Las ventas de lana argentina están virtualmente frenadas desde antes de la cuarentena en el país. Previo al coronavirus, el mercado se resintió por la pelea comercial entre Estados Unidos y China que afectó la importación de ropa desde el país americano. Ya al comenzar el año y con la pandemia declarada en Europa, el mercado lanero se derrumbó.
La producción de lana justifica el 60% de los ingresos que tienen los productores de Santa Cruz y el 40% restante surge de la venta de carne. Aunque en la zona sur esa ecuación es a la inversa.

Carne

La zafra de la carne ovina terminó en marzo, lo que permitió que, en general, no se viera afectada por la pandemia en su totalidad. “Incluso fue algo mayor a la del año pasado”, indicó Miguel OByrne, de la Federación de Instituciones Agropecuarias, a La Opinión Zona Norte.
Sí dijo que fue “más rápida” precisamente por la llegada de la cuarentena. Aunque luego de eso, los contratos sí se paralizaron. En el caso de los frigoríficos, se encontraron con que si bien no hubo anulaciones, sí existieron compradores que pidieron “pausar” el envío del producto.

Parate total

A diferencia de la carne, lo que sí entró en un parate total fue el negocio de la lana. “A raíz de la pandemia, la venta es nula hace más de 90 días”, indicó OByrne, recordando que prácticamente la totalidad de la producción se exporta a países como Europa.
“Lo que pensamos es que, además, esa demanda tardará bastante tiempo en recuperarse” y, de hecho, “hoy entre el 40% y 50% de la lana no está vendida y tampoco tiene precio”.
Esto pone en jaque a muchos productores. El titular de la FIAS remarcó que un productor grande puede esperar o tiene espalda para afrontar esta crisis, pero “el pequeño y mediano no tiene recursos ni de dónde sacarlos”. Y el 70% de los productores laneros entra en esta categoría.
“En agosto se viene la esquila pre-parto y no hay dinero disponible ni créditos disponibles”, por eso “la preocupación hoy pasa por cómo afrontar esos costos”. En una temporada de esquila, las comparsas son, en su mayoría, de afuera. “Ingresan entre 400 y 600 personas a esquilar” y en estos tiempos no sólo se trata de pagar ese servicio, sino afrontar “un sólido protocolo sanitario” para garantizar la asepsia respecto al COVID-19.

Financiamiento

Santa Cruz produce el 30% de la lana ovina que se genera en todo el país. Se trata de un negocio que al año implica ingresos de unos 250 millones de dólares a nivel nacional. “Este año, con suerte, se podrá llegar a unos 120, 140 millones de dólares máximo”, sostuvo OByrne. El 30% de esos ingresos es para Santa Cruz.
El dirigente señaló que se trabaja junto al Consejo Agrario Provincial para un mecanismo de crédito a devolver en 9 meses o un año. “Lo único que pedimos es que sea a una tasa razonable y pagable” y que sea sólo “para el pequeño y mediano productor de la provincia”.
Según las estimaciones de la entidad, para afrontar los costos de la esquila, el conjunto de los pequeños y medianos productores requerirá una asistencia por entre 150 y 200 millones de pesos. “Es un monto relativamente chico que tampoco se desembolsa en una sola vez, ya que se requiere una parte para agosto y setiembre y el resto para la segunda esquila, que se hace en noviembre”, aclaró.

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