El barrio 64 Viviendas está conmocionado luego de conocer que los perritos de la calle que veían todos los días, murieron porque un desalmado que -hasta el momento no se conoce su identidad- los envenerara poniendo un químico en unos panes que los pichichos comieron.
“El viejo”, “Blanquito” y “La Negrita”, eran perritos comunitarios de la zona, no tenían dueños pero a la vez los vecinos les daban de comer y jugaban con ellos. Aunque le decían “El viejo”, él tenía tres años mientras que “Blanquito” ya tenía unos 10 deambulando por el 64 Viviendas.
Día a día, los pichichos alegraban por un rato a los vecinos cuando ellos les daban de comer. Ésta vez, alguien muy cruel, decidió terminar con sus vidas de una manera inhumana: embebió panes con un químico muy fuerte, los dejó en una bolsa sobre la calle Belgrano al 800 y los perros, confiados, se alimentaron de ellos.
“En menos de una hora los mató, los reventó en sangre”, dijo Alejandro Cheuqueman, el jefe de Departamento de Bienestar Animal que participó en el procedimiento junto a Inspecciones, el veterinario Victorio Parola, los efectivos de la Comisaría Cuarta, Criminalística y del departamento de Saneamiento Municipal.

Cheuqueman ayudó a sacar las palomas de los techos.

Fue cerca de las 10 de la mañana cuando los vecinos se encontraron con el triste escenario. Los tres perritos de la calle que ellos alimentaban todos los días estaban tirados en distintos puntos de la cuadra con espuma en sus hocicos. “Fue muy feo, porque eran nuestros perritos, los de todos” dijo Tamara Oyarzún, una joven proteccionista de la zona que estudió Derecho en Buenos Aires y luego hizo la denuncia formal en la Comisaría.

A una vecina le mataron a su perro que era su compañero de toda la vida.

“No solo fueron los perros, sino que veíamos a las palomas que caían muertas porque también habían comido del pan envenenado”, agregó Tamara sobre las catorce aves que también encontraron y que debieron ser sacadas, en algunos casos, de los techos de las casas para que no suceda algo peor.
Para colmo de males, otros tres perritos que tenían dueños, escaparon de sus casas y comieron del pan y fallecieron en menos de una hora. “Se ve que era un veneno muy fuerte, fue horrible caminar media cuadra y encontrarse otro perrito muerto”, dijo Cheuqueman.
El panorama era desolador. La dueña de uno de los perros se puso realmente triste, “lo sufrió como si fuera uno de sus hijos, según me comentó, era su compañero, su perrito de toda la vida. Yo me puse a su disposición si necesitaba algo, nosotros podemos movernos enseguida para que tenga un nuevo compañero”, aseguró el jefe del Departamento de Bienestar Animal.
Desde la una de la tarde hasta entrada la tarde, cuando se hicieron las pericias. La bolsa fue levantada y llevada a las instalaciones de Bienestar Animal. Los perritos y las palomas corrieron las misma suerte y, en paralelo.
Tanto los vecinos con agua con lavandina, como el personal de Saneamiento limpiaron las calles para eliminar todo rastro de veneno. “La idea fue limpiar todo, no sabemos si un nene puede encontrar algo y llevárselo a la boca, estaríamos hablando de una tragedia”, aseveró Cheuqueman.

“Fue horrible caminar y encontrarse otro perrito muerto”.

Ahora bien, ¿quién fue el desalmado que pudo haber hecho esta cruel matanza? Tamara dijo que en la zona hay dos vecinos con cámaras de seguridad, “uno tiene pero no graba, sino que solamente transmite, ahora estamos esperando que venga el otro vecino para ver si las cámaras llegaron a captar algo”, aseguró.
“Me dijeron que hace unos años pasó algo parecido pero sobre la calle Misiones pero ésta vez no sabemos quien pudo haberlo hecho” dijo Tamara sobre el autor de los envenamientos. “No entiendo porque alguien haría algo así, tiene que haber un rencor muy grande”, dijo por su parte Cheuqueman.

Antecedente

El año pasado, a mediados de agosto, la Cuenca Carbonífera se conmocionó al conocerse la matanza de unos 70 perros que habían sido envenados. Janina Ramos, referente proteccionista recordó el caso y dijo: “quedó en la nada, solo secuestraron una camioneta, fue un potencial asesino”.

Secuestraron los panes envenenados.

 

 

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