En noviembre del año pasado, la comunidad de Río Gallegos se conmocionó al conocer el calvario al que eran sometidos unos trabajadores en un edificio ubicado en la periferia de la capital santacruceña.

El caso fue caratulado como “La Chanchería del Horror por el contexto en el que varios trabajadores se encontraban trabajando y viviendo en un predio ubicado en la en la ruta provincial 53, junto a la balanza de camiones y a unos pocos metros de la avenida Circunvalación.

Se trata de la empresa Criasur, propiedad de Daniel Sarutti y Yanina Sapino, una pareja que además cuenta con una conocida cadena de panaderías en la localidad; comercios éstos de los cuales también se rescataron trabajadores en situación de posible trata laboral.

El predio donde funciona la Chanchería. FOTO: JOSÉ SILVA/LA OPINIÓN AUSTRAL

En esa oportunidad, una mujer oriunda de Venezuela pudo salir del lugar en el que, además de prestar funciones como gerente, residía junto a los cerdos que eran faenados para luego acercarse a la Comisaría Segunda y radicar la denuncia.

Señora, esto que le está pasando es explotación laboral y trata de personas“, fue lo que le dijo el policía que le tomó la exposición a la mujer. En esa oportunidad, el Juzgado Federal tomó cartas en el asunto y ordenó un allanamiento en el que se rescató a un total de 19 trabajadores que cumplían diferentes funciones tanto en ese predio como en una de las panaderías propiedad de los nombrados.

El 11 de noviembre, día después del procedimiento que se hizo en la chanchería, la pareja se había presentado y fijó domicilio por la causa que continuó su curso. La instrucción fue llevada adelante por el Juzgado Federal de Río Gallegos, a cargo de Claudio Marcelo Vázquez y el secretario Carlos Cerezoli.

Momentos en los que se hacía el procedimiento. FOTO: GENDARMERÍA NACIONAL

La sobreviviente que había denunciado la causa ya se encuentra en Venezuela y fuentes consultadas habían adelantado a este diario que la causa se encontraba en pleno trámite, pero en las últimas horas hubo novedades que “reavivaron” la investigación.

Fuentes judiciales consultadas por La Opinión Austral indicaron que Sarutti y Sapino fueron detenidos por entorpecer la causa.

En el predio de la chanchería vivía el “hombre de confianza” de Sarutti. Una persona que cuenta con una discapacidad mental que es oriundo de Chile. Él era el encargado del lugar y quien le contaba al empresario todo lo que pasaba en el interior sobre posibles salidas de otros trabajadores.

Esta semana, el fiscal federal de turno supo -a través del Cónsul chileno– que Sarutti se había contactado nuevamente con ese trabajador para ofrecerle otras labores. Fue entonces que el representante del Ministerio Público fue quien pidió la detención tanto del empresario como de su pareja, entendiendo que hubo un entorpecimiento en la investigación.

En la jornada del miércoles, el Juzgado Federal tomó cartas en el asunto y, en cuestión de horas, pudieron rescatar al sobreviviente de explotación laboral y los acusados quedaron tras las rejas.

FOTOS: JOSÉ SILVA/LA OPINIÓN AUSTRAL

El procedimiento fue realizado por el personal de Unidad de Procedimientos Judiciales Río Gallegos” de la Agrupación XVI de Gendarmería Nacional, en un domicilio ubicado en la avenida San Martín de la ciudad capital.

Por cuestiones de espacio y seguridad, Sarutti fue trasladado a la Delegación local de la Policía Federal, en la calle Fagnano. En tanto, su pareja fue alojada en el Escuadrón Núcleo de Gendarmería. Además, la Justicia ordenó el secuestro de los celulares de los acusados.

Los teléfonos serán peritados en las próximas horas por el personal de las fuerzas de seguridad federales en busca de más información para la causa y determinar si la pareja se contactó con otros trabajadores. En el mismo sentido, se espera que tanto la mujer como el hombre sean trasladados en la mañana del viernes a las instalaciones del Juzgado para ser indagados.

Por su parte, el ciudadano chileno fue rescatado de la chanchería luego de un allanamiento realizado por la división Trata de Personas de la Policía de Santa Cruz, a instancias del Juzgado Federal, y gracias a la gestión del Cónsul Chileno el día de ayer se subió junto a un familiar en un ómnibus con destino al país trasandino

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