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El juicio por la muerte de un mecánico en Río Gallegos ya ha comenzado a entrar en sus últimas etapas y, en la jornada del jueves, se realizó la tercera audiencia con testimonios que complicaron aún más al único imputado en la causa.
Se trata del caso de Rodrigo “Cokito” Oyarzo, un joven al que le arrebataron los sueños y la vida en la madrugada del año pasado, cuando el auto en el que viajaba junto a su pareja terminó completamente destrozado tras haber sido impactado por una camioneta de Tránsito Municipal.
El expediente tiene como acusado a Jorge Vera, un exinspector del área de Tránsito Municipal que, en aquella fatídica madrugada, estaba al mando del móvil Ocho de esa dirección, circulando a cerca de 90 km/h en dirección al centro de nuestra ciudad capital.
Tal como se informó, “Cokito” iba a bordo de un Volkswagen Gacel, tenía el paso con el semáforo en verde y, al cruzar la calle Belgrano hacia Mariano Moreno, fue embestido violentamente en el lateral izquierdo por la Ford Ranger oficial de la comuna.
Este miércoles, con un retraso de casi media hora, el debate se retomó. El tribunal está conformado por Jorge Yance, junto a María Alejandra Vila y Marcelo Bersanelli como vocales. En las tres jornadas de debate llevadas adelante, los jueces han oído al imputado y a los testigos, además de hacer algunas preguntas sobre cuestiones que podrían no haber quedado claras.
Vera nuevamente fue ingresado a la sala por una puerta lateral. Además, antes del inicio, se hizo un gran despliegue de las fuerzas de seguridad con el fin de salvaguardar su integridad física. En esta oportunidad, apareció con un traje de pana, pero de un color más claro que el celeste que venía utilizando.
Con un semblante hosco y áspero, escuchó cómo los testigos complicaron aún más su situación ante una posible condena por “homicidio simple con dolo eventual en concurso ideal con lesiones graves con dolo eventual”. Vera estuvo sentado junto a su abogado, Jesús María Moroso, y su asesor, Sergio Macagno. Frente a ellos estuvieron la fiscal Verónica Zuvic, Andrea Pérez como adjunta, y los querellantes Matías Solano y Karen Cader.
La jornada comenzó de manera complicada para Vera. El debate se reabrió con el testimonio de María Sanz, titular de la Subsecretaría de la Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV), técnica superior en esa rama, exagente de la Policía de Santa Cruz y referente de la agrupación “Estrellas Amarillas“.
Con esos pergaminos, Sanz es una voz más que autorizada en esta materia, recordando que también su hijo Leandro Vera perdió la vida en un siniestro vial en 2008 y actualmente es un baluarte en la provincia respecto a la seguridad vial.
María fue propuesta por la querella en la causa de “Cokito” y, luego de presentarse, le mostraron la compilación de videos sobre cómo fue el hecho. Las luces se apagaron y un proyector mostró el registro fílmico. Vera, desde su asiento, giró un poco el cuello para observar mejor, mientras que Paola Stout, cuñada de la víctima, se levantó para ver junto a la bandera que, en la jornada anterior, había mostrado en la cara del acusado.
Sanz fue contundente en su testimonio. Indicó que, tras ver la documentación de la camioneta, la misma no estaba calificada como “vehículo de emergencia“. En este punto, remarcó que solo esos vehículos tienen “permiso” para cometer algunas infracciones. “Eso tiene que suceder cuando corre riesgo la vida de una persona, de lo contrario no es aceptable”, agregó, y ratificó que esta Ranger “no tiene el sello, entonces es un vehículo preventivo”, indicó frente al tribunal.
En el mismo sentido, señaló que Vera tenía el carnet D4, que le permite conducir vehículos de emergencia. “Eso quiere decir que conocía la ley”, expresó Sanz, sobre la posible responsabilidad que podría caberle al acusado.
Por otro lado, consultada sobre posibles hechos de violencia que podría haber presenciado, Sanz dijo: “Nosotros hemos hecho operativos con Tránsito Municipal, pero no hemos vivido situaciones de violencia directamente, aunque nos las han contado”.
Luego surgió un debate en el que Sanz despejó dudas: “Las balizas azules son para seguridad, las verdes para ambulancias, y, por ejemplo, las amarillas son de prevención“, explicó en relación con las señales lumínicas ubicadas en el techo de los móviles de la comuna. “Ellos son de Tránsito, no de Policía. Aun así, con balizas y sirenas, la forma de manejar es inaceptable”, concluyó la titular de la APSV.
Otro de los testimonios peculiares de la jornada fue el del inspector de Tránsito García, primo de Vera, quien también trabaja como taxista. Aquella madrugada se enteró de todo por un llamado. Sobre los hechos de violencia que enfrentan los agentes comunales, dijo que “a veces se pide apoyo”, pero también aclaró que no se hacen persecuciones: “A veces se sigue a los infractores una o dos cuadras y luego se los deja ir”.
Lo más relevante de su relato fue que, “más allá de ser familiar de Vera, acompaño a la familia de ‘Cokito‘. Sé que mi primo nunca quiso que pase lo que terminó pasando”, dijo, dejando desconcertados a los familiares de la víctima que intercambiaban miradas buscando respuestas.
La agente administrativa que esa noche estuvo como operadora desde la base, también de apellido Miranda, indicó que no sabía lo que pasaba hasta que le avisaron del choque y solicitó los servicios de emergencia. En el mismo sentido, explicó que ella usa una frecuencia para comunicarse con el resto de los agentes, pero que Vera contaba con un handy HT con el que podría haber hablado en el canal de la Policía, tal como habían dicho otros compañeros en la jornada del miércoles.
Silvio Escobar, secretario de Gobierno al momento del incidente, del que depende Tránsito, también declaró como testigo. Expresó que se enteró de la noticia tras haber sido llamado por Bárbara Biott, quien estaba a cargo de la Dirección. El exfuncionario comunal defendió el trabajo administrativo realizado, indicando que, por esos días, habían sido inspeccionados por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) y que, tras el hecho, se iniciaron sumarios para los inspectores, haciendo la salvedad de que el trabajo en Tránsito es “un día a día”.
Finalmente, dos policías fueron convocados por la defensa. Tal como ocurrió el miércoles, los abogados de Vera buscaron anular una prueba fundamental para la causa: la cadena de custodia de un registro fílmico de una rotisería que había captado el momento del impacto; aunque el trabajo fue defendido por la fiscal, a raíz de preguntas sobre si había forma de que esos videos hubieran sido manipulados, las respuestas de los agentes de la fuerza de seguridad fueron negativas.
El debate se retoma este viernes con el testimonio de los peritos que trabajaron en la causa y, luego los potenciales pedidos de pena contra Vera.
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