Con una bolsa roja en mano y con más incertidumbres que certezas, Isolda Benítez salía caminando del hotel Las Horquetas, de la mano de Vicente, su marido, para subirse a una ambulancia camino al Hospital Regional.
La Opinión Austral y Radio LU12 AM680 siguieron su historia desde el primer día y, a seis meses de su internación, contó cómo vive sus días. Además, dejó un video con una gran reflexión y un emotivo mensaje que puede visualizarse en la web.

Se contagió el 2 de abril y el 26 logró el alta médica del Hospital Regional. Estuvo 13 días en terapia.

Era 2 de abril en Río Gallegos y un brote como el que comenzó el 14 de julio era, tal vez, impensado en ese momento. Sin embargo, la pandemia ya era noticia y el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio recién comenzaba.
Isolda administra el hotel Las Horquetas junto a Vicente Bull, su marido. Fue la primera persona en la capital provincial en contraer coronavirus luego que, entre los viajantes, hubiera un positivo.
Junto a Vicente, limpiaban y desinfectaban todo, pese a que Río Gallegos aún no tenía casos, pero como recibían a pasajeros, extremaron todas las medidas de higiene en el paraje. Aun así, Isolda se contagió.
Las Horquetas se volvió el foco de atención e Isolda debió pasar a terapia intensiva conectada a un respirador. Diez días después ya respiraba por su cuenta.
Tras superar un cáncer y con 62 años, se volvió en una verdadera vencedora cuando el 26 de abril logró el alta médica del Hospital Regional.
A más de cinco meses de superar el virus, Isolda dialogó sobre la actualidad, la responsabilidad de los ciudadanos y su salud.

“Les pido a todos ellos es por favor, quédense en casa, cuidemos a nuestros mayores y a nuestros niños”

La actualidad

“Cuando yo estuve era todo nuevo, no se sabía cómo atajar el penal, era un momento incierto”, comienza a relatar desde Las Horquetas.
Pasó estos últimos meses en el departamento que tienen en Río Gallegos. Aquel hogar desde donde Isolda le decía a La Opinión Austral desde una ventana que estaba todo “ok” cuando logró el alta.
Con el rebrote de casos en la ciudad e imposibilitada de ver a la familia, prefirió volver a Las Horquetas. “Acá al menos tengo campo y mis cosas, me distraigo”, argumenta Isolda.
Las Horquetas queda a unos 70 kilómetros de Río Gallegos, por la Ruta Provincial N° 5, a orillas del brazo sur del río Coig.
Quienes transitan esa zona sabrán que el invierno es duro, con nevadas y escarchas que se extienden entrada la primavera, pero en mejores condiciones climáticas es una postal espectacular para pasear durante el día.
Isolda recordó esos primeros días, desde que se contagió, hasta que logró el alta, se recuperó y volvió a Las Horquetas a pasar el aislamiento.
Tiene dos hijos que viven en la capital santacruceña y sus nietos que, por el contexto, no puede ver. Sin embargo, aprovechó la etapa de distanciamiento para acercarse a los suyos.
Sobre la actualidad, considera que hay poca responsabilidad y muchísima más información sobre el virus. En abril, cuando se contagió, su salud tenía en vilo a toda la ciudad.
“Hoy por lo menos tenemos el panorama un poco más abierto. Hay que cuidarse, tomar todas las medidas, veo gente que anda sin barbijo, entonces no se cuidan ni a ellos ni al prójimo”, explicó.

Con Vicente Bull, su marido, administran el hotel y confitería de Las Horquetas.

En esa época era “todo nuevo” y la información que había sobre el virus era poca, si se la compara con la que hay en la actualidad. Hoy la provincia ya cuenta con dosis de plasma de recuperados de coronavirus, algo que -en aquel momento- era impensado o, por lo menos, no estaba en los objetivos de las autoridades sanitarias.
Isolda ve que actualmente todo se “desmadró”. Es de recordar que hace varios días que Santa Cruz no baja de los 100 casos positivos diarios, concentrados en su mayoría en Río Gallegos, que ya acumula más de 1.400 activos.
Mientras, las localidades siguen sumando casos, pero, al ser menos personas, tienen un control más claro sobre los positivos.

“No entiendo a la gente”

Mientras la provincia sigue sumando casos, Isolda ve con preocupación el comportamiento social.
En los meses de marzo y abril la palabra “brote” no era conocida y apenas se contabilizaban algunos casos en El Calafate, localidad que alojó a los primeros contagiados, un contingente de turistas que arribó de Francia.
Por aquella época y pese a la poca información que había del virus, Isolda considera que había más consciencia.
“En ese momento creo que no tenía tanto miedo como ahora”, lanzó Isolda, que hoy se cuida más que nunca.

Se repuso bien de la enfermedad e incluso espera poder donar plasma a pacientes infectados.

