Aunque el Día del Petróleo se celebra el 13 de diciembre, recordando aquella fecha, pero del año 1907, en el que se informa el hallazgo de petróleo en Comodoro Rivadavia, la realidad es que, medio siglo antes, ya hay antecedentes de producción y procesamiento de crudo en el país.

Mucho antes

La primera concesión para la explotación de petróleo se otorgó en Jujuy en 1865 a nombre de la Compañía Jujeña de Kerosén. Ésta logró extraer y refinar petróleo. Pero la falta de interés del Estado llevó a que el emprendimiento cerrara sus puertas por falta de inversión.

En 1872 llegaron noticias de petróleo en Mendoza. El ingeniero alemán Carlos Fader constituyó la Compañía Mendocina de Petróleo en 1886 y llegó a explotar unos veinte pozos cerca de Cacheuta. En 4 años logró producir unos 8.600 metros cúbicos, que fueron volcados para el alumbrado de la ciudad.

La necesidad de grandes inversiones, conexiones para su comercialización y otras situaciones de la geopolítica de aquel momento, provocaron que todos esos yacimientos no pudieran prosperar.

El hallazgo

La búsqueda de petróleo en la Patagonia no fue azarosa, como alguna vez se planteó. Sino que, efectivamente, llegó una cuadrilla perteneciente a la División Minas, Geología e Hidrología del Ministerio de Agricultura de la Nación Argentina en búsqueda de petróleo. Cerca de Comodoro Rivadavia, perforaron un pozo y descubrió la existencia de hidrocarburos a 539 metros de profundidad.

Así, el 13 diciembre de 1907, José Fuchs y Humberto Beghin se comunicaron telegráficamente con la Dirección General de Hidrología y Minas, dependiente del Ministerio de Agricultura, comunicando eufóricamente el hallazgo.

La ubicación costera de Comodoro Rivadavia ofrecía solución a varios de los inconvenientes que tuvieron los yacimientos anteriores. Y esta vez el Estado sí reaccionó y rápidamente.

Por ese entonces, el combustible principal de la matriz energética argentina entonces era el carbón, que llegaba importado en un 95 % de Inglaterra, por entonces un gran socio comercial del país.

La eventual disponibilidad en territorio nacional de un combustible sustituto del carbón como el petróleo, que ya viene líquido y listo para ser utilizado, y que además aporta mayor cantidad de energía que el carbón, no pasó inadvertida para el Presidente de la Nación en ese entonces, José Figueroa Alcorta.

Sólo un día después de ser informado del descubrimiento, el 14 de diciembre firmó el decreto que declaraba la soberanía del Estado Argentino en un radio de 5 leguas kilométricas, en torno al descubrimiento. Suspendió todos los permisos de cateo otorgados o solicitados por parte de los privados del área. La zona de reserva superaba así las 100 mil hectáreas circundantes al yacimiento.

Las primeras dificultades

La zona de la cuenca San Jorge, en aquella época estaba tan sólo a cinco días en barco desde Buenos Aires. El lugar era literalmente un desierto con dificultades para proveerse de agua, con frecuentes (prácticamente diarios) vientos de más de 100 km/h, y con una fuerte presencia de sal en las napas e inclusive en el aire proveniente del cercano mar destruía los equipos, de este modo las tareas en el pozo resultaban frustrantes y poco efectivas.

Más de un tercio de la producción de hidrocarburos se perdía por filtración o evaporación, desde Buenos Aires veían la explotación en Comodoro Rivadavia como un proyecto experimental, casi como una excentricidad. Pocos eran conscientes de que estaban construyendo lo que luego sería la primera empresa petrolera estatal del mundo.

Lo que vino después

A poco de asumir la presidencia, en 1916, Yrigoyen envió al Congreso una solicitud para que se autorice la emisión de un empréstito de cien millones de pesos con el fin de crear un Banco Agrícola Nacional, la Marina Mercante e intensificar la explotación del petróleo en el sur.

El 29 de octubre de 1918, el equipo Patria, dirigido por el ingeniero Enrique Cánepa, descubrió en Neuquén, en Plaza Huincul, a 605 metros de profundidad, una nueva reserva de hidrocarburos.

El 23 de septiembre de 1919 presentó al Congreso un detallado proyecto de ley fijando un régimen legal, técnico, económico y financiero del petróleo y adelantaba el concepto del monopolio estatal de la explotación del hidrocarburo.

La guerra había terminado de imponer al petróleo como la fuente principal de combustible, lo que desató la competencia entre las potencias por el dominio de las zonas petroleras del mundo. Yrigoyen tomó coraje y el 3 de junio de 1922 creó por decreto la Dirección Nacional de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Al frente de YPF, nombró al general Enrique Mosconi, quien le dará a la empresa un extraordinario dinamismo.

En 1931, el estadounidense Charles Edwin Weaver (1880-1958), doctor en Geología y Paleontología, halló un nuevo yacimiento, por su afloración decidió nombrarla Vaca Muerta. En 2010, con la “era shale” en el mundo, se dio el descubrimiento de la formación y se iniciaron operaciones intensivas en el yacimiento.

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