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Este jueves una fuerte presencia policial en la esquina de French y Congreso produjo un corte de circulación en las calles del barrio Del Carmen de Río Gallegos. Allí vive desde hace más de tres décadas la familia Cuevas, que ahora enfrenta una orden judicial de desalojo de la vivienda que ocupan históricamente.

Se da en simultáneo con el juicio por el asesinato de Franco Cuevas, el joven de 23 años que fue asesinado en junio de 2023 por Roberto Neil, a quien la familia apunta por “haberle hecho firmar unos papeles” a la madre y que ahora pierda la casa. Mientras en los tribunales se desarrollan los alegatos finales del proceso judicial, su madre, Rosa Zúñiga, enfrenta un nuevo golpe: el riesgo de perder su hogar.

La orden judicial y el reclamo del barrio

El desalojo fue dispuesto por la Justicia provincial en una causa que llevaba el Juzgado de Primera Instancia N° 2 en lo Civil, Comercial, Laboral y de Minería, que estaba a cargo hasta junio de este año por Francisco Marinkovic, quien se jubiló, en el marco de una causa civil vinculada a la propiedad del terreno. En las últimas horas, el plazo para concretar la medida vencía, lo que motivó la movilización de vecinos y allegados, quienes desde temprano se congregaron en el lugar para impedir el operativo y manifestar su apoyo.

Rosa Zúñiga, madre de Franco Cuevas y Jorge Trevotich, querellante. FOTO: LEANDRO FRANCO/ LA OPINIÓN AUSTRAL

Con carteles y mensajes difundidos en redes sociales, los habitantes del barrio convocaron a concentrarse desde las 9:00 en la intersección de Congreso y French, bajo la consigna: “No al desalojo de la familia Cuevas”.

Caso Cuevas de Río Gallegos: el terreno, la casa y el crimen

El origen del conflicto que derivó en el crimen de Franco Cuevas y en la orden de desalojo se remonta a una disputa por la titularidad de un terreno. Según la familia Cuevas, la madre del joven —de nacionalidad chilena— había comprado legalmente el terreno en 1992 y construido allí su casa luego de más de treinta años de residencia.

Sin embargo, denuncian que existió una maniobra irregular: la hija del vendedor original habría vendido el terreno a otro hombre (identificado como Orlando Aguilar) sin respetar la titularidad de la madre de Franco. Aguilar, luego, habría cedido un poder al acusado del crimen, Roberto Neil, quien además era propietario de una concesionaria ubicada a metros de la vivienda.

La familia sostiene que Neil primero se acercó al domicilio de la madre de Franco para proponerle la venta —lo que ella rechazó— y luego, ya con esa negativa, impulsó la cesión del terreno a través de ese poder.

Según su relato, esto se constituyó como “el detonante” del homicidio de Franco: la tensión por la disputa de la propiedad escaló hasta el ataque en el cual el joven recibió cinco disparos.

Una orden de desalojo en el marco del juicio

La orden de desalojo ahora en curso fue remitida recientemente a la familia Cuevas mediante notificación de su abogado, y podría concretarse “en cualquier momento”, según declaró su hermana Carla.

Lo significativo es que esta intimación llega apenas a dos meses del inicio del juicio oral contra Roberto Neil, previsto originalmente para el 6 de noviembre. El acusado se encuentra con prisión domiciliaria, con dispositivo dual, procesado por homicidio por exceso de legítima defensa.

La familia interpreta que la simultaneidad de ambas situaciones —juicio y desalojo— implica un doble mensaje de presión: “nos sentimos amenazados”, expresó Carla.

Apoyo de vecinos

Vecinos del barrio Del Carmen, acompañados por organizaciones sociales, se movilizaron en apoyo a la familia Cuevas en la intersección de Congreso y French desde las 9 horas buscan visibilizar el caso y frenar la medida.

La comunidad señala que no solo está en juego la vivienda de una familia que ya vivió una catástrofe personal, sino también un principio de justicia en cuanto al derecho habitacional y a la reparación por el asesinato de Franco.

La orden de desalojo estaría prevista a las 12 horas, lo que puede traducirse en un operativo judicial-policial en el frente de la vivienda. Al mismo tiempo, el juicio contra Neil está próximo a dictarse: la familia espera que el proceso cierre con una condena ejemplar y que también se reconozca su entorno de vulnerabilidad.

Para los Cuevas, no solo está en juego una vivienda, sino también la memoria de Franco y la dignidad de quienes siguen vivos luchando por él.

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