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La temporada del calamar illex en este 2025 fue brillante. De enero al 21 de octubre hubo desembarques por un total de 206.952,1 tn en los distintos puertos argentinos, lo que significó un 33,6% más que todo el año anterior. El 17% se descargó en Puerto Deseado.

La descarga y procesamiento del calamar le dio vida a la actividad portuaria y a las plantas de procesamiento, aún algún tiempo más allá del final de temporada que abarca los meses de enero a mayo. Esto fue vital este año, dónde el “empalme” con la zafra del langostino no existió por el profundo y largo conflicto que se fagocitó casi toda la primera parte de la época de pesca de crustáceo.

Esto se pudo vivenciar en Puerto Deseado, pese a que los desembarques del molusco no fueron mayores al del año anterior, como sí ocurrió en otros puertos, pero bastó para una actividad sostenida en la ciudad.

El puerto de Puerto Deseado logró una actividad continua, gracias a los acuerdos gremiales alcanzados.

Polémica decisión

A dos meses de iniciarse una nueva zafra, una disposición de la Subsecretaría de Pesca de Nación podría provocar una tormenta en la pesca de una especie que no venía presentando problemas mayores.

El Gobierno nacional eliminó una serie de trámites para el reproceso de calamar (Illex argentinus) mediante la Disposición 363/2025, publicada por la Subsecretaría.
La norma —firmada por el subsecretario Juan Antonio López Cazorla— deroga la obligación de confeccionar el Acta de Comprobación de Envío a Planta, documento que duplicaba la información ya contenida en el Acta de Descarga.

A partir de ahora, ese acta será suficiente para acreditar el destino de la mercadería, con el objetivo de “simplificar sin debilitar la fiscalización y adaptarse a las condiciones reales del sector”, según explicaron desde la cartera pesquera.

Desde el Gobierno sostienen que la decisión busca reducir la carga administrativa y acelerar los procesos en los puertos y plantas. El cambio se apoyó en un informe técnico de la Dirección Nacional de Coordinación y Fiscalización Pesquera, que advirtió demoras y superposición de controles en el esquema anterior.

Empresarios respaldan la medida: “Más eficiencia, menos burocracia”

Las cámaras empresarias del sector pesquero venían reclamando desde hace tiempo una actualización de los procedimientos. Argumentan que los plazos de control no se ajustaban al ritmo del trabajo portuario ni a las necesidades de exportación.

“Los precios internacionales validan la estrategia de exportar el producto tal como se captura, sin forzar reprocesos que generan pérdidas”, señaló un armador del sur argentino en diálogo con medios especializados.

El Gobierno también defendió la desregulación:

“No se puede imponer el valor agregado por decreto. La competitividad surge de la eficiencia, no del intervencionismo”, expresó una fuente del área económica.

Según los defensores del nuevo modelo, el objetivo es favorecer la rentabilidad y la generación de divisas, evitando imponer obligaciones de reproceso que, en ciertos casos —como con las tallas pequeñas de calamar— resultan técnicamente inviables y económicamente deficitarias.

Muchas fueron las plantas de procesamiento que por la crisis del langostino y la merluza terminaron cerrando.

Los gremios en alerta: “Nos están matando de a poco”

La flexibilización administrativa provocó una inmediata reacción del Sindicato Obrero de la Industria del Pescado (SOIP), que advirtió sobre el riesgo de pérdida de puestos de trabajo en las plantas de procesamiento.

Cristina Ledesma, secretaria general del SOIP en Mar del Plata, ciudad que registró este año muchos  cierres de plantas, criticó duramente la disposición:

“Esto atenta contra el trabajo de los compañeros. Si ya pocos reprocesaban calamar en tierra, ahora no lo hará nadie. Nos están matando de a poco”, afirmó.

La dirigente recordó el reciente cierre de la empresa Ostramar, perteneciente a Marcela Caputo, que dejó a 45 trabajadores en la calle. “Me dijeron que estaban trabajando para cambiar la situación, y ahora sacan una medida que le da a las empresas la opción de elegir lo que más barato les salga”, señaló indignada.

Según Ledesma, la eliminación del acta de comprobación impide verificar si las empresas cumplen con los compromisos de reproceso en tierra:

“Antes podíamos seguir la trazabilidad del calamar que llegaba a las plantas. Ahora, directamente, no vamos a ver más calamar en ningún lado”, advirtió.

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La flexibilización para el procesamiento en tierra del calamar puso en alerta a los gremios.

El debate de fondo: Estado o mercado

La Disposición 363/2025 reabre un viejo debate sobre el papel del Estado en la economía y el equilibrio entre control y libertad empresarial.
Para los sectores productivos, el cambio es un paso hacia la modernización y la reducción del intervencionismo.
Para los sindicatos, representa una nueva etapa de precarización laboral y pérdida de soberanía industrial.

“Estamos en un mundo donde la adaptabilidad define la supervivencia. La industria argentina, y en particular la pesquera, debe aspirar a ser libre, eficiente y globalmente integrada —no prisionera del intervencionismo sindical—”, concluyó un funcionario del área pesquera.

Claves del nuevo esquema

  •  Se elimina el Acta de Envío a Planta para el reproceso de calamar.
  • No se exige más el aviso de 72 horas previo al procesamiento.
  • El Acta de Descarga será suficiente para acreditar el destino del producto.
  • Los empresarios celebran la medida por “reducir costos y tiempos”.
  • Los gremios denuncian que se pone en riesgo el trabajo en tierra.

 

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