Un empleado de la municipalidad de Caleta Olivia fue hallado sin vida dentro de un departamento de alquiler ubicado en el barrio 3 de Febrero. Su cuerpo tenía heridas producidas con cuchillo, estaba en avanzado estado de descomposición y se supo que sus allegados intentaron contactarlo durante bastante tiempo, desde hace dos meses aproximadamente.

Se trató de Fidel Canelo, un hombre de 56 años, quien fue hallado el viernes pasado en una casa de la calle Cerro Bertrand al 500. Allí, en un inquilinato, el propietario se acercó a reclamar el pago atrasado del alquiler, pero se encontró con una trágica escena: el ciudadano estaba tumbado en el suelo de la habitación, sin vida y con cortes en la zona abdominal.

La Policía de Santa Cruz y la Justicia se encuentran investigando este hecho que, de acuerdo a los resultados de la autopsia, fue un homicidio. Durante los días posteriores, se realizaron requisas personales y dos allanamientos ordenados por el juez Marcos Pérez Soruco, titular del Juzgado de Instrucción Penal N° 1 de la ciudad caletense.

Tras los procedimientos, cuatro personas quedaron a disposición del magistrado. Entre ellos están el dueño de los alquileres, un hombre de 40 años que compartió la vivienda con Canelo, una mujer y otro vecino que viven en el pasaje Cabo Blanco al 800. Se secuestraron celulares, cinco municiones de arma de fuego calibre 9 mm y marihuana.

En este sentido, el diario La Opinión Zona Norte dialogó con Sonia Cárdenas, la expareja del hombre que fue asesinado. La mujer confirmó que Canelo era empleado de la municipalidad de Caleta Olivia. Y contó que él se había mudado hace poco a esa casa del barrio 3 de Febrero, para pagar a medias con otro ciudadano.

En el hecho interviene el Juzgado de Instrucción Penal N° 1.

Asimismo, comentó que ella comenzó a buscarlo hace dos meses, ya que sabía que él tenía que volver de un viaje, debido a que le debían una licencia y francos. Canelo le avisó a ella que había armado un emprendimiento y se iba a ir a Buenos Aires para trabajar en ello y despejarse. La vecina, sus hijas y sus nietos eran la “familia adoptiva” del hombre.

También le dijo que iba a descansar y no iba a usar el celular, ya que quería “desconectar”. “Nos dijo que no nos preocupemos si no contestaba y que cuando regrese nos iba a contar todo, fue por eso que esperamos para buscarlo. Pero cuando pasó el tiempo, le escribí a sus amigos de Buenos Aires y me dijeron que nunca llegó”.

A partir de ese momento, la mujer y sus familiares comenzaron a sentir preocupación y a preguntarse qué había ocurrido con Canelo. Pero buscarlo no era tan simple, ya que no sabían con cuáles personas era de reunirse y desconocían dónde debían empezar a buscar respuestas.

La expareja de la víctima de este crimen, manifestó que ella no conocía a sus amistades de esta localidad, ya que él la tenía resguardada de eso. Fueron pareja durante varios años y luego se separaron porque a él le gustaba viajar. “No era de tener mucha estabilidad, pero después ingresó a trabajar en la Municipalidad y se quedó acá debido a que quería tener una jubilación”.

En este inquilinato encontraron el cuerpo del empleado de la municipalidad.

Lo habían denunciado

A Canelo lo habían denunciado desde una cooperativa en la que trabajaba. Según contó Cárdenas a La Opinión Zona Norte, lo acusaron de abuso y luego lo despidieron. “El ganó ese juicio, se puso un abogado y pudo limpiar su nombre”, mencionó la vecina.

Cárdenas, quien después de separarse siguió teniendo una relación de amistad con el hombre, recordó que “él volaba cada vez que necesitábamos algo y acudía rápidamente a ayudarnos”. Y agregó que sus hijas y nietos lo querían mucho. “Es el primer novio que conocían de su abuela”, comentó.

Ante la consulta de quién cree que pudo hacerle eso, la vecina dijo “juro que no sé, no entra en mi cabeza que le hayan hecho algo así… Él se había puesto gruñón como todos, cuando llegamos a esa edad solos, pero jamás violento. Para nosotras fue terrible el día que nos enteramos”.

“Era raro que no se supiera nada de él porque tenía que presentarse en su trabajo, empleo que él no quería perder. Cuando volvía de sus viajes siempre nos avisaba a nosotras primero y era muy raro que perdiera el celular”, añadió. Nadie más que esos allegados y familiares lo habrían buscado. En la localidad de Caleta Olivia viven una hermana y una hija de Canelo, mientras que dos hijos viven en Perito Moreno.

Finalmente, la mujer recordó a Canelo como una persona muy respetuosa y para nada violenta. “Tenía voluntad de sobra para con todos, tenía una locura muy sana y los fines de semana los dedicaba a sus amistades, con asados, cervezas y todas esas cosas”, cerró la mujer en contacto con La Opinión Zona Norte. Le habían detectado diabetes y se estaba cuidando debido a eso.

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