Eran cerca de las doce de la noche, cuando J.M., de 29 años, llegó hasta la calle Fagnano, entre Zapiola y avenida Kirchner, y con desmedida violencia destruyó los cristales de un auto rojo, de alta gama, que estaba estacionado justo en la puerta del hotel Patagonia.
Un empleado del establecimiento observaba atónito el ataque de ira de la joven que, una y otra vez, tomaba envión para impactar con más violencia el elemento de hierro sobre el vehículo deportivo, marca Hyunda Genesis Coupe que, en el mercado, cotiza aproximadamente 2 millones de pesos.
Casi instantáneamente, la mujer que al parecer actuó por un conflicto marital, huyó despavorida en dirección a la avenida Kirchner.
Minutos más tarde, alertado por los trabajadores del hotel, la Policía se presentó y fue a la habitación del dueño del auto, quien se encontraba con una acompañante. Entonces, salió apurado de su habitación para observar el descomunal desastre en primera persona. Para sorpresa, bajó con el torso desnudo, todo tatuado, vestido con un jean y con una botella de champagne en su mano derecha y se paró en las escalinatas del Patagonia a contemplar las secuelas de la terrible venganza de su ex pareja.
Poco después, D.O.C. observó el registro de las cámaras de seguridad. “La reconozco, es mi ex”, aseguró. Casi instantánemante, a los lejos se oyeron gritos. Era J.M. que había regresado al lugar para increparlo.
“¡Destruiste una familia!”, le gritó desde afuera. Él también le respondía de manera violenta, sin soltar la botella de Extra Brut. De inmediato, la detuvieron y la trasladaron a la comisaría Primera, donde tras pasar la noche entera recuperó la calma y fue liberada.
Hasta el momento, según informaron fuentes policiales a La Opinión Austral, el hombre no hizo la denuncia. Después la violenta situación, botella en mano, regresó a su habitación.
Esta mañana, el joven llevó el costoso auto a un taller de la calle Avellaneda para reparar los cristales. La Opinión Austral se comunicó con el negocio para consultar cuál sería el costo del arreglo. “No sabés cómo estaba”, exclamó un joven empleado en referencia a D.O.C. “Le rompió chapa, techo, puerta y baul. Le va a costar por lo menos $300.000”.
Según pudo conocer este medio, el vehículo contaba con seguro “contra todo riesgo” y de los abultados gastos se hará cargo la empresa aseguradora.
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