“Mi historia vinculada al campo es prácticamente desde que nací, porque si bien soy de Río Gallegos, tanto mi padre como mi madre vienen del sector ganadero y mis recuerdos de chico son de los fines de semana o el verano en el campo”, recordó el productor mixto (ovino y bovino), Fernando Ajís. Él, junto a su padre formó parte del grupo de productores que dieron vida al moderno frigorífico Estancias de Patagonia.

Orígenes

Ya en 1939 el abuelo de Fernando, Don Manuel Fermín Ajís, pobló una estancia cerca de Lago Argentino, María Elisa, donde -recuerda el productor- vivió un tiempo en carpa hasta que se pudo hacer una pequeña vivienda de chapa.

La incorporación de la ganadería vacuna, como valor, se produjo en esta etapa.

“En 1971, año en el que nací, compró otra estancia, La Regalona, a 70 kilómetros de Río Gallegos (ruta 5 camino a El Calafate), de la que mi padre, Héctor Ajís, fue el administrador y yo me crié ahí”, contó Ajís, que actualmente también está en una estancia vecina a “La Regalona” que se llama San Cristóbal.
En cuanto al clima, Ajís notó que la media de lluvias en la zona es de 180-200 milímetros, pero “los últimos años, se han marcado los extremos, con años muy secos de 40 milímetros, y otros que han tenido 300 mm.”.
“Las nevadas que se están dando este año son de las más importantes de los últimos 25 años, aunque acá no son tan críticas como en Río Negro o Neuquén, nos habíamos desacostumbrado a estas temperaturas y nevadas, son las que veía mi abuelo o recuerda mi padre antaño”, relató Ajís sobre la situación climática que han reportado productores de toda la Patagonia.

Producción ovina

Actualmente, los Ajís tienen sus animales en dos campos propios y dos alquilados. “Tenemos cruza con Merino Multipropósito, porque nos permite apuntar a lanas finas pero también a la carne, no hay que descuidar ningún negocio hoy porque los números son ajustados, la lana estuvo muy bien hasta diciembre de 2019, pero en 2020 se derrumbó”, contó el ganadero.
“Año tras año los campos se van quedando sin gente, se va achicando la producción en general en la zona y establecimientos que tenían 12.000 animales hoy tienen 7.000-8.000, en todos fue mermando la producción por distintos factores, el clima es uno, pero también el avance del guanaco”, lamentó Ajís. Y agregó: “Por eso decidimos agrandarnos en cantidad de tierra, para reducir las cargas de animales en cada campo, porque acá si exigís por demás los campos, se vuela la primera capa fértil y no los recuperás más”.

“Ser productor es lo que nos gusta, lo que sabemos hacer”, señaló Ajís

Producción bovina

Entre los cambios más notorios de la gestión a cargo de Fernando Ajís, respecto de la época de su padre, es la incorporación y el manejo de rodeos vacunos.
“Las vacas madre están durante el verano en el campo de Río Turbio, en zona de veranadas, y en abril-mayo me traigo los terneros de venta y terneras de reposición al campo de Gallegos, para pasar el invierno y ahí los suplemento con fardos, algo de alimento o bloques minerales proteicos”, repasó Ajís. Y prosiguió: “Después, en octubre me vuelvo a llevar las terneras de reposición al campo de Río Turbio y los terneros pasan todo el verano acá hasta que los vendo en febrero-marzo”.
Son terneros hechos a campo, que habían llegado con 180 kilos de Río Turbio y, sin pasar por un engorde a corral, los vende con 330 kilos.

Suplementación

En cuanto a la suplementación, todo un tema en Santa Cruz por la distancia a la que están los centros de producción de granos. Ajís contó que en algún momento fue negocio hacer una terminación corta en feedlot, pero el aumento del precio de los alimentos junto con un precio del novillo que no sube tanto frenó este impulso.
“De mayo a octubre yo tenía los terneros en el feedlot, pero hace unos 3 años, los costos del alimento y el flete se dispararon y dejé de hacerlo”, contó el productor. En un momento, el 50% del costo del alimento era el flete.
Hombre precavido, Ajís siempre tiene un stock de 600 fardos en un galpón (que generalmente son de la zona de Trelew y megafardos de la zona de Viedma) por cualquier inconveniente climático que haya para poder suplementar.

“Año tras año, los campos se van quedando sin gente y achicando la producción”.

Otro de los temas que preocupa a los productores en la zona es el del personal para trabajar en los campos. “Si bien han cambiado las condiciones porque hoy en mi campo tenemos gas, electricidad, wifi y otras comodidades, no está fácil conseguir gente para trabajar”, apuntó, y especificó: “Antes en un establecimiento como el nuestro con 9.000 ovinos trabajaban 10-12 personas, hoy somos tres y todos hacemos de todo”.
Para Ajís, el potencial de crecimiento en firme de la producción en Santa Cruz, además de encontrarle la vuelta a la suplementación, está ligado a la posibilidad del riego que permita ser más predecibles en la producción de pastos. En el caso de Ajís, en los campos propios tienen ríos que atraviesan el campo y esto facilita esta opción.
“Ser productor es lo que nos gusta, lo que sabemos hacer, por eso cuando ha surgido alguna posibilidad de vender, y vender a buen precio, lo analizamos con mi padre, pero lo desechamos, porque no me veo viviendo de otra manera sin tener un campo, porque es mi vida”, cerró Ajís.

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