Por Pablo Silva. (Especial desde Paris)

23.
Este es el número preponderante de esta crónica.
Y no será un número mas.
Al menos por ahora.

Novak Djokovic superó por 7/6 (1), 6/3 y 7/5 a Casper Ruud e inscribió su nombre en el umbral del tenis: así logró conquistar su tercer titulo en Roland Garros y vigésimo tercero en grands slams, una marca notable, por cierto y que será muy difícil de igualar, al menos por ahora.

FOTO: PABLO SILVA PARA LA OPINIÓN AUSTRAL

Contra todos los pronósticos, en el inicio, Casper Ruud no solo tomó la iniciativa del partido, sino que dominó de modo notable a un Novak Djokovic que lució muy desorientado y superado, también.

En el comienzo, el noruego logró quebrar el servicio del serbio y tomar ventaja de 4-2, pero cuando debió servir para confirmar esa ventaja, vaciló y Nole quebró el saque de su oponente para recuperarse y así establecer el 4-3 y servicio.

De allí en adelante, todo prosiguió sin sorpresas hasta el tie break, en donde Djokovic apretó el acelerador y lo ganó de modo holgado por 7-1, en 1 hora y 23 minutos de juego.

Sin titubear, como sucedió al principio del encuentro, Nole tomó rápidamente la iniciativa para quebrar en el segundo game y hacerse de una ventaja que fue definitiva y -también- contundente. No dio resquicio alguno y sacó su mejor versión para así imponerse por 6-3 y colocarse 2 sets a 0 en tan solo 52 minutos.

Dio la sensación que Ruud gastó toda su energía y repertorio en la primera manga ,no pudiendo proponer un juego que inquietara a Djokovic como al principio.

El tercer set no fue muy diferente. El serbio logró quebrar el saque de su rival en el decimoprimer game para establecer un 6-5 que a la postre resultaría definitorio, dado que con su servicio ganó el game y, también, el partido y el campeonato.

FOTO: PABLO SILVA PARA LA OPINIÓN AUSTRAL

Así pasó una nueva edición de Roland Garros, el torneo sobre polvo de ladrillo por excelencia que tuvo a un legitimo campeón como Nole que se llevó toda la gloria. Eso si, y mas allá de los claros merecimientos, debemos resaltar que en Paris no paso desapercibida la ausencia de Rafael Nadal, el gran rey, a quienes todos los amantes del tenis esperan volver a tener el año próximo en el Abierto de Francia.

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