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Por Juan I. Martínez Dodda
“Se comen todo“. “Si no la combatimos puede ser el final de la producción“. Los que cuentan (y viralizan videos) sobre el avance de la tucura sapo hacen recordar a esas películas de terror con plagas indómitas que persiguen y acosan a las personas. Hoy los productores de algunas zonas de la provincia están viendo cómo las tucuras se están comiendo sus pastos, esos que ya no podrán darles a las ovejas, pero también ven cómo llegan a sus casas, se les trepan por las ventanas, llenan cualquier balde o cacharro que ande suelto y siguen viaje.
Santa Cruz Produce entrevistó a dos productores y una investigadora para tratar de, por un lado, conocer de primera mano cómo la están pasando en las zonas rurales, cuantificar el daño y saber más sobre esta plaga, su evolución y manejo.
La tucura sapo es un insecto herbívoro endémico de la Patagonia (principalmente Chubut y Santa Cruz, también en Río Negro y Neuquén). A diferencia de otras tucuras carece de alas (es áptera) por lo que se traslada caminando o saltando. Pueden medir hasta 5 centímetros de largo. “Durante los meses más fríos están bajo tierra como huevo, pero cuando llega la primavera, emerge en forma de ninfa que avanza su desarrollo hasta convertirse en adulta. A partir de ese momento, se alimentan de distintas especies de plantas de la estepa patagónica reduciendo la capacidad forrajera de los cuadros, afectando tanto a los campos naturales como a los cultivos y causando pérdidas económicas”, informaron fuentes oficiales.
Los damnificados
Aunque no representa un riesgo directo para las personas, el impacto en la producción agropecuaria es preocupante. “Se comió todo, arrasa con lo que tengas, el campo está destruido, no queda nada, ningún animal come como la tucura sapo“, contó a SCP la productora ovina Patricia Mac Lean. Tienen dos campos familiares, Río Carbón, de verano, adonde llevan los animales en esta época, y Leubucó, de invierno (las ovejas están allí de abril a noviembre-diciembre). Ya en noviembre de 2023, en una nota con SCP, la productora había advertido: “Más allá del guanaco, el zorro y el león, el problema más grande es la tucura. No hemos podido solucionarlo, cuando avanza no podemos pararla con nada”.
“Para hacer un control efectivo habría que hacer aplicaciones aéreas, nosotros el año pasado nos compramos la pulverizadora terrestre, pero no alcanza, además, está el problema de los campos abandonados, en donde nadie se ocupa”, lamentó Mac Lean, que tiene un rodeo de 13.000 animales de esquila. “Si llueve puede llegar a crecer algo de nuevo, pero tienen que morirse las tucuras antes, si no, se vuelven a comer todo”, vaticinó.
Otro caso es el de Rubén Hudson, productor chico, hoy con una majada de 2.000 animales, vinculado a la Rural de Piedra Buena. “Debo hacer un mea culpa, quizás otros productores también, porque hace unos años ya que sentíamos de la plaga en otras zonas, pero no dimensionábamos la gravedad del asunto, este año sí ya nos preocupamos en serio”, relató Hudson.
¿Qué consecuencias tiene? “Es más grave de lo que pensamos porque al campo lo dejan muy talado“. Esto profundiza el impacto que provoca el guanaco, en los campos “sobrepastoreados, y ahora la tucura se termina de comer el poco pasto que queda”. Y lo que es peor “después de la tucura los pastos no se recuperan igual“.
Para Hudson, la clave es actuar entre todos. “Los productores a través de las rurales, SENASA, INTA, Consejo Agrario Provincial, IPG (Instituto de Promoción de la Ganadería), hemos logrado hacer capacitaciones que nos ayudan a saber qué hacer y cuándo“, contó.
Una opción es colocar cebos tucuricidas que sirven para 1 hectárea. Otro camino son las pulverizaciones con cipermetrina, un insecticida de contacto, que mata la plaga cuando el producto cae sobre ella. para lo cual hay que retirar la hacienda, entre 10 y 15 días, de esa zona.
“Lo primero es tomar todos conciencia, los productores solos no podemos, menos los productores chicos, es costoso comprar para armar los cebos o hacer las pulverizaciones por nuestra cuenta”, explicó Hudson, a quien también le preocupa el avance de la plaga en los campos abandonados. “Dicen que hay más de 150.000 hectáreas afectadas y no hay que olvidarse que es una plaga que se reproduce exponencialmente”.
¿Qué hacer y cuándo?
“Es una especie nativa y por ello cumplen importantes funciones en la dinámica ecosistémica y los daños resultan significativos cuando superan el umbral de 15 tucuras por metro cuadrado, algo que suele estar relacionado con condiciones climáticas como inviernos secos, con poca humedad bajo tierra que retraiga la proliferación de enemigos naturales de los huevos de tucuras, como hongos y bacterias”, explica Valeria Fernández Arhex, investigadora independiente de CONICET del IFAB (INTA-CONICET), EEA Bariloche.
Los enemigos naturales son las aves insectívoras, como las aves de corral, pavos, gallinas, cachirla, teros, choiques y bandurrias, entre otros, también lagartijas. “Pero estas especies no tienen capacidad para controlar un estallido poblacional“, advirtió la investigadora.
Fernández Arhex contó a SCP que la tucura sapo tiene un ciclo anual de vida, pero que cada tres años hace un estallido poblacional. En Santa Cruz tocó en 2024/25, mientras que en Río Negro y Chubut se espera el estallido para 2025/26. En un año común hay 5 tucuras por metro cuadrado, cuando hay estallidos poblacionales la densidad es 70 a 150 o más por metro cuadrado. “Aún no se sabe por qué se dan los estallidos poblacionales, se está estudiando, pero es complicado”, reconoció la investigadora.
En cuanto a su ciclo de vida, “en Santa Cruz emergen en septiembre y se las puede ver hasta enero-febrero, dependiendo del clima, porque climas cálidos acortan el ciclo”. Lo que destaca la investigadora es que este año aparecieron en la provincia, en zonas donde antes no se habían registrado.
Otra alternativa es aspirarlas. “Queremos probar una aspiradora de insectos, una técnica que se ha probado en otros países con buenos resultados, aquí una Pyme argentina está fabricando una”, contó Fernández Arhex.
Este método “tiene un beneficio posterior que también estamos estudiando, porque evaluamos la composición nutricional de la tucura sapo y detectamos que tiene 70-75% de proteína, entonces la idea es usarlos en forma de polvo como fuente proteica para animales“, explicó la investigadora. Y agregó: “Hicimos ensayos con peces, juveniles de trucha usando 25 y 50% de proteína de insecto en vez de usar harina de pescado y resultó que el pez lo acepta igual, pero el incremento en peso y tamaño es mayor con la harina de insecto”.
Ahora, este equipo conformado por SENASA, ITA (Instituto de Tecnología de Alimentos), IFAB (Instituto de Investigaciones Forestales y Agropecuarias Bariloche), CONICET, IPATEC (Instituto Andino Patagónico de Tecnologías Biológicas) e INTA Agencia El Maitén, están analizando la calidad de la carne de estos peces. Más adelante se podría evaluar su uso como biofertilizante.
Puma, guanaco, abigeato, perros, jabalíes, clima… los productores ovinos santacruceños no tienen respiro ¡y sólo estamos cuantificando las cuestiones vinculadas a la naturaleza… ni hablamos de economía doméstica y precios internacionales. Muchos han ido quedando en el camino por estas razones. Ahora la tucura, ¿será otro golpe de gracia?
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