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En una sala de audiencias cargada de expectativa, tensión emocional y una pulseada jurídica que dejó al desnudo dos miradas irreconciliables sobre lo ocurrido, el juicio contra Ivar Martens por la muerte de Soledad Maidana el lunes pasado se realizaron los alegatos y, este martes, se conocerá el veredicto del tribunal.

A casi dos años del choque que terminó con la vida de la joven de 26 años, madre de dos menores e integrante del Servicio Penitenciario Provincial, la semana pasada, las partes expusieron ante los jueces María Alejandra Vila, Yamila Borquez y Marcelo Bersanelli las últimas piezas de una discusión que combinará técnica legal, pericias, dolor y controversias.

Soledad Maidana era madre de dos menores de edad. FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL

El caso, ocurrido el 2 de febrero del año pasado en la esquina de Juan B. Justo y Vélez Sarsfield, en el corazón del barrio Fátima, volvió a resonar con fuerza cuando Martens se presentó en la sala en silla de ruedas, vestido de negro y con un semblante abatido. Durante buena parte de la extensa audiencia, el joven mantuvo la mirada hacia el piso, entrelazando los dedos como si buscara sostén en medio de una escena donde cada palabra tenía peso propio.

Las acusaciones

En aquella jornada, el abogado querellante Gabriel Giordano -conocido por su trayectoria en los pasillos judiciales santacruceños- fue el primero en exponer. Su postura fue categórica: para él, Martens actuó con dolo eventual. Es decir, que fue consciente del riesgo mortal de su conducta y aun así decidió continuar.

Gabriel Giordano durante su alegato. JUAN PALACIOS/LA OPINIÓN AUSTRAL

Según su alegato, el joven “optó por no ceder el paso”, ignoró las alertas de sus amigos que le pedían bajar la velocidad y utilizó la camioneta “como un arma”. En su presentación, Giordano sostuvo que las pericias psicológicas acreditaron que Martens tenía plena capacidad y conciencia al momento de conducir. También fue quien proyectó un video proveniente de la clínica cercana al lugar del impacto, lo que generó un momento de profundo dolor para la familia de Soledad: la madre de la joven debió ser contenida entre lágrimas.

El abogado pidió una pena de 15 años de prisión y un resarcimiento civil que sorprendió a la sala: 566 millones de pesos para la familia Maidana.

La fiscalía

La fiscal del caso, Verónica Zuvic, se convirtió en una de las voces más esperadas de la jornada. Tras repasar la cronología del hecho y mencionar los deberes de cuidado exigidos por la Ley Nacional de Tránsito, calificó como “repudiable” la conducta de Martens. Sin embargo, su posición jurídica fue distinta a la de la querella.

Yamila Borquez, María Alejandra Vila y Marcelo Bersanelli. FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL

Para la Fiscalía, no se logró acreditar el dolo eventual. Zuvic comparó el caso con el conocido expediente “Cokito” -un antecedente local que sí fue calificado como homicidio con dolo eventual- para argumentar que allí existían circunstancias especiales que aquí no se dieron. Por ello, pidió una condena por homicidio culposo, con una pena de cinco años de prisión.

Mientras la fiscal hablaba, la madre de Soledad volvió a quebrarse. En los tribunales santacruceños, estos silencios cargados de dolor suelen decir tanto como las palabras.

María Verónica Zuvic, fiscal de Cámara. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL

Las defensas

Después de los alegatos acusatorios, llegó el turno de las defensas. El abogado Santiago Pintos, representante civil de la firma de la familia Martens, apuntó a una supuesta falta de precisión en cámaras de seguridad, errores en la captura de videos y deficiencias en la iluminación del lugar del impacto.

Pero el punto más controversial llegaría después, en boca de la propia madre de Martens. Patricia Mansilla pidió la palabra ante el tribunal y, en un breve mensaje que sorprendió a todos, expresó: “Nunca pensamos que esto nos podía pasar. No es nada grato estar de este lado”. Sus palabras, más cercanas a un ruego que a un descargo técnico, quedaron flotando en la sala y marcaron uno de los momentos más comentados en el cuarto intermedio.

Patricia Mansilla, madre de Ivar Martens, este lunes. JUAN PALACIOS/LA OPINIÓN AUSTRAL

El cierre de los alegatos estuvo a cargo de Jesús Moroso, defensor de Martens, quien presentó dos líneas centrales: la nulidad de la acusación -por haber sido ampliada fuera del momento procesal- y la nulidad de la prueba digital por supuestas fallas en su obtención, conservación y cadena de custodia.

Moroso, ex comisario de la Policía de Santa Cruz, sostuvo que la evidencia digital no cumplió con protocolos básicos como el registro de hash o trazabilidad de archivos, lo que, según él, afecta garantías constitucionales. Y planteó dos alternativas extremas: o la absolución de Martens porque no habría tenido plena conciencia debido al consumo de alcohol y marihuana, o una condena de tres años de prisión en suspenso, que mantendría la domiciliaria que el joven viene cumpliendo por las lesiones sufridas.

Jesús Moroso, mirando a lo que se proyectaba en la pared explicando su alegato. JUAN PALACIOS/LA OPINIÓN AUSTRAL

Suspenso a horas del veredicto

Con posiciones tan disímiles que parecen describir dos causas distintas —dolo eventual, homicidio culposo o incluso la posibilidad de absolución—, el caso que conmovió a Río Gallegos llega ahora a su hora decisiva. Este martes 9 de diciembre al mediodía, en la Cámara, se leerá la sentencia. Será transmitida en vivo por las redes sociales de LU12 AM680.

Cabe recordar que el domingo se realizó la última marcha pidiendo justicia por Soledad Maidana. La misma comenzó minutos después del mediodía en la esquina de Kirchner y San Martín y los seres queridos de la víctima fatal caminaron hasta inmediaciones de la Cámara Oral, lugar donde este martes se dará a conocer la sentencia.

En febrero de 2024, Soledad Maidana fue víctima fatal de un choque en Río Gallegos. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL

Luis Maidana, padre de Soledad, habló con la Decana de la Patagonia y dijo: “La vida, no solamente de Sole, la vida de cualquier persona no vale 5 años, tampoco vale 15”. Además exigió que el tribunal, integrado por María Alejandra VilaMarcelo Bersanelli y Yamila Borquez, “estén a la altura de la circunstancia y ofrezcan una sentencia ejemplificadora” agregando que “no se puede andar por la por la vida transitando borracho, drogado, matando a una persona”.

La familia de Soledad teme que Ivar Martens pueda salir libre “como Pedro por su casa”, indicó Luis,  si prosperan los pedidos de la defensa para anular la causa o declararlo inimputable.

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