El deporte atraviesa procesos de identificación y diferenciación, justamente se componen a través de una diversidad incontable de identidades. Pero en la mayoría de ellos, hay normas impuestas de manera sociocultural a lo largo de la historia. En buena parte, las actividades deportivas exigen un reconocimiento heteronormativo. En este contexto, Atlético Boxing Club movió las bases: este jueves inauguró su departamento de Género. De esta manera, se convirtió en el primer club deportivo de Río Gallegos en crear un área dedicada a la lucha contra la violencia de género.

 

 

“Para nosotros es un orgullo. Primero, mostrar que somos un club inclusivo y con variedad de actividades para hacer. Somos abiertos e inclusivos para la sociedad. Necesitamos de espacios para diversificar todas las actividades en todos los géneros”, contó Leonardo Mata, secretario del club, en conferencia de prensa junto a los directores deportivos César Vacca y Mariela Mendoza. Precisamente, la referente y coordinadora del área, Romina Behrens, acompañó a las autoridades en la presentación. “Es un gran desafío para mí y una enorme noticia para quienes trabajan para terminar con las desigualdades de género, contó la licenciada en diálogo con La Opinión Austral.

La coordinadora, acompañada por las principales autoridades del club santacruceño en el lanzamiento. Foto: Matías Barrientos / La Opinión Austral

De inmediato, contó sus sensaciones tras el histórico jueves: “Para el movimiento feminista y la diversidad, esto es conquistar más lugares. El deporte no está exento de los ámbitos donde nos desarrollamos y somos víctimas de violencia de distintos tipos. El desafío es encontrar más lugares para la equidad de género, gracias a que el Boxing ha tenido la actitud y la iniciativa de abordar su trabajo con perspectiva de género”.

 

Behrens es también docente de la Universidad Nacional de la Patagonia e investigadora, donde hace largo tiempo se involucra en las demandas de agenda en términos de equidad de género. “La batalla en el deporte es cultural. Todo lo que aprendimos -la violencia incluida- es cultural y así como lo aprendimos, podemos desaprenderlo. Esto no es de un día para otro, hay que ser pacientes y aplicar pedagogía feminista. Son trasformaciones a largo plazo que se puedan mantener con el tiempo”, sostuvo la facultativa.

La estrategia de ABC

El plan de acción de la institución santacruceña constará de tres líneas de trabajo. La primera acción será trabajar con grupos de iniciación de fútbol. Las niñas y sus familias serán convocadas para sumarse a la escuela de fútbol bajo la iniciativa “Ellas también juegan”. La escuelita ya es mixta, pero, según la referente, en la práctica se pierde el número de participantes. “Poder pensar los deportes más masculinizados sumando a las mujeres y las diversidades. Lo mismo sucede con otros deportes que son feminizados”, contó la licenciada. Enseguida, sumó: “Que los niños sepan que hay gente preparada para recibirlos sin discriminación es muy importante”.

 

Con la clara premisa de recibir a las disidencias, el trascendental desafío para Boxing será trabajar en que -ante cualquier situación- opten por quedarse en la institución. “La idea es que esa participación equitativa se vea representada en la participación de la comunidad. Incluyendo personas trans, mujeres y hombres. Ser un espacio donde se conviva con diversidad”, expuso la licenciada. Por ello, confirmó que la segunda línea de acción tratará el abordaje de situaciones de violencia y el desarrollo de un protocolo de actuación.

Para la diversidad, esto significa conquistar más lugares

Sabiendo de los incontables casos de discriminación y desigualdad en el deporte mundial, la profesional consideró: “Queremos que la víctima pueda acercarse al club para tener una compañía que priorice su salud física y mental. Dependiendo de la situación, evaluaremos las medidas a tener en cuenta, por si amerita o no una denuncia penal. Si no hay acompañamiento institucional, hay violencia institucional”.

 

Un lugar preferido por cientos de riogalleguenses se animará en este 2021 a cambiar las construcciones socioculturales que arrastra el deporte desde su existencia. “Si vamos a incorporar esta área, tenemos que lograr un club libre de violencia”, compartió Behrens. En último lugar, contó que la tercera línea atravesará las dos anteriores: “Se trata de una capacitación permanente para todo el personal. Nos vamos a adaptar a lo que propone la Ley Micaela (27.499). A pesar de no ser un estamento público, nosotros, siendo una institución privada, podemos utilizarla como base de capacitación”.

 

Al mismo tiempo, consideró indispensable que la comunidad sepa identificar violencias deportivas para poder llevar a cabo las medidas necesarias. “Trabajando con la niñez es fundamental dedicar el tiempo a la formación. También en los deportes federados existen múltiples capacitaciones para pensar las masculinidades en el género y todas las disciplinas femeninas que pretenden romper con reglamentos masculinizados y torneos únicamente para varones. Ahí hay mucho para cambiar”.

 

Atlético Boxing Club se posiciona junto a varios clubes de Argentina que empiezan a pisar fuerte en el campo de la diversidad de género. Justamente, Vélez y Gimnasia de La Plata, clubes históricos en el país, fueron vanguardista con la implementación de un departamento de Género. “Nos sumamos a una política de trabajo que empieza a realizarse en otros clubes”, contó la docente. Desde la Patagonia, el albiverde riogalleguense, a partir de ahora, se comprometió de lleno a ampliar las oportunidades dentro de un territorio configurado históricamente desde la heteronorma.

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