Your browser doesn’t support HTML5 audio

Un caso de abuso sexual que sacude a la localidad de Comandante Luis Piedrabuena destapó una trama de presuntas negligencias y fallas institucionales que revictimizan a la joven agredida y a su familia.

En una entrevista brindada a los colegas de Piedra y Camino, la abogada de la familia, Jessica Delgado, detalló el calvario que comenzó la madrugada del primer sábado del mes de septiembre y que, hasta hoy, mantiene a la víctima con “terror y pánico” de cruzarse con su agresor en las calles del pueblo. “Lo que está solicitando a gritos es que esta persona esté detenida porque hoy no puede salir de su casa, tiene miedo“, afirmó Delgado con contundencia.

El hecho

El relato de los hechos es escalofriante. Según consta en la causa, la joven y un grupo de amigos salieron de un boliche local y se encontraron con el denunciado, quien los invitó a seguir la noche en su casa, a un “after”. Una vez en el domicilio, el hombre manifestó que iría a comprar más bebida y le pidió a la víctima que lo acompañara. Lo que los amigos no sabían en ese momento es que habían sido encerrados con llave. Fue durante esa salida forzada que se habría consumado el abuso. “Ahí comienza toda la odisea que pasa la víctima“, explicó la abogada.

SB está acusado de abusar de una joven de 21 años de edad. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)

En un acto desesperado, la joven logró enviar un mensaje pidiendo ayuda y, tras recuperar su teléfono, mantuvo una llamada abierta con sus amigos, quienes, al darse cuenta de que estaban encerrados, exigieron al sujeto que la trajera de vuelta. Al regresar a la vivienda, los amigos ya habían logrado escapar por una ventana. Encontraron a la joven en un profundo estado de shock y angustia, y se abocaron a contenerla mientras el agresor ingresaba a su domicilio.
A partir de ese momento, comenzó una segunda odisea, esta vez institucional. Un amigo de la víctima alertó a un efectivo policial que hacía adicionales en el boliche y un móvil llegó al lugar, trasladando a la joven al hospital.

Allí se activó el protocolo de abusos, con contención psicológica y exámenes médicos. Sin embargo, la abogada señaló la primera gran irregularidad: a pesar de que la policía tomó conocimiento del hecho minutos después de cometido y con los datos del agresor y su vehículo en mano, no se procedió a su detención en flagrancia. “No se procedió ni a buscar a la persona ni a detenerlo, que es lo que tendrían que haber hecho”, sentenció Delgado, quien agregó que tampoco se le realizaron al acusado los estudios médicos pertinentes para buscar pruebas biológicas.

La no denuncia

El desamparo continuó en la Comisaría de la Mujer. Cuando la víctima, acompañada por su madre, quiso radicar la denuncia formal, se la negaron con un argumento insólito: un certificado médico emitido en el hospital durante la crisis inicial indicaba que “no estaba en condiciones de declarar”. Delgado fue tajante al respecto: “La ley establece que inmediatamente se tiene que tomar la denuncia, no hay ningún requisito de ningún certificado médico”.

Una de las manifestaciones realizadas frente al Juzgado de Puerto Santa Cruz. FOTO: PIEDRA Y CAMINO

Tras llamar insistentemente al juzgado y la fiscalía, lograron que les permitieran viajar a otra localidad para finalmente radicar la denuncia el sábado por la tarde. Pese a que las autoridades judiciales tomaron conocimiento del caso esa misma mañana, el allanamiento del domicilio y el secuestro del vehículo del acusado se ordenaron recién el día lunes.

Lo tardío

Esta demora de casi dos días abrió una ventana crítica que podría haber comprometido la investigación. De hecho, los padres de la víctima manifestaron haber visto el día domingo a un sujeto no identificado ingresar al auto del denunciado y retirar lo que parecía ser una manta, un elemento que coincide con la descripción de la joven sobre lo que había en el vehículo durante el ataque.

A pesar de los obstáculos, Delgado aseguró que la causa cuenta con “prueba realmente contundente“, incluyendo pericias médicas, psicológicas, testimonios y filmaciones que confirman el relato de la víctima y sus amigos. Por todo esto, el pasado jueves solicitaron formalmente la detención del acusado, pero hasta el el momento, no han obtenido respuesta. “Consideramos que esta persona debe estar detenido esperando el proceso con una prisión preventiva y no libre como lo está”, afirmó.

“Creemos que tenía bien pensado lo que iba a hacer y tuvo toda la libertad de consumar el hecho”.

La letrada también denunció la revictimización sufrida durante el proceso judicial, donde a su clienta no se le explicó adecuadamente su derecho a estar acompañada por su abogada durante una declaración clave, un acto procesal que la dejó sola y sin el debido asesoramiento.
Para la querella, el accionar del denunciado no fue casual. El hecho de haber encerrado a los amigos con llave es un indicio claro de premeditación. “Creemos que tenía bien pensado lo que iba a hacer y tuvo toda la libertad de consumar el hecho”, sostuvo la abogada

Leé más notas de La Opinión Austral

Ver comentarios