Remarcó que, de todas maneras, con el aislamiento obligatorio el hotel no está recibiendo pasajeros. Sin embargo, si llega gente por algún motivo, se desinfecta todo.
“Hoy se ha desmadrado de una forma terrible, no sabés en qué momento te vas a contagiar, por dónde va a venir el virus”, reflexionó Isolda.
Consideró que las reuniones sociales son el principal foco de contagio, un tema que la preocupa, sobre todo por sus hijos y nietos que hoy están en Río Gallegos, a quienes extraña mucho.
“No por mí, sino por los que tengo acá. Estuve en terapia 13 días con respirador en coma farmacológico, tienen que tomar consciencia”, recordó Isolda y remarcó a los jóvenes que se cuiden.
Con ese historial sobre los hombros, hay algo que Isolda dice que no puede entender.
No entiendo cómo piensan. Porque, al principio, mi caso fue aislado, era el primero y daba para descreer, por ahí, supongamos. Pero ahora, con todo lo que ha pasado y todos los brotes, ¿tanta puede ser la impaciencia de no aguantar y salir a hacer juntadas”, se preguntó.

La economía

En pleno brote, pasa sus días en Las Horquetas: “Para estar más tranquilos. Estando en Río Gallegos no puedo ver ni a mis hijos ni a mis nietos. Ellos están bien, gracias a Dios”.
Sin embargo, con la salud a favor, la economía está en caída. Es que con el ASPO y las restricciones propias de la pandemia, desde abril tienen cerrado el hotel.
“No nos entra un peso porque no tenemos trabajo. Tenemos todo cerrado, hotel, confitería, todo. Económicamente estamos en un caos”, describió Isolda.

Isolda habló de su vida hoy, de cómo ve a la sociedad y cómo espera que pase la pandemia.

Sólo cobraron un ATP y la proyección turística no verá su reactivación hasta dentro de un buen tiempo, estipulan.
“No creo que podamos hacer turismo, ruego a Dios que sí”, agregó Isolda, preocupada por el panorama.
El invierno alejado de Río Gallegos fue muy crudo. La Opinión Austral daba cuenta de ello en las notas que reflejaron cómo se vivió la temporada en las zonas rurales. Las temperaturas llegaron a superar los 20 grados bajo cero y los trabajadores no la pasaron nada bien.
En Las Horquetas, pese a que estamos en pleno mes de septiembre, aún escarcha y las temperaturas siguen siendo bajo cero por las noches. “Pedimos que nos ayudaran con el gas, todavía escarcha acá”, mencionó.

Su mirada de todo

Isolda cree que la prevención es fundamental para combatir el virus. Pese a que ella se protegió con todas las medidas, se contagió igual.
Por eso insiste en que cuidarse es lo más importante y, para ella, este es un momento en que comienza a jugar la responsabilidad individual.

En Río Gallegos tienedos hijos y sus nietos. Hoy pasa sus días en Las Horquetas.

“Acá tomábamos todas las medidas, desinfectábamos con alcohol y lo seguimos haciendo, así y todo, nos contagiamos. Es un virus muy fuerte. Hay que redoblar la precaución”, afirmó.
Es que, hasta no tener vacuna, no hay una certeza para volver a la normalidad como la conocíamos antes de marzo. “No les va a pasar nada porque no se junten, a eso voy, no lo puedo entender”, reiteró.
Isolda dijo que le duele “en el alma” que la gente no comprenda ni se tomen las precauciones y dijo ver poco interés en la juventud en tomar responsabilidad.
Hoy no tiene consecuencias del virus, sin embargo, perdió algo de cabello, que ya está recuperando con tratamiento.
Se repuso bien de la enfermedad e incluso espera poder donar plasma a pacientes infectados.
Al momento no se han comunicado con ella desde el Centro de Hemoterapia, pero dice que si pudiera donar y ayudar, lo haría “encantada”. Para ella, “es un deber que tengo para con la sociedad de Río Gallegos”, lugar que le abrió las puertas cuando llegó de Buenos Aires.

El día que Isolda fue trasladada al Hospital Regional

El video exclusivo

Isolda se animó a dejar un video donde transmite su preocupación y su mensaje a la sociedad. Apuntó a los jóvenes y a la responsabilidad de cada uno. A través de su historia y experiencia, Isolda apela a que todos tomen consciencia.
El mensaje grabado y su reflexión reflejan lo siguiente: “Mi nombre es Isolda Benítez, fui la primera en tener COVID. La pasé muy mal, muchos conocerán mi historia. Estuve 13 días en terapia, muy mal, con respirador. Dios me dio la posibilidad de estar acá y estar enfrente de este video. Le digo a la juventud, sobre a todo ellos que son los que más les cuesta entender, que este virus existe, que los más afectados somos nosotros los mayores. Yo soy una persona de 62 años, todos tenemos abuelos y los chicos son los que salen, van, vienen y son los que pueden transmitir y afectar a los abuelos. Así que lo que yo les pido a todos ellos es por favor, quédense en casa, cuidemos a nuestros mayores y a nuestros niños. La juventud es importante también para salir adelante. Les mando un saludo a todos y a quedarse en casa”.

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