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El juicio por la muerte de un joven mecánico en Río Gallegos entró en su segunda jornada. Las partes involucradas comenzaron a determinar las circunstancias que rodearon el choque fatal.

Se trata del caso de Rodrigo “Cokito” Oyarzo, un mecánico de 30 años que se dirigía a su casa cuando su auto fue embestido por una camioneta de la Dirección de Tránsito Municipal, conducida por Jorge Vera, de 45 años.

El hecho ocurrió en la madrugada del 5 de marzo del año pasado en la esquina de la avenida San Martín y Belgrano. Según lo presentado en la instrucción de la causa, en la acusación fiscal y en la primera jornada de debate, se acredita que Vera estaba al volante de la camioneta Ford Ranger. Este miércoles, las partes buscaron esclarecer los momentos previos y posteriores al incidente que terminó con la vida de Oyarzo.

Esa fatídica noche, el clima era agradable, sin precipitaciones ni viento, incluso la visibilidad era óptima. Muchos vecinos salieron a aprovechar la misma, y algunos llegaron a la costanera para participar en un evento de carnaval.

Minutos antes del choque que terminó con la vida de “Cokito”, se registró una persecución, grabada por algunos vecinos. Un registro fílmico mostró que eran las 3:30 de la madrugada, y el incidente fatal ocurrió poco después de las 4:00.

El acusado durante la segunda jornada de juicio. (FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL)

Un Astra oscuro fue señalado por otros automovilistas como guiado de manera imprudente y temeraria. Los móviles de Tránsito Municipal lo siguieron por la avenida Almirante Brown, pero el conductor logró perderlos por la calle Mendioroz.

El martes, Navarro, el jefe de Vera, declaró como testigo ante el tribunal. Iba en la camioneta junto al imputado y aseguró que recibieron la “clave 4“, donde un grupo de sus compañeras les solicitaba un alcoholímetro para realizar un test a un conductor en la esquina de Kirchner y San Martín. Este fue el punto que se retomó el martes: determinar hacia dónde se dirigían Vera y Navarro antes de impactar contra el Gacel de “Cokito”.

Cerca de las nueve y media del miércoles, se reabrió el debate. El presidente del tribunal, Jorge Yance, junto a los vocales María Alejandra Vila y Marcelo Bersanelli, comenzaron a escuchar el testimonio de inspectores que estaban en la guardia de Tránsito aquella noche.

Como se mencionó, la fiscal es Véronica Zuvic, acompañada por las adjuntas Florencia Ampuero y Andrea Pérez. También estuvieron presentes los querellantes Matías Solano y Karen Cader.

Vera apareció vestido con el mismo traje de pana celeste que había usado el martes. Fue ingresado por una puerta lateral al recinto, le quitaron las esposas y saludó a Jesús María Moroso, a sus asesores Héctor Rippa y Sergio Macagno antes de tomar asiento.

La representante del Ministerio Público, Verónica Zuvic. (FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL)

La primera en declarar fue una agente de apellido Miranda, quien estaba en el móvil que detuvo a un Fiat Idea en la esquina de Kirchner y San Martín y había solicitado el alcoholímetro para “el test de rutina”.

La agente indicó que no se llegó a realizar el test. “Nos avisaron que había un choque en la esquina de Belgrano y San Martín, devolvimos la documentación y fuimos“, comentó, refiriéndose al incidente que terminó con la muerte del mecánico.

En la misma línea, mencionó que ha enfrentado violencia por parte de vecinos que se niegan a someterse a los tests de alcoholemia, señalando: “A las mujeres nos pegan, nos tiran del pelo“, refiriéndose a situaciones que ha vivido en sus siete años de servicio como agente de Tránsito.

Un testimonio curioso fue el de una inspectora de apellido Mansilla, quien a través de videollamada afirmó que también estaba presente en el procedimiento de Kirchner y San Martín, y dijo que “era la primera vez que pedíamos el alcoholímetro esa noche”.

