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La sentencia que condenó a Roberto Oscar Neil a 11 años de prisión por el homicidio de Franco Cuevas no trajo alivio pleno para su familia. Tras el veredicto, leído por la Cámara en lo Criminal de Río Gallegos, Carla, hermana de Franco, y Ángela Zuñiga, tía del joven asesinado, hablaron con La Opinión Austral en rueda de prensa y coincidieron en que la pena es insuficiente frente al daño causado.
“Él mató a una persona. Tiene que estar detrás de la cárcel. Para mí es poco 11 años, pero los jueces saben lo que hacen”, expresó Carla, visiblemente afectada. Para ella y el resto de la familia, la pérdida de Franco dejó un vacío imposible de reparar, algo que ninguna condena podrá suplir.
“Nada va a devolver la vida de mi hermano”
Carla Cuevas, hermana de Franco
Carla, quien asistió a la lectura del fallo, describió el momento como “difícil y doloroso”. Al escuchar la sentencia, aseguró que sintió una mezcla de alivio e impotencia. “Nos arrebató todo. Nada va a devolver la vida de mi hermano y nada va a devolver la vida que teníamos”, afirmó.
También señaló que, a pesar de la condena, sienten que la Justicia no respondió en la medida del daño sufrido: “Sigo sosteniendo que no se hizo justicia. Él va a estar preso, pero mi hermano no va a volver”.
La joven hizo referencia, además, al cartel con el rostro de Franco que la familia llevó durante todo el proceso judicial. “Dijimos que hoy sería la última vez que lo veríamos estirado. Pero, aun así, siento que no se hizo justicia”.
El dolor de una madre sin hijo y una familia sin hogar
Ángela, tía de Franco y hermana de la madre del joven, también habló en rueda de prensa y dejó un mensaje profundamente marcado por la fe y la desolación.
“Roberto tiene su familia, tiene su mamá, su papá, su esposa. Fin de año vienen las fiestas y él tiene su casa. Mi hermana no tiene a su hijo y no tiene casa. Hasta eso nos destruyeron”, dijo en referencia al hostigamiento y daños sufridos por la familia tras el crimen.
“La mamá de Roberto lo va a poder ver. Mi hermana no va a ver nunca más a su hijo. ¿Qué justicia es esa?”, se preguntó. Para ella, la condena es insuficiente y anticipa que, con el tiempo de detención ya cumplido y la posibilidad de buena conducta, Neil podría recuperar la libertad en pocos años. “En cinco años lo vamos a ver en la calle. ¿Qué justicia es para una madre y para una familia?”.
Fe, dolor y una herida que no cierra
Ángela sostuvo que, aunque sienten que la Justicia terrenal no alcanzó, mantienen su fe como contención emocional. “Dios ha sido nuestra justicia desde el primer momento. Nos sentimos derribados, pero no destruidos”, expresó.
Dirigiéndose a Neil, agregó: “Ojalá Dios toque su corazón y se arrepienta. Cuando esté entre cuatro paredes y solo, ahí va a recordar a Dios”.
Las palabras de ambas mujeres reflejan el enorme impacto emocional y social que dejó la muerte de Franco Cuevas, y cómo su familia enfrenta la condena con una mezcla de resignación, tristeza y pedido permanente de justicia.
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