La situación de las provincias que están fuertemente comprometidas con la distribuidora eléctrica es acuciante. En varias de las patagónicas, Cammesa exige millonarias deudas y recomienda achicar el consumo energético. El caso de Santa Cruz es diferente, ya que se puso al día el año pasado.
La Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) inicio una fuerte campaña de reclamo de deudas que las provincias del sur arrastran hace algunos años. Sólo en la vecina Chubut, el rojo asciende a $ 4.384 millones.
El dato se conoció a través de una solicitada que la Secretaría de Energía de la Nación le pidió a Cammesa que publicara en medios porteños, con la amenaza de achicar el suministro a las distribuidoras provinciales que estén en situación de morosidad.
Al gobierno de Mario Arcioni le pidieron que implemente “mecanismos de ahorro y disminuir su demanda mensual de energía eléctrica en un 10% de su consumo histórico”. Lo mismo requirieron a Alberto Weretilneck, de Río Negro, otra provincia patagónica que debe $ 2.875 millones a través de Edersa y a Neuquén, que tienen a las empresas CALF y EPEN debiendo $ 832 millones.
Pero la situación no sólo se da en la Patagonia, por ejemplo, en el extremo norte, en Chaco, los aumentos de la energía eléctrica obligaron al gobierno a poner los fondos de la coparticipación en garantía de pago.
En este escenario, la situación de Santa Cruz es diferente, porque el año pasado el Estado le pagó a Cammesa la totalidad de la deuda por la compra de energía a través de Servicios Públicos, por $ 1.310.083.581.
La deuda que se canceló va desde el 31 de enero de 2016 al 31 de agosto de 2018, en paralelo a un plan de pago de la deuda que se originó en el gobierno anterior.
Desde 2016 a la fecha, la suba del precio de la electricidad en Santa Cruz superó el 2.300%, subsidiada en un poco menos del 80% por la provincia.
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