Your browser doesn’t support HTML5 audio
Este jueves 8 de mayo de 2025, el mundo católico fue testigo de un hecho histórico: el cardenal Robert Francis Prevost fue elegido como el Papa número 267 de la Iglesia Católica, adoptando el nombre de León XIV. Sin embargo, antes de llegar a la cumbre del Vaticano, el nuevo Pontífice desarrolló un profundo trabajo pastoral en el Perú, país del que también es ciudadano.
Robert Francis Prevost Martínez nació en Chicago en 1955, pero su historia eclesiástica está estrechamente ligada a Perú. Fue misionero agustino en la región norteña durante años y en 2014 fue nombrado administrador apostólico de la Diócesis de Chiclayo. En 2015, se nacionalizó peruano, tal como exigen los concordatos firmados entre la Santa Sede y el Estado peruano para obispos diocesanos.


La vocera del RENIEC, Rubí Rivas, confirmó recientemente que el ahora Papa cuenta con DNI peruano vigente y fue naturalizado en la ciudad de Chiclayo.
Obispo con visión pastoral, social y educativa
Prevost asumió el liderazgo de una diócesis con más de un millón de fieles, con presencia en provincias del departamento de Lambayeque y Santa Cruz. Allí impulsó proyectos comunitarios, denunció la falta de sacerdotes —solo 90 para toda la región— y trabajó por el fortalecimiento de la vida parroquial. “Muchos feligreses se alejan de nuestra Iglesia porque no hay quién los atienda. Es un desafío”, señaló en 2016, preocupándose por la expansión de otras denominaciones.
Bajo su guía, la Diócesis también reforzó el rol educativo y litúrgico con actividades como la celebración multitudinaria del Corpus Christi en el estadio Elías Aguirre, e iniciativas contra el abuso infantil. Su gestión también incluyó la implementación de mejores medidas de seguridad tras sufrir robos en instalaciones diocesanas.
Voz firme ante temas políticos y sociales
Lejos de limitarse al altar, Robert Prevost alzó la voz ante asuntos de relevancia nacional. En 2014, pidió a las autoridades electas “trabajar con honestidad y desinterés personal”, y fue enfático en rechazar cualquier tipo de corrupción. Durante la polémica por el indulto a Alberto Fujimori en 2017, manifestó que el expresidente “debería pedir perdón personalmente a cada víctima” para dar paso a un proceso de reconciliación genuina.
Asimismo, pidió calma y respeto durante las protestas sociales. “Hay que dialogar con la verdad, el dolor de muchas familias sigue siendo muy fuerte”, expresó.
Compromiso con los más pobres y el medio ambiente
Prevost compartía con el papa Francisco una sensibilidad especial hacia los sectores más vulnerables. En varias ocasiones criticó la indiferencia ante el sufrimiento de los pobres, defendió la figura paterna como pilar familiar y exhortó a las autoridades locales a invertir en infraestructura sanitaria, especialmente en zonas como José Leonardo Ortiz y La Victoria.
Tras el fenómeno del Niño Costero en 2017, llamó a la población a “unirse y contribuir” con la reconstrucción y a cuidar especialmente de los más afectados, como niños y ancianos.
De Chiclayo al Vaticano
En enero de 2023, el papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los organismos más influyentes del Vaticano. Su designación fue vista como un reconocimiento a su labor en Perú y su comprensión profunda del contexto latinoamericano. También fue presidente de la Pontificia Comisión para América Latina y lideró la Comisión de Educación de la Conferencia Episcopal Peruana.
Ahora, como León XIV, se convierte en el primer Papa norteamericano y, a la vez, en el primer Pontífice con nacionalidad peruana. Su legado en Chiclayo permanece vivo, no solo en los registros oficiales, sino en los miles de fieles que lo recuerdan como un pastor cercano, justo y comprometido con las causas del pueblo.
Una figura de esperanza para una Iglesia global
Con seis idiomas en su haber, una mirada intercultural y una sólida formación en teología, filosofía y matemáticas, León XIV llega al trono de Pedro con una experiencia global que incluye América Latina, Europa y el Vaticano. Su pontificado recién comienza, pero ya carga con una historia marcada por la justicia, la misericordia y la cercanía a los pueblos. Desde Chiclayo al mundo, Robert Prevost comienza una nueva etapa guiando a la Iglesia universal.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario