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Tras sufrir un ACV hemorrágico en 2018 que le dejó secuelas severas, incluyendo la pérdida casi total de la visión y el olfato, María Victoria Godoy encontró en el nado en aguas frías una nueva forma de vivir y desafiar los límites. Con esfuerzo, disciplina y el apoyo de su perra guía Ramona, hoy participa en competencias internacionales y se sumerge en temperaturas extremas que pocos se animan a enfrentar.

“Mavi”, como la llaman sus amigos y familiares, es oriunda de Rincón de los Sauces -Neuquén- y la semana pasada participó de la tercera edición de la Winter Swimming World Cup 2025 que se realiza frente al imponente Glaciar Perito Moreno en El Calafate. Desde el 4 al 10 de agosto, 150 nadadores provenientes de 17 países se sumergieron en aguas heladas, brindando un espectáculo lleno de emoción en medio de paisajes imponentes. Ella fue parte de esa valiente y diversa convocatoria, demostrando que los límites están para superarse.

En diálogo con Infomedia24, “Mavi” relató cómo el agua se convirtió en su salvación: “El ACV fue en el año 2018, fue un ACV hemorrágico. Desperté después de un mes de coma, tuve tres operaciones en la cabeza y perdí la visión casi por completo. Me quedó una visión diminuta, como la cabecita de un alfiler, pero los médicos no logran detectar dónde está exactamente.”

A pesar de las secuelas, incluyendo deterioro cognitivo y dificultades para recordar su pasado, María Victoria encontró en la natación en aguas frías un camino de recuperación y vida. “Empecé a nadar como parte de mi rehabilitación. Mis médicos querían algo más para incentivar mi cuerpo, así que probé en el lago y me gustó. Hace dos años que nado en aguas frías y este año competí en 1500 metros en Lago Puelo. Ahora me preparo para los 3800 metros”, detalló.

Tras la competencia, su perra guía Ramona, salió al encuentro de Mavi.

Además, contó que el agua fría, lejos de ser un enemigo, le ayuda a fortalecerse: “Empecé a probar el hielo para calmar los dolores de cabeza y ahora el agua fría me calma más el cuerpo. El nado me devolvió la vida”.

“Mavi” cuenta con el apoyo incondicional de Ramona, su perra guía entrenada para alertarla ante posibles descompensaciones, un soporte vital para enfrentar su diabetes y demás complicaciones: “Ramona apareció en mi vida como guía terapéutica. Está adiestrada para avisar cuando me voy a descompensar. Es un apoyo fundamental”.

Ramona, su perra guía que la acompaña a todos lados.

Por ultimo, aseguró que el nado no es solo deporte, es una filosofía de vida: “El nado me trajo vida y no me permitió bajar los brazos. En el agua me siento viva, vivo el momento. No espero nada de nadie, creo en mí misma y en vivir el hoy con muchísimo amor”.

La historia de María Victoria Godoy es un ejemplo de superación y esperanza para quienes enfrentan adversidades. Su valentía y amor por el nado en aguas frías la convierten en un símbolo de fuerza y resiliencia.

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