuesto por los jueces Mario Albarrán y Juan Pablo Olivera, acompañados por Griselda Bard; se encuentra el fiscal camarista Carl0s Rearte y la defensa del imputado, compuesta por el abogado Marcelo Fernández y equipo. La jornada, por demás tensa, es custodiada por personal de la Policía de Santa Cruz. En la sala estuvo presente la familia de Casas y, por otro lado, Robles (en el banquillo del juzgado) y sus allegados.
Durante la primera jornada del juicio comenzaron a declarar dos testigos presenciales del hecho. Asimismo, La Opinión Austral conoció que alrededor de las 10:30 horas hubo un cuarto intermedio de cinco minutos.
“Pudo elegir no haber manejado”
Esta mañana, La Opinión Austral estuvo presente en la previa del juicio y habló con Claudio Cruz, hijo de la víctima. El hombre compartió sus sentimientos y expectativas antes del juicio, que ha sido objeto de dos suspensiones, y finalmente se llevó a cabo. Cruz manifestó su frustración por los retrasos, recordando que la primera suspensión ocurrió en mayo debido a la superposición de juicios.
En la entrevista, Cruz destacó que la familia espera una condena de cumplimiento efectivo para el responsable, y argumentó que las pruebas son claras. Además, en conversación con este medio, recordó que el acusado, tras pasar por un asado y un boliche donde consumió alcohol, atropelló y mató a su madre mientras conducía en estado de ebriedad.
Según Cruz, el acusado tuvo la oportunidad de elegir no conducir en esas condiciones, pero optó por hacerlo, por lo que buscan una pena justa. En estos casos, las condenas oscilan entre tres y seis años, pero solo las penas superiores a tres años son de cumplimiento efectivo. El hecho fue calificado como “homicidio culposo agravado” debido al grado de alcohol y el exceso de velocidad.
Finalmente, Cruz aprovechó la oportunidad para enviar un mensaje a la sociedad, instando a tomar conciencia sobre los peligros de conducir bajo los efectos del alcohol. “Robles pudo elegir no conducir, pero lo hizo y a su paso mató a mi mamá”, insistió, con la voz quebrada, a La Opinión Austral.
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