En otro tramo de su declaración, Mansilla mencionó que estuvo en el incidente del Astra en la costanera, pero no intervino, y no pudo recordar quién les había avisado por radio sobre ese hecho. Al igual que Miranda, aseguró haber sufrido violencia, “pero solo verbal, por suerte“. En relación al momento previo a interceptar al Fiat Idea, indicó que el móvil iba por Kirchner y dobló en San Martín.

Una de las inspectoras durante el juicio. (FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL)

Por su parte, Triviño, la inspectora que supuestamente decidió, junto a sus compañeras, controlar el Fiat Idea, se presentó ante el tribunal. Dijo que su vehículo iba por San Martín en dirección a la costanera cuando vieron al Idea ir hacia la Autovía 17 de Octubre. “Resolvímos entre todas; lo cruzamos a la altura de Avellaneda, giramos en U y lo interceptamos en la San Martín. Era un chico joven, no recuerdo el nombre”, afirmó ante los jueces, reconociendo la infracción que cometieron con el móvil oficial, lo que contradice lo que había asegurado su compañera bajo juramento.

Respecto a la persecución en la costanera, Triviño declaró que su vehículo no participó: “Íbamos detrás, vimos que había unas camionetas, pero no recuerdo el color“, agregó. Además, expresó que por esa situación “nos sumariaron a todos por malas maniobras”.

Hizo hincapié en un video que se había hecho viral en esos días, donde aseguró que vio dos camionetas celestes. Sin embargo, una vez proyectado en la sala, se rectificó y dijo que una era blanca y la otra, efectivamente, celeste.

Luego llegó el momento en que los policías de la Comisaría Primera, quienes fueron los primeros en intervenir, dieron su testimonio. Todos indicaron que esa madrugada, antes del choque fatal, habían escuchado que el personal de Tránsito operaba en el canal de radio de seguridad, aunque sin mayores precisiones, más allá de oír que unos agentes estaban por la calle Mendioroz (NdeR: la fiscal hizo hincapié en esto recordando que Vera había mencionado estar por la avenida Jujuy antes de ir a dejar el alcoholímetro, apenas a unos pocos metros de esa calle).

Una efectivo de la Comisaría Primera durante su alocución. (FOTO: MARTÍN MUÑOZ QUESADA/LA OPINIÓN AUSTRAL)

Moroso, quien llegó a ser comisario y jefe de la Comisaría Sexta, no tuvo piedad al interrogar a los agentes sobre algunas actuaciones en este caso. Con varias preguntas, los acorraló por no haber mantenido la cadena de custodia de un registro fílmico secuestrado en el local de comida ubicado a metros del Gacel de “Cokito”, fundamental para la causa.

En esa evidencia, los agentes no contaron con la firma del encargado o del dueño del comercio, sino solamente de los policías actuantes y los dos testigos. Esto podría plantear una nulidad respecto a esta prueba en el momento de los alegatos y potenciales pedidos de pena. Lo mismo ocurrió con los policías que permitieron que una camioneta de Tránsito en el lugar de la escena se retirara. Moroso los expuso al afirmar que eso no es lo que indica el protocolo para este tipo de incidentes.

Una de las policías fue consultada sobre una actuación que realizó: la constatación de los daños que presentaba el Astra tras la denuncia que había radicado el joven que se había dado a la fuga. Ella leyó la intervención que realizó días después, enumerando cada uno de las abolladuras y destrozos que tenía el vehículo.

Una perito de Accidentología Vial también brindó su testimonio en el que comentó como fue la maniobra que realizó Vera. “Se pudo determinar que existió una frenada momentos previos al impacto entre la camioneta Ranger y el Volkswagen” indicó señalando un plano que se proyecto en una de las paredes de la sala del debate. Además agregó que se determinó que hubo una ligera inclinación a la izquierda antes del violento impacto entre los rodados.

El juicio entró en un cuarto intermedio cerca de las dos de la tarde del miércoles, y se espera que el debate se retome este jueves con peritos que trabajaron en la causa y, posteriormente, se presenten los fundamentos y posibles pedidos de pena.

EN ESTA NOTA Cokito Oyarzo Jorge Vera

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