Hasta el momento, el sistema dual se implementó en 13 acusados de violencia de género de la zona norte santacruceña. Bárbara (35) de Puerto Deseado fue la primera mujer en acceder al mismo en la provincia, que fue presentado a fines del año 2020.

 

El viernes pasado colocaron el último, hasta el momento, confiaron fuentes consultadas por este diario.
El 17 de noviembre, personal policial del Comando Radioeléctrico de la zona norte, con sede en Caleta Olivia, viajó a la ciudad portuaria para concretar el pedido que había surgido desde el Juzgado de Instrucción N° 1. El aparto tiene la duración de 180 días, es decir que finaliza a mediados de abril. Aunque la Justicia deberá analizar la continuidad.

 

El cambio en la vida de Bárbara fue significante. En una entrevista exclusiva que brindó a La Opinión Zona Norte, la mujer había mencionado que espera poder seguir con su vida cuando no tenga el botón antipánico. “La verdad que la pasé tan mal. Conociéndolo sabía que no se iba a detener, siempre me dijo que me salvaba nuestro hijo porque sino me mataba, pero el botón lo detuvo”.

 

Monitoreo del sistema dual. FOTO: ARCHIVO

Acercamiento

Sin embargo, el fin de semana pasado, el agresor de Bárbara (DB) volvió a acercarse a ella, cuando se encontraba en un evento murguero con su hijo y su pareja actual. “El domingo se acercó y se llevó a mi nene. Rompió la perimetral y amenazó a mi pareja -contó la vecina en comunicación con LOZN, y agregó que- el botón funciono pero la Policía nunca llegó, le dio tiempo de que lleve al nene a saludar a sus abuelos y me lo traiga”.

 

Ella tuvo que hacer la denuncia. “No sé si comienzan a correr las multas para él, tiene tanta suerte que seguro que no”, lamentó. También explicó que el botón suena todos los días -refiriéndose a que su agresor continúa acercándose a ella- “cuando me sacó al nene le dije que no podía hacer eso y que iba a llamar a la Policía, pero me dijo que no le importaba”.

Marcha

En noviembre del año pasado, más de 100 mujeres se congregaron en la localidad de Deseado para acompañar a la joven que hace cinco años padecía violencia física y verbal, amenazas de muerte por parte de su expareja. Las últimas veces que la atacó, la golpeó salvajemente y luego la interceptó en la vía pública y le robó el celular. “Pidan ayuda psicológica, yo salí de esa forma, me hicieron ver la realidad de la situación y que los violentos no cambian nunca. Aprendan a quererse”, aconsejó a mujeres que sufren violencia.

 

Bárbara había agradecido a sus vecinas, “fueron las que me ayudaron a vivir todo este proceso”. También al personal policial que trabaja en el centro de monitoreo ubicado en Caleta Olivia: “desde el primer día fueron empáticos, me explicaron todo con mucha facilidad y siempre están atentos llamándome”. E hizo lo mismo con la doctora Ignallado y el fiscal Quinteros, “porque sé que la pulsera está conmigo gracias a ellos”.

 

 

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