Sofía Ávila tiene 24 años y está procesada con prisión preventiva por el homicidio de quien era su pareja, Juan Manuel Padrón. Hoy está cumpliendo la medida judicial en un centro de rehabilitación de drogas en Buenos Aires, donde además la Justicia dispuso que se le coloque una tobillera electrónica. Ahora el último pedido de la defensa, encabezada por la abogada feminista Mariana Barbitta, solicitó rescindir del dispositivo electrónico, ya que consideran que Ávila no representa un peligro hacia otros ni hay peligro de fuga.
La Opinión Austral tuvo acceso al documento presentado al Juzgado de Instrucción N°3 por parte de Barbitta junto al abogado Matías Gutiérrez, en el que resaltan que el uso de la tobillera “implica una medida absolutamente desproporcionada que genera un daño físico y psíquico a nuestra asistida“. A su vez, enumeraron los efectos que está teniendo dicho aparato en su vida dentro del centro terapéutico, donde es “estigmatizada” por sus compañeros del lugar.
La querella está en contra de que se le quite la tobillera a Sofía. Tapa de LOA del 29 de agosto.
Según la defensa, Sofía “se encuentra en un centro de rehabilitación de extrema seguridad, donde no puede salir sin que el personal le abra la puerta. Tampoco puede tener contacto con personas, salvo que se solicite autorización para ello. Una vez que se solicita autorización, se permite entablar con ella una conversación de breves minutos, siempre bajo estricta vigilancia y supervisión del personal, quienes son los únicos habilitados para permitir, abrir o cerrar los ingresos”, describieron.
Además, cuestionan que “en casos en los que hay violencia de género“, es decir, hacia las mujeres, “la tobillera electrónica es el medio tecnológico que tiene como principal fin evitar o alertar sobre el posible acercamiento entre el agresor y la víctima”, lo que en este caso no encuadraría en la causa por la que se acusa a la joven.
¿Cómo pasa sus días Sofía en el centro de rehabilitación?
Para la abogada Barbitta, el centro donde está internada Ávila “no dista de las exigentes normas de convivencia que se tienen en una cárcel común“. En ese contexto, se le suma que la joven tiene colocada la tobillera. “Sofía ha sufrido y tenido inconvenientes estos últimos días en el centro de rehabilitación donde se encuentra cumpliendo la prisión domiciliaria, debido a que no quería ingresar a los talleres que ofrecía el centro con la tobillera electrónica, por sentirse absolutamente estigmatizada y discriminada“, apuntó la letrada.
Siguiendo esa línea, describió un hecho particular que pasó la joven en su estadía en el centro: “Sofía, por sentirse discriminada y estigmatizada por el uso de la tobillera -por ser la única en esta situación dentro del Centro- se negó a ingresar con ella a un taller al cual asistía dentro de GENS. Esta solicitud le fue negada por ser dicha tobillera una restricción impuesta judicialmente. A raíz de esa situación, a Sofía se le dificulta poder asistir a las terapias grupales habida cuenta que se identifica y es sindicada por sus pares como una delincuenta y esto está generando un retroceso en su salud“.
La carta de Sofía en la que cuenta en primera persona cómo atraviesa esta situación.
A su vez amplían que la imputada “no soporta más la angustia de ser tratada como culpable pues esto importa una verdadera pena anticipada, cuando lisa y llanamente no hizo más que utilizar los permisos que la ley le confiere para defender su vida”, apuntan haciendo referencia a que el homicidio de Padrón fue el defensa propia en una situación de violencia de género.
Sobre esto, Barbitta subraya en el pedido: “Resulta tragicómico que sea el Estado quien ahora la somete a un proceso penal y la encarcele cuando no puede soslayar que fue Sofía quien requirió ayuda a las autoridades para que neutralicen el contexto de violencia en que se hallaba inserta”.
En base a todo ello, la defensa insiste en cuidar la salud de la joven, recordando “que Sofía ya ha sufrido episodios de autolesión“, y que por esto piden darle “la importancia y urgencia de resguardar su salud mental y física“.
Juan Manuel Padrón.
Para finalizar, la abogada también resalta que “Sofía no posee antecedentes penales“, que “es la primera vez que se encuentra privada de su libertad y con restricciones personales tales como la tobillera electrónica”, que además “es madre de un niño” y que “las medidas dispuestas le están generando un daño irreparable“.
¿Qué piden en reemplazo de la tobillera?
En el final del pedido a la Justicia, la defensa sugiere la aplicación de “otras medidas de seguridad menos lesivas a su libertad, salud psíquica y derechos”, entre las cuales menciona “la garantía personal de una visita semanal al Centro Gens por parte de esta defensa (con certificación fotográfica si fuera necesario)”, el “monitoreo semanal de un/a asistente social enviado/a por el juzgado al Centro Gens”, o cualquier otra medida que el Juzgado considerara “teniendo en cuenta el riesgo de vida y de deterioro en la salud integral de Sofía a causa de la medida impuesta”.
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