“Pagá o cerra la estancia”, le dijo Juan Domingo Perón a su mamá que tenía una estancia cuando ella le dijo que se había vuelto loco, que no iban a poder pagar mejorar los sueldos como exigía el nuevo Estatuto del Peón de campo.
La anécdota la cuenta el propio ex presidente cuando recuerda la sanción de la normativa, que fue el 8 de octubre de 1944, una de las primeras medida de Perón cuando era secretario de Trabajo del presidente de facto Edelmiro Farrell.
La fecha fue institucionalizada con una resolución que sancionó en 1974 y que la dictadura derogó un par de años después, pero fue restituida en 2004.
Y desde entonces todos los 8 de octubre es además considerado un feriado con goce de remuneración para todos los trabajadores que se desempeñen en el ámbito del Régimen Nacional de Trabajo Agrario.
En diciembre de 1946, el Congreso Nacional sancionó la Ley 12.921, promulgada en junio de 1947, que ratificaba el Estatuto del Peón.
El estatuto establecía medidas en defensa del salario del peón y la estabilidad del trabajador, el pago en moneda nacional, la ilegalidad de deducciones o retenciones, salarios mínimos, descansos obligatorios, alojamiento en mínimas condiciones de higiene, buena alimentación, provisión de ropa de trabajo, asistencia médico-farmacéutica y vacaciones pagas.
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