Por Florencia Golender y  Mariano Cuparo Ortiz

Confirmado: esta misma noche el secretario de Política Económica, Gabriel Rubinstein, y el jefe de Gabinete de Asesores, Leonardo Madcur, viajarán a Washington a ponerle las últimas letras al acuerdo y la quinta revisión con el FMI.

Este martes, se sumará el secretario de Hacienda y especialista en los números del presupuesto, Raúl Rigo, clave para darle forma a la dinámica del gasto que se viene, uno de los puntos clave para el Fondo. El jueves se podrá sumar el propio ministro de Economía, Sergio Massa, para ponerle la firma en forma presencial al anuncio del viernes, que, de concretarse, colaborará en buena forma para ponerle calma a unos mercados que se vienen mostrando tensos.

Por ahora, la letra chica del nuevo acuerdo está bajo llave, aunque se sabe que las claves son el atraso cambiario y la dinámica de lo fiscal, en un marco en el que la totalidad de las metas planteadas en la cuarta revisión, tanto la fiscal, como la monetaria y la cambiaria, apuntan a ser inevitablemente incumplidas.

El Gobierno precisa un nuevo desembolso, con alguna cifra que esté entre los USD4.000 millones de lo pautado previamente y los USD11.000 millones que queda por enviar hasta el 2024, lo que implicaría recibir todo por adelantado.

Eso será fundamental para no tener que realizar otro pago, esta vez por USD2.600 millones, en yuanes. Presentar el nuevo acuerdo y la revisión esta misma semana, más precisamente el viernes, será clave para que la mecánica burocrática del Fondo llegue a tiempo antes del receso de agosto. El 31 de julio el Gobierno deberá hacer el pago y si lo realiza en yuanes eso implicará menos poder de fuego en el mercado cambiario, en un momento de reservas netas negativas y flujos de caja escasos.

Aun así, en el Gobierno no apuestan a dejarse torcer el brazo. Para Massa es fundamental tener en cuenta quién se lastima más si llegara a haber un retraso en los pagos, es decir si hay un arrears: ¿Argentina o el FMI? Eso teniendo en cuenta que Argentina es el principal deudor, por lejos.

Las conversaciones continuaron hasta el domingo. Massa habló con la titular del Fondo, Kristalina Georgieva, luego de un acto en Pilar, y a través zoom, intérprete mediante. Volvía del auto con Madcur a su lado. La noticia del día fue la confirmación de un viaje que se venía postergando desde hacía semanas, con el propio Madcur y Rubinsten como protagonistas.

Una de las alarmas que se encendieron en los últimos tiempos fue, para el Fondo, la posibilidad de que Masas abandonara el Ministerio de Economía en agosto, lo que ya quedó descartado. Seguirá adelante de la gestión.

Con todo, antes de que lleguen los DEG, queda por delante la aprobación del Directorio. En el FMI los más duros con su postura frente al caso argentino son Japón, Alemania, Francia y la India. Ese último nombre será clave en otra discusión relevante para lo que viene: India está en el BRICS y Argentina se juega la posiblidad de ingresar en el BNDES, lo que permitirá obtener nuevas vías de financiamiento externo.

La principal hipótesis es que, cuando haya acuerdo, será hasta diciembre y no habrá más revisiones trimestrales. Hasta fin de año no se volverá a discutir.

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