Yago Lange, tiene 33 años y se convirtió en la primera persona en practicar Wing Foil (un deporte nuevo que combina elementos de surf, windsurf y kitesurf) en el Canal de los Témpanos del Lago Argentino, bajo la sombra del imponente Glaciar Perito Moreno.

Es el hijo mayor de Santiago Lange, el triple medallista olímpico argentino. Él siguió con el legado familia y compitió en los Juegos Olímpicos de Río, quedando en séptimo lugar y el diploma olímpico en la categoría 49er de vela.

Luego de aquel promisorio debut, Yago y su hermano Klaus siguieron entrenando y compitiendo con el objetivo de estar en los Juegos de Tokio, pero no lograron la clasificación. A partir de allí, el navegante de 33 años se alejó de la competencia de alto rendimiento y se dedicó a su militancia ambientalista.

Hace un año, Yago descubrió el wing foil y pudo volver a conectarse con su medio favorito. “El foil me volvió a dar esa energía que siempre sentí en el agua”, explicó en diálogo con La Nación.

FOTO: MARKO MAGISTER

Durante la pandemia, ideó el proyecto de navegar en áreas naturales protegidas y lugares remotos para documentar su aventura y crear conciencia ecológica. La idea es que es más fácil cuidar aquello que se conoce. Mediante sus videos en Instagram, Yago busca acercar los glaciares y otros espejos de agua a la mayor cantidad de gente posible.

Recibió el año navegando con una tormenta en el Nahuel Huapi, un anticipo de lo que los esperaba en El Calafate.

El 7 de enero arrancó rumbo a los glaciares y el 10 de enero llegaron a El Calafate. Allí, Yago, su novia y su equipo comenzaron las gestiones con Parques Nacionales para que los autorizasen a navegar en la zona de glaciar. Mientras tanto, Yago estudiaba el pronóstico del viento y se mentalizaba para la aventura. “Toda mi experiencia competitiva me sirvió para planificar y no cometer errores”, dice.

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El último sábado, a las 7 de la mañana, Yago  ya estaba en la costa, esperando la ventana de viento pronosticada. Protegido por un traje de neoprene de 6 mm, con capucha, botas y guantes de goma, pero igual tiritando de frío, finalmente se animó a las aguas del Lago Argentino.

“Navegué concentrado y con confianza. Disfruté mucho y estaba muy consciente de mi cuerpo y de dónde estaba”, recordó

Los posteos en redes sociales de su aventura explotaron y Yago ya planea sus próximas expediciones ambientales. Quiere navegar en la Península Mitre y la Isla de los Estados, en Tierra del Fuego, y en la Antártida.